Se acabaron las tiendas donde se vendían
paquetes de cigarrillos. A partir del uno de enero sólo se puede
comprar tabaco en estancos y máquinas expendedoras.
Además, las máquinas «deberán incorporar los mecanismos técnicos
adecuados que permitan impedir el acceso a los menores de edad». Es
decir, el propietario de la dispensadora tendrá que encenderla cada
vez que un cliente mayor de edad quiera comprar un paquete, o como
ya han previsto algunos fabricantes,
eliminar el sistema tradicional de monedas e incorporar uno con
fichas.
El fumador paga en la caja del establecimiento el paquete y el
encargado le entrega una ficha que es aceptada por la máquina.
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