Entrevistas

 

 

FERNANDO CRUZ
« Sólo puedo ganar, no tengo nada que perder»

¿Del Fernando Cruz que tan buen ambiente creó a su paso por Madrid de novillero, qué fue?

—Queda lo mismo o más. Mi mayor virtud es mi humildad: sé que tengo una línea y lo único que puedo hacer es mejorarla. Desde mi despedida de novillero no volvía a Las Ventas. Toreé ocho corridas, siete en Francia y una en España.

—¿Cómo el salto de escalafón puede afectar tanto a una prometedora carrera como la suya?

—Me hizo mella: te esfuerzas, lo das todo, haces las cosas bien... Y tan poca repercusión me desmotivó.

—Además arrastra unas lesiones que no se le han tratado bien.

—Exactamente tres: un esguince cervical y dos tendinitis agudas en los hombros. El esguince me lo hice en 2003 en una voltereta de un novillo, en Madrid. Nunca he tenido tratamiento y se me ha cronificado. Unas veces por estar mal llevado y otras por falta de recursos, hasta ahora no he hecho rehabilitación. Un día en Nimes ni siquiera me respondían los brazos.

—En Francia ha disfrutado de un gran cartel.

—Me he forjado allí. Y en la zona de Madrid también me he curtido, y ya saben cómo las echan. Aunque en Francia he matado de todo. Me aprecian mucho. Estoy muy agradecido a Francia, que me ha dado la oportunidad de hacerme y demostrar lo que quiero ser. De cara a España me he sentido un poco emigrante.

—¿Cómo se definiría como torero?

—Más que el arte busco la profundidad, que lo que refleje sea lo que llevo dentro, muchos sentimientos que quieren aflorar. Y aparte de la expresión, quiero compaginarlo con la técnica y el valor.

—¿Es el valor la piedra angular de un torero?

—Sin duda. Es lo que te hace pensar delante de la cara del toro. Superarte, desarrollar, romper las barreras...

¿Qué espejos ha tenido?

—Me he mirado mucho en Curro Vázquez. En Uceda Leal, con quien siempre me he entrenado. En Morante, en Manzanares, que ha reunido todo; en el empaque y la profundidad de Antoñete; y sobre todos, en Paco Camino.

—En quince días de mayo se jugará su carrera. ¿Cómo se lleva?

—Lo llevo bien porque soy consciente de la situación en la que estoy. Sólo puedo ganar, no tengo nada que perder. No se puede uno engañar en esto del toro, aunque sea muy duro. Son días clave en mi vida. Es mucha presión, lo pasas mal, duermes mal, comes mal. Pero también es lo bonito. Estar en San Isidro es una oportunidad.

—La confirmación es un cartel bonito.


—Encabo es muy capaz y Rivera ha hecho muchas cosas buenas. La ganadería de Cuadri es muy exigente, dura, pero es un reto personal.