Valérie Trierweiler cuesta a Francia menos dinero que Carla Bruni

Carla Bruni costaba mucho más cara al erario público: 36.448 euros para pagar los salarios de su equipo de “colaboradores”, y otros 25.714 euros para cuidar de la página web personal de la esposa del ex jefe del Estado.

En cifras brutas, Carla Bruni era tres veces más cara que Valérie Trierweiler. A cambio, la esposa de Nicolas Sarkozy ofrecía a Francia una imagen de marca impagable en términos presupuestarios.

Cuando la pareja Sarkozy–Carla hicieron su primera visita de Estado al Reino Unido, la primera dama de Francia exigió ir acompañada con su fotógrafo personal. Juntos prepararon la cobertura fotográfica previa y posterior. ¿Cuanto costaron esas facturas fotográficas? Incluso si pudo tratarse de una factura sustancial, la rentabilidad fue excepcional: Carla Bruni deslumbró a los ingleses, y contribuyó a “reequilibrar” unas relaciones diplomáticas tradicionalmente complejas. Las imágenes de aquel viaje tuvieron una importancia política, económica y diplomática excepcional.

Pagar 25.714 euros por atender una página web es una factura considerable. Pueden conseguirse servicios más baratos. Sin duda. Pero... ¿cuánto valen en términos presupuestarios los impactos publicitarios de Carla Bruni tocando la guitarra en el Elíseo?

En el caso de Valérie Trierweiler, el problema se plantea en términos radicalmente opuestos. La compañera sentimental del jefe del Estado tiene mala imagen. Y escribe sus colaboraciones periodísticas (cobradas) en su despacho personal del Elíseo. Se trata de una nimiedad presupuestaria, sin duda. Sin beneficio conocido. Los artículos de Valérie Trierweiler en París Match se publican sin pena ni gloria. Las actividades “privadas” de la primera dama de Francia no suscitan el más mínimo interés. Y su sonrisa forzada besuqueando niños negros no aportan nada a su imagen personal ni contribuyen a maquillar la imagen de Francia, en ninguna parte. Fotografiada junto a Michelle Obama, Trierweiler quedaba bajita e insignificante.

Más allá de la “inversión” y “rentabilidad” del Estado en salarios consagrados a primeras damas, el duelo Trierweiler / Carla Bruni es muy desigual. La esposa de Sarkozy barre en público y en privado. La compañera sentimental de Hollande sigue siendo una “cacerola” de ruido chirriante.