Francia y el Reino Unido hacen frente a duros ajustes económicos
El Tribunal de Cuentas pide a Hollande nuevos recortes de 30.000 millones. El plan de austeridad británico supondrá la supresión de 144.000 empleos públicos
J. P. Quiñonero/ A. mellado
Los recortes, los ajustes y las curas de adelgazamiento presupuestario no son privativos de los países del sur de Europa . Francia y el Reino Unido , dos de las mayores economías de la Unión, también se enfrentan a un ... duro programa de austeridad .
En Francia todos los indicadores presupuestarios del Estado se están degradando, y el objetivo de estabilizar las cuentas aparece cada día más lejano. Situación de emergencia ante la que el Tribunal de Cuentas ha exigido al gobierno de François Hollande nuevos recortes por valor de entre 28.000 y 30.000 millones de euros para intentar cumplir unos compromisos europeos que ya han sido aplazados dos años. Situación en la que las ambigüedades e incertidumbres francesas se están convirtiendo en un problema de fondo para toda la zona euro .
En su último informe anual sobre las perspectivas de las finanzas públicas, dado a conocer este jueves, el Trib unal de Cuentas exige «medidas de urgencia» , pidiendo al gobierno que «cambie de método» y anuncie recortes concretos del gasto público, ya que el recurso a las subidas de impuestos (equivalentes al 45 por ciento del PIB) «ha tocado techo» sin que se haya podido cumplir el compromiso de equilibrar las cuentas.
«La situación se está degradando, crece el déficit, crece la deuda»El presidente Hollande anunció el otoño pasado recortes de entre 60.000 y 100.000 millones de euros, escalonados durante los próximos cuatro años. Seis meses después, el Tribunal de Cuentas pone el dedo en la llaga: «La situación se está degradando, crece el déficit, crece la deuda. Si no se anuncian nuevos recortes con rapidez Francia no podrá cumplir sus compromisos europeos en materia de déficit y deuda, que ya han sido desplazados de 2013 a 2015». Así las cosas, el Tribunal pide al Gobierno que recorte los presupuestos de las administraciones públicas, reduzca las subvenciones estatales, y congele o recorte el presupuesto del pago de las nóminas y pensiones de los funcionarios, que son el capítulo más grande de los presupuestos del Estado.
Durante su primer año como presidente, Hollande ha consumado subidas de impuestos por un montante de unos 22.000 millones de euros. A juicio del Tribunal de Cuentas, la táctica del aplazamiento de los recortes y la subida de impuestos ha tocado techo: «Ha llegado la hora de anunciar recortes concretos».
Baja el consumo
En el mismo sentido, como indicativo de la caída de la economía gala, la confianza del consumidor en Francia ha alcanzado este mes su nivel más bajo de la historia , según el Instituto Nacional de Estadística. Castigada por su baja competitividad y atrapada por la recesión económica, a la vista de estos datos queda claro que, por el momento, Francia no podrá basar su recuperación en el consumo.
La agravación de todos los indicadores presupuestarios del Estado francés forma parte de los graves contenciosos que enfrentan al presidente Hollande con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso , con efectos inflamables para toda la zona euro.
Anunció una limitación del gasto en ayudas a jubilados y discapacitadosLa situación no es menos apurada para el Reino Unido. El ministro de Finanzas británico, George Osborne , ha presentado un nuevo plan de austeridad con recortes de entre un 8% y un 10% en varios ministerios y la supresión de 144.000 empleos en el sector público , como parte de una reducción presupuestaria de 13.500 millones de euros para el periodo fiscal 2015-2016.
Los recortes afectan a ministerios como Industria, Cultura, Interior o Justicia que deberán reducir su gasto hasta un 8%. El gobierno ha protegido durante estos años los presupuestos de Sanidad, Educación y Ayuda al Desarrollo, que de nuevo se salvan de los recortes anunciados. Los servicios secretos británicos no sólo se libran del tijeretazo, sino que verán incrementado su presupuesto en un 3,4 %, hasta los 1.700 millones de euros. Esta decisión refleja la intención del gobierno de reforzar la prevención y detección de amenazas y atentados terroristas, después de que la actuación de los servicios del MI5 y del MI6 fuesen cuestionados, tras el asesinato de un soldado en Woolwich el pasado mes.
Las nuevas medidas incluyen la reducción de 144.000 empleos en el sector gubernamental, una limitación del incremento de los salarios de millones de funcionarios públicos al 1% y la eliminación de las subidas automáticas por antigüedad para todos, salvo los miembros de las fuerzas armadas
Menos subsidios sociales
En cuanto a los subsidios sociales, Osborne anunció una limitación del gasto en ayudas a la vivienda, reducciones de impuestos, prestaciones por minusvalía y ayudas a los jubilados (aunque no las pensiones) que serán limitadas a partir de 2015, pero habrá que esperar a 2014 para conocer el tope.
Los 100.000 pensionistas que viven en países cálidos como España , Grecia, Portugal o Chipre no podrán seguir cobrando la ayuda que reciben del Reino Unido para pagar la calefacción en invierno, lo que aparentemente permitirá ahorrar unos 30 millones de libras anuales. Entre los desempleados, los inmigrantes que no hablen inglés también verán reducidas sus ayudas sociales
El gasto público del gobierno será así de unos 850.000 millones de euros, un tercio de los cuales se destina al gasto social y las pensiones.
El gobierno de coalición de conservadores y liberales instauró un severo programa de ajustes para reducir el déficit abismal con el que se encontró a su llegada al poder en 2010, con recortes de hasta un 20% en ciertos departamentos, como la Policía.
Osborne se ha visto obligado a mantener estas medidas, a pesar de su creciente impopularidad, para sacar a la economía británica de la quiebra, según el propio ministro de Finanzas. El debate sobre los recortes, que entrarán en vigor unas semanas antes de las elecciones de 2015 , perfila las líneas de una batalla económica por el voto en una campaña en la que el estado de la economía será fundamental.
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