alemania
Helmut Kohl quiso repatriar a cientos de miles de turcos en los años 80
El entonces canciller alemán le explicó la idea a Margaret Thatcher en una reunión oficial, cuyo memorándum publica ahora el semanario «Der Spiegel»
DANIEL IRIARTE
El excanciller alemán, Helmut Kohl , pretendía enviar a cientos de miles de trabajadores inmigrantes turcos –tal vez un millón- de regreso a Turquía en su primera etapa en el poder. Así se lo contó a la primera ministra británica Margaret Thatcher en ... 1982, pocos meses después de ser elegido, tal y como ha revelado el semanario alemán «Der Spiegel», que ha tenido acceso al memorándum de la reunión.
El documento, clasificado como «Secreto – No para su distribución» y fechado el 28 de octubre de 1982, detalla el encuentro entre el democristiano Kohl, su asesor Horts Teltschik , Thatcher y su secretario privado A. J. Coles, autor de las notas incluídas en el memorándum. Estas rezan: «El canciller Kohl ha dicho que durante los próximos cuatro años, sería necesario reducir el número de turcos en Alemania en un 50 por ciento, pero que no ha podido decir esto en público todavía».
Según el documento, para Kohl resultaba «imposible que Alemania asimile a los turcos en las candidades actuales» . «Alemania», dice el memorándum reproduciendo las palabras de Kohl, «no ha tenido problemas con los portugueses, los italianos, incluso con los sudasiáticos, porque estas comunidades se integran bien. Pero los turcos vienen de una cultura muy diferente y no se han integrado bien». Y más adelante: «Alemania ha integrado a unos 11 millones de alemanes de países de Europa del Este, pero eran europeos y por lo tanto no presentaron ningún problema».
«Poco dispuestos a integrarse»
Las ideas de Kohl sobre los turcos en aquella época ya eran conocidas. Antes de acceder al poder, describió a esta comunidad como «incapaces de integrarse, y, de hecho, poco dispuestos a integrarse». Los turcos comenzaron a llegar a Alemania en 1961 como «gastarbeiter» («trabajadores invitados»), como fruto de un acuerdo con Turquía para proporcionar mano de obra barata a la industria alemana en expansión. También llegaron inmigrantes de Italia, Portugal, Marruecos, Túnez, Grecia, Yugoslavia o España. Pero el gobierno alemán siempre los consideró –especialmente a los turcos- «huéspedes temporales» .
El gobierno de Kohl, de hecho, trató de poner en marcha un programa de repatriación mediante incentivos económicos, pagando 10.500 marcos alemanes y el reintegro de los seguros de las pensiones. No obstante, muchos turcos demostraron no tener intención de regresar a un país donde el desempleo era rampante: solamente cien mil regresaron a Turquía, mientras que decenas de miles de turcos continuaban llegando a Alemania en busca de asilo político de la dictadura militar que en aquella época gobernaba en Ankara. Hoy suponen un colectivo de más de 2,6 millones de personas según los censos oficiales, en un país con una población total de casi 82 millones.
Kohl, relata «Der Spiegel», acabaría cambiando radicalmente de postura, y en 1993 acabó agradeciendo a los inmigrantes turcos el haber «contribuido enormemente al bienestar de los alemanes », y abogando por la concesión de la ciudadanía alemana a estos trabajadores. Sus herederos políticos, sin embargo, pasan de puntillas sobre esta espinosa cuestión (por ejemplo, el comentario de la canciller Angela Merkel, en octubre de 2010, de que «el modelo multicultural ha fallado estrepitosamente» le valió todo tipo de críticas desde casi todo el espectro político y social alemán).
Vínculos con la «madre patria»
Pero no faltan defensores de esta idea: unos meses antes, el político y banquero socialdemócrata Thilo Sarrazin había publicado el libro «Alemania se suprime a sí misma» , criticando la falta de integración de los inmigrantes musulmanes, especialmente los turcos. Aunque el libro desató una tormenta política, vendió casi un millón de copias en pocas semanas.
Paradójicamente, el mayor aliado en este argumento parece ser el gobierno islamista turco liderado por Recep Tayyip Erdogan . El estado turco tiene como una de sus políticas el mantener un importante vínculo con sus comunidades emigrantes, especialmente en Alemania, donde los políticos turcos viajan con frecuencia como parte de su campaña electoral. Y aunque las autoridades turcas animan a los emigrantes a aprender alemán y mantener una buena relación con los locales, ponen el énfasis en que bajo ningún concepto pierdan su identidad turca. «La asimilación es un crimen contra la humanidad», llegó a asegurar Erdogan en 2010 .
Recientemente, el primer ministro turco trató de movilizar a las comunidades turcas de Alemania en su apoyo contra los manifestantes antigubernamentales del parque Gezi , y contra el golpe de estado en Egipto, aunque sin demasiado éxito.
Helmut Kohl quiso repatriar a cientos de miles de turcos en los años 80
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete