Carmen Calvo asegura que
el incidente de la exposición Omeya demuestra la eficacia del sistema de seguridad
CÓRDOBA. L.A.
La consejera de Cultura de la Junta,
Carmen Calvo, ha asegurado que el incidente ocurrido al descubrirse a dos intrusos en el
interior de la exposición «El esplendor de los Omeyas cordobeses» es una prueba de la
eficacia de los sistemas de seguridad. Relevo de cuerpos de seguridad, vitrinas
expositoras blindadas y medidas de vigilancia internas y externas son parte del
dispositivo.
La
consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Carmen Calvo, aseguró ayer que el
incidente ocurrido en la exposición «El esplendor de los Omeyas cordobeses», en el que
dos desconocidos fueron localizados en el interior del recinto demuestra «la eficacia de
los sistemas de seguridad».
Según la consejera, las medidas de
vigilancia y seguridad que rodean la muestran son acordes a la singularidad de su enclave.
Así, dado que el escenario escogido ha sido el complejo arqueológico de Medina Azahara,
en campo abierto, se ha apostado por una seguridad sutil y discreta, que el público no
pueda apreciar a simple vista, para restar sensación de «caja blindada».
Hasta el viernes, cuando se produjo
la segunda de las incursiones nocturnas en el recinto, vigilantes de una empresa privada
malagueña velaban por la seguridad de las casi 300 piezas que componen la muestra. Ese
mismo día se incorporaban a las tareas de vigilancia varios agentes de la Policía
Autonómica. La presencia policial era una medida prevista desde que se inició la muestra
el pasado 3 de mayo. «Se trata de un sistema blindado con un relevo de cuerpos de
seguridad que controlan la exposición y su entorno», explica la consejera Carmen Calvo.
Un sistema que incluye, según destaca Calvo, además de relevo de cuerpos de seguridad,
vigilancia externa e interna y exposición de las obras en vitrinas de cristal blindado.
CASA DE LOS VISIRES
Los intrusos salieron corriendo
cuando uno de los vigilantes de seguridad privada que hacían su ronda la noche del pasado
jueves llegó hasta la Casa de los Visires, la primera estancia que se visita. No pudieron
ser detenidos, y para entonces habían cortado la corriente que suministraba energía
tanto a los focos que iluminaban el recinto como a los infrarrojos que hacían saltar las
alarmas. La noche siguiente volvió a repetirse el suceso y una vez más los supuestos
delincuentes huyeron antes de ser detenidos.
En el recinto expositivo de Medina
Azahara se encuentran, en exhibición y depósito, piezas procedentes de quince países.
Hasta que la muestra fue abierta al público el pasado 3 de mayo, las piezas pasaron unos
cuantos días en Córdoba. Pese al absoluto hermetismo que rodea todo cuanto se refiere a
la seguridad en la exposición, este periódico ha hecho un breve recorrido por las
medidas que acompañaron a las obras antes de su presentación al público.
ARMADOS
Tras su viaje desde París, donde
estuvieron varios meses, las piezas llegaron a Córdoba en camión desde Madrid el 25 de
abril escoltadas por agentes del Cuerpo Nacional de Policía que viajaban en coches
camuflados. Hasta el día 27, el camión estuvo alojado en la nave propiedad de una
empresa de mudanzas, en la carretera de Trassierra, custodiado las 24 horas del día por
vigilantes armados de una empresa distinta a la que actualmente presta el servicio.
Entre el 27 y el 28 de abril se
realizó todo el traslado desde la nave hasta Medina Azahara, en vehículos más pequeños
para acceder a las ruinas. Los camiones iban escoltados, por delante y por detrás, por
coches camuflados y vigilantes armados. La descarga de los camiones se prolongó hasta el
día 30. Hasta el momento, unos 75.000 visitantes han recorrido «El esplendor de los
Omeyas».