Los ataques de Israel en Siria elevan la alarma en toda la región

El portavoz de exteriores del Kremlin, Alexander Lukashevich , advirtió de que este tipo de bombardeos «causan alarma» por su capacidad de «aumentar el riesgo de la creación de nuevas áreas de tensión fuera de Siria, en particular en la frontera sur de Líbano». Desde Pekín, ciudad a la que viajó Benjamin Netanyahu horas después de los ataques dejando claro que no esperaba una respuesta, las autoridades hicieron un llamamiento al diálogo para intentar resolver la crisis siria.

Sobre el terreno no se sintieron «vientos de guerra» , declaró el jefe de la Comandancia Norte del Ejército israelí, general Yair Golán. Pese al estado de máxima alerta en todo el estado judío, las dos baterías del escudo de misiles conocido como Cúpula de Hierro recién instaladas en el norte, en las localidades de Haifa y Safed, no tuvieron que entrar en funcionamiento. El único incidente del día fue el impacto de dos cohetes en los Altos del Golán ocupados por Israel. Se trataría de dos obuses que Israel calificó de «proyectiles extraviados» lanzados durante los intensos combates que mantienen en el otro lado de la frontera.

Después de realizar dos operaciones aéreas en apenas 48 horas en Damasco, Tel Aviv quiso aclarar que su objetivo era frenar el posible suministro de armas de última generación para Hizbolá , pero en ningún caso pretendió apoyar a la oposición armada que desde hace más de dos años trata derrocar a Bashar Al Assad. Este fue el mensaje del abogado y miembro del parlamento, Tzachi Hanegbi, en una entrevista concedida a Radio Israel en la que enfatizó que «si actuamos es contra Hizbolá, no contra el régimen» . Desde Irán, el jefe adjunto del Estado Mayor, general Masoud Jazayeri, negó los envíos de armas a Hizbolá y declaró al canal Al Alam que «este tipo de noticias forman parte de una campaña psicológica y propagandística».

El Ejército sirio y Hizbolá parecen demasiado ocupados sofocando los fuegos que cada día tienen que atender en la revuelta contra Assad como para responder de forma inmediata a las agresiones israelíes, que siguen sin ser confirmadas de forma oficial por el gobierno de Netanyahu. El ataque del viernes fue contra el aeropuerto internacional de Damasco, donde supuestamente había una nave con misiles Fateh 110 de fabricación iraní cuyo destinatario final era Hizbolá . La madrugada del domingo, sin embargo, hubo al menos cinco objetivos en los alrededores de la capital y, además de más misiles iraníes, los aviones israelíes acabaron con posiciones militares sirias estratégicas en la defensa de Damasco y con depósitos de armas del Ejército, causando la muerte de «decenas de soldados de élite» , según un alto mando militar sirio citado por varias agencias. El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que fueron 42 los soldados muertos y más de cien los que permanecen en paradero desconocido.

El régimen sirio, que el domingo abrió la puerta a «todas las posibilidades» de respuesta, no movió ficha y su reacción hasta el momento se ha limitado al envío cartas de protesta al Consejo de Seguridad de la ONU y al Secretario General de la organización internacional . Lo mismo que el vecino Líbano que denuncia también ante la ONU la violación de su espacio aéreo por los aparatos israelíes, que supuestamente atacaron sus objetivos sin cruzar la frontera de Siria ya que el Centro de Investigación Científica de Jamraya alcanzado se sitúa a apenas una treintena de kilómetros de territorio libanés. El ministro de Exteriores sirio, Walid Moalem, telefoneó a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, para informarle en primer persona de «la criminal agresión israelí» y subrayó que estas acciones muestran «la naturaleza común de los objetivos que unen a Israel y los grupos terroristas armados».

El trabajo se le acumula al organismo internacional que hasta el momento ha sido incapaz de erigirse en mediador del conflicto y que también es incapaz de aclarar el uso de armas químicas . Un día después de que la magistrada Carla del Ponte, miembro de la Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria, declarara a una cadena de su país que disponían de pruebas del uso de gas sarín por parte de los grupos armados de la oposición, el presidente de esta comisión, Paulo Sergio Pinheiro, tuvo que rectificar y matizar que no disponen de «evidencias concluyentes» sobre el uso de este tipo de armamento.