El ministro del Interior denunció la quema del mausoleo de Sidi, pero dijo que "no es misión de las fuerzas de seguridad" proteger los enterramientos de santos musulmanes, que son desde hace meses objeto de ataques regulares.
Los actos de barbarie se atribuyen a los salafistas, un movimiento rigorista dentro del islam que considera "impío" el acto de honrar a los santos. Tanto la oposición tunecina como una buena parte de la sociedad civil acusa a los gobernantes de Ennahda de "complacencia" hacia los salafistas.
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