Según los expertos, es muy amplia la base mundial de variedades de vid conocidas y registradas, más de 10.000, aunque el numero se reduce sustancialmente si sólo consideramos las vides viníferas productoras de vinos.Si además depuramos esa cantidad, con la utilización de los métodos modernos de la biotecnología (ADN, isoenzimas,...) nos encontraremos con un número mucho más reducido, las que son realmente diferentes y originarias. Concretamente en nuestro país, se maneja la cifra de mil variedades de vid para vinificación, de las cuales alrededor de 700 serían autóctonas y unas 300 foráneas.

A lo largo de los tiempos el proceso de selección y adaptación al medio, mediante la hibridación, natural y artificial, así como las diferentes mutaciones, llevan a un número pequeño de variedades interesantes como vides productoras de vinos de cierta calidad. Vides que son las que, definitivamente, suponen la base de todas las vides realmente interesantes cara a la obtención de vinos de consumo con garantías.
Para velar por la sanidad y seguridad, garantizar la calidad y ejercer el control legal pertinente, la legislación vigente permite que sólo se puedan cultivar en el territorio nacional aquellas variedades inscritas en el Registro de Variedades Comerciales de Vid, 65 en la Lista Definitiva y 86 en la Lista Provisional, sin perjuicio de conceder a las Comunidades Autónomas la facultad de elaborar la clasificación de la Lista de Variedades Autorizadas, Recomendadas y de Conservación Vegetal, cara a la importante
responsabilidad del control del potencial productivo (autorizaciones de nuevas plantaciones, reconocimiento de derechos, control de rendimientos...)

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