La batalla por el alma de Bangladesh

Los sangrientos choques entre policías e islamistas en las calles de la capital ponen en juego la tradición de moderación y tolerancia del país musulmán

La batalla por el alma de Bangladesh reuters

jaime león

El último asalto islamista por "el alma de Bangladesh" causó 36 muertos en dos días. Decenas de miles de integristas convirtieron su capital, Dacca, en un campo de batalla en su cruzada por una "ley de la blasfemia", la segregación del hombre y la mujer, ... la imposición de una educación religiosa y la prohibición de la cultura extranjera. Hefazat-e-Islam, la organización religiosa de madrasas al frente de las protestas, considera el derecho a la libertad de expresión una práctica foránea.

Desde comienzos de año las manifestaciones violentas de integristas islamistas han causado al menos 140 muertes en Bangladesh, un país de 150 millones de habitantes con un 90% de musulmanes y una tradición de tolerancia religiosa.

El detonante han sido las dos condenas a muerte y una a cadena perpetua de tres líderes de Jamaat-e-Islami (JI), el principal partido religioso del país, por crímenes de lesa humanidad en la guerra civil que desencadenó la independencia de Bangladesh de Pakistán en 1971, conflicto en el que se estima que murieron tres millones de personas y 200.000 mujeres fueron violadas.

Tras conocerse la primera condena a muerte en enero, los islamistas de JI lanzaron las primeras protestas y se produjeron los primeros muertos. La sentencia a cadena perpetua de otro líder llevó a miles de personas a tomar durante semanas de forma pacífica la zona de Shahbag, en el centro de Dacca, para pedir una pena más severa.

Democracia secular

El ajuste de cuentas con el pasado ha polarizado a la población bangladesí. Y los juzgados tienen que anunciar siete veredictos más contra islamistas.

El Gobierno de la primera ministra, Sheikh Hasina, de la Liga Awami, no cede ante las exigencias de los integristas de una aplicación más estricta del islam. Ella declara que Bangladesh es una democracia secular y de hecho creó el tribunal de crímenes de guerra, una promesa electoral.

También existen cálculos políticos. Su principal opositora, Khaleda Zía, al frente del Partido Nacionalista de Bangladesh, es una aliada histórica de los islamistas, y a comienzos de año se celebran comicios.

La batalla por el alma de Bangladesh

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