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El uso de una bengala de mala calidad provocó el fuego en la discoteca brasileña

Los artefactos debían ser usados solo al aire libre. Aumentan a 235 los fallecidos y se teme por la vida de 74 heridos. Deficiencias en «cinco o seis elementos de seguridad» habrían contribuido a que se produjese la tragedia

El uso de una bengala de mala calidad provocó el fuego en la discoteca brasileña reuters

agencias

El fuego de una bengala de mala calidad, indicada únicamente para ser usada al aire libre, habría causado el incendio en la discoteca brasileña Kiss, en la localidad de Santa María, en la que murieron el domingo de madrugada 234 personas y más de un centenar resultaron heridas, muchas de ellas de gravedad. Para evitar incidentes similares, numerosas ciudades en todo el país han anunciado estrictos controles sobre este tipo de establecimientos.

El balance de víctimas aumentó a 235 fallecidos, por los 231 de los que se había informado anteriormente —tres nombres no se incluyeron en la primera lista oficial por un error—. El último fue uno de los 75 heridos que se encontraban «en peligro de muerte», según explicó el ministro de Sanidad, Alexandre Padilha.

Los músicos que actuaban cuando ocurrió la tragedia «compraron begalas muy baratas, conscientes de que solo deben usarse al aire libre», dijo el comisario Marcelo Arigony. «Ellos lo sabían y usaron ese modelo para ahorrar», explicó el responsable policial, que añadió que los fuegos usados «son muy baratos».

Sus declaraciones confirman la versión de varios testigos, que acusaron al cantante del grupo —bajo custodia policial— de provocar el fuego al lanzar una de esas bengalas, algo que él niega.

El comisario apuntó también a la falta o a las deficientes medidas de seguridad del local, como factores que no habrían ayudado a evitar el incendio mortal. «Las pruebas preliminares apuntan hacia la fragilidad en cinco o seis elementos de seguridad. Son indicios de irregularidades que aún tenemos que corroborar», dijo.

Controles estrictos

La discoteca, llena de estudiantes universitarios, superaba el aforo máximo permitido —de 691 personas—, según las autoridades brasileñas. La Policía trata de localizar un ordenador en el que se encontrarían las imágenes captadas por las cámaras de seguridad y que desapareció tras el incendio. Los dueños aseguran, no obstante, que las cámaras «no funcionan desde hace meses». Los agentes quieren acceder a la recaudación para confirmar que en la discoteca había más gente de la permitida.

En su interrogatorio ante el Ministerio Público los músicos negaron haber usado el citado artefacto y atribuyeron el inicio del incendio a un cortocircuito. La policía arrestó el lunes a los dos dueños de la discoteca y a dos de los músicos de la banda.

Varias ciudades de Brasil han anunciado tras la tragedia estrictos controles de seguridad para evitar que los hechos se repitan. Permisos, plan contra incendios, salidas de emergencia: los gobiernos de Salvador de Bahía, Manaus, Porto Alegre, Curitiba, Niteroi y Cuiaba revisarán todas esas cuestiones y aseguran que cerrarán aquellos establecimientos que tengan infracciones graves.

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