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La primogénita de los Príncipes de Asturias fue bautizada como Leonor de Todos los Santos

La Infanta dio un pequeño respingo cuando el cardenal Antonio María Rouco Varela derramó el agua traída del Jordán sobre su rubia cabeza

POR A. MARTÍNEZ-FORNÉS

Un pequeño respingo. Esa fue la única reacción de la primogénita de los Príncipes de Asturias cuando el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, derramó ayer las aguas bautismales sobre su rubia cabeza. Segundos después, la pequeña continuaba durmiendo plácidamente en brazos de su madre, haciendo gala de la serenidad que siempre ha mostrado en público y ajena al momento histórico que protagonizaba. Hacía 38 años que no se vivía un acontecimiento similar en el Palacio de La Zarzuela.

Leonor de Todos los Santos, Infanta de España llamada a ser Reina algún día, recibió ayer el sacramento del bautismo en una ceremonia sencilla y familiar, pero a la vez cargada de simbolismo. Tres hechos diferenciaron su bautizo del de los otros seis nietos de Sus Majestades: el primero, que los padrinos fueran los Reyes; el segundo, que se empleara la pila de Santo Domingo de Guzmán, reservada exclusivamente para Príncipes e Infantes de España, y el tercero, que la ceremonia se celebrara ante los representantes de los tres poderes del Estado.

Además del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su esposa, estaban los presidentes del Congreso, Manuel Marín; Senado, Javier Rojo; Tribunal Constitucional, María Emilia Casas Bahamonde, y Supremo, Francisco José Hernando, con sus cónyuges. También acudieron el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, como notario mayor del Reino, y su esposa; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y su marido, el conde de Murillo; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y su mujer; el conde de Elda, decano de la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza y la directora general de los Registros y del Notariado, Pilar Blanco-Morales.

Aunque el Rey también es padrino del mayor de sus nietos, Felipe de Marichalar, era la primera vez que la Reina ejercía de madrina de uno de ellos. Igual que en ocasiones anteriores, el bautizo se celebró en el vestíbulo de La Zarzuela, ante la imagen de la Virgen que fue trasladada desde la ermita. En el lado del Evangelio se situó la Familia Real; en el de la Epístola, la familia Ortiz-Rocasolano, y frente al altar, el Gobierno, las autoridades y el resto de los invitados. Junto al arzobispo de Madrid, ofició la ceremonia el arzobispo castrense, Francisco Pérez González, asistidos por el nuncio apostólico de la Santa Sede, el obispo auxiliar de Madrid, el arzobispo emérito castrense, el encargado del servicio religioso de la Casa del Rey y el maestro de ceremonias del arzobispo de Madrid.

El Príncipe fue el encargado de leer la primera lectura de la liturgia, del profeta Ezequiel, y también en esta ocasión participó el Coro de las Religiosas Hijas de Santa María del Corazón de Jesús de Galapagar, que terminaron con una nana dedicada a la Infanta. Al concluir el bautizo, se leyó la bendición apostólica enviada por el Papa.

Aunque se destinó un banco a los nietos «mayores» de los Reyes -la pequeña Irene Urdangarín permaneció en brazos de su madre, Doña Cristina-, los niños se acercaron hasta la histórica pila de Santo Domingo. Solo el primogénito de los Duques de Lugo, Felipe de Marichalar, famoso por sus travesuras, prefirió quedarse esta vez en el sitio que se le había asignado, motivo por el que no salió en las imágenes.

Invitados a la ceremonia

En total, al bautizo asistieron unas ochenta personas entre invitados institucionales, familiares y el equipo médico que atendió a la Princesa. Por parte del Rey, acudieron todos los Infantes de España: Doña Pilar, con sus hijos Simoneta y su marido José Miguel Fernández Sastrón; Juan, Bruno, con su esposa Bárbara Cano; Beltrán, con su mujer Laura Ponte, y Fernando, con Mónica Martín Luque; Doña Margarita, con su esposo, Carlos Zurita, y sus dos hijos, Alfonso y María, y la Infanta Doña Alicia de Borbón y su hijo, el Infante Don Carlos, acompañado por su mujer Doña Ana de Francia.

Por parte de la Reina, asistieron los Reyes Constantino y Ana María de los Helenos, sus hijos, los Príncipes Pablo y Marie Chantal de Grecia; la Princesa Alexia y Carlos Morales, y los Príncipes Nikolaos y Theodora. También asistió la hermana de Doña Sofía, la Princesa Doña Irene de Grecia, y su prima la Princesa Tatiana Radziwill, con su marido, John Fruchaud.

En representación de la familia de Doña Letizia, acudieron sus padres Jesús Ortiz -con su esposa, Ana Togores- y Paloma Rocasolano; sus abuelos, Menchu Álvarez del Valle, Francisco Rocasolano y Enriqueta Rodríguez; sus hermanas Erica -con Antonio Vigo- y Telma; su tía Henar, con su hija Claudia González Ortiz; la hermana de su abuela, Marisol Álvarez del Valle, con su marido, Tomás Caparrós Fernández de Aguilar; la hermana de su abuelo Carmen Ortiz Velasco y su primo David Rocasolano Lláser, acompañado de su esposa, Patricia Reina.

 


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