Ciudadano británico que vive con su madre cerca del hotel donde desapareció la niña, fue la primera persona declarada oficialmente sospechosa (el 15 e mayo) aunque puesto en libertad por falta de pruebas tras un largo interrogatorio de más de doce horas. De su domicilio se llevaron material para la investigación.
Hijo de padre portugués, está divorciado y tiene una hija de cuatro años que vive con su ex mujer en Inglaterra. Fue denunciado por la periodista británica Lori Campell, del «Sunday Mirror», porque le llamó la atención su comportamiento durante los primeros días de investigación, en los que al parecer se ofreció como traductor