En el mercado existe un amplísimo abanico de posibilidades de programas de idiomas, desde cursos presenciales en una academia o centro de estudios, hasta cursos on-line e incluso programas milagrosos que prometen un aprendizaje acelerado. Cuando se habla de programas en el extranjero, la unanimidad es total al afirmar que suponen el mejor método de aprendizaje de un idioma: cuanto más nos sumerjamos en la cultura de un país, mejor y más rápido aprenderemos su lengua. Para lograr esa inmersión en una cultura foránea no es necesario más que una sencilla decisión y un mínimo afán de superación personal, algo que incluso es más sencillo de transmitir a nuestros hijos que a nosotros mismos.

Diversidad de opciones
Afortunadamente son muchas las opciones que se plantean para estudiar un idioma en su país de origen. Para aquellos que nunca han salido de su entorno, posiblemente sea suficiente un programa general en un país culturalmente próximo al nuestro, como podría ser Irlanda o Gran Bretaña. Una vez dado ese primer paso, las posibilidades de destinos y de programas especiales se abren hasta el punto de combinar un estudio o carrera determinada, con un programa temático o deportivo, e incluso subvencionado o remunerado. No se debe olvidar que el mundo laboral premia a los trabajadores con trayectoria internacional.