Francia se gasta en la guerra de Malí casi el doble de lo previsto

La UE reconoce sin embargo el peligro que supone que ciudadanos europeos se hayan visto atraídos por la expansión de la «yihad» (guerra santa) en el Sahel y hayan viajado a este nuevo Afganistán, según dijo este jueves el director de Europol, Rob Wainwright. «Nos preocupa la amenaza que supone la posibilidad de que estos ciudadanos regresen a la UE con la intención de llevar a cabo actos de terrorismo», afirmó Wainwright en un informe.

Las tropas galas empezaron a llegar al país africano el pasado 11 de enero y durante casi todo este tiempo el contingente ha estado formado de 4.000 hombres. Los primeros empezaron a regresar hace pocos días. La retirada se alargará todavía unos meses.

En todo caso, París dejará sobre el terreno una fuerza de 1.000 militares, la mayoría de ellos formarán un retén que podría ponerse a disposición de la misión de la ONU que está previsto que se despliegue sobre el terreno a partir del 1 de julio.

Sobre el terreno, la incertidumbre impide saber qué derroteros tomará la situación de un conflicto en un país desestructurado a nivel de seguridad y a nivel político.

La operación «Serval» que lidera Francia desde enero ha derrotado al grueso de los grupos yihadistas y terroristas que se habían adueñado del norte de Malí el año pasado, aunque persisten focos de resistencia.

En el plano político, el país sigue pendiente de organizar unas elecciones para elegir presidente, se va a intentar que sea en julio. También habrá que ver si es posible abrir un nuevo proceso de reconciliación nacional, especialmente para saber si los nacionalistas tuareg y las autoridades de Bamako son capaces de entenderse.

Por último, resta la incógnita del Ejército local, falto de medios y que no inspira demasiada confianza especialmente desde que algunos de sus integrantes dieron un golpe de estado en marzo del año pasado.