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Uniendo Europa
 
Los inversores internacionales, por su parte, estudian oportunidades para crear nuevos centros turísticos en zonas de Grecia hasta ahora no desarrolladas.
Especial Grecia abc.es

Cabe esperar que la imagen proyectada por el país como resultado de su capacidad para organizar un acontecimiento de tal magnitud, de acuerdo con las más altas normas internacionales, se traduzca en un crecimiento sostenible del número de visitantes.

Los inversores internacionales, por su parte, estudian oportunidades para crear nuevos centros turísticos en zonas de Grecia hasta ahora no desarrolladas.

Más de 10 consorcios internacionales han presentado solicitudes para construir campos de golf en Grecia continental. El desarrollo del turismo asociado al golf está considerado un elemento clave para garantizar un flujo continuado, durante todo el año, de visitantes de alto poder adquisitivo.

Los nuevos incentivos fiscales a las empresas así como la reducción de los tipos del impuesto sobre sociedades buscan aumentar el atractivo de Grecia como destino de inversión. Actualmente se llevan a cabo esfuerzos para simplificar los trámites administrativos que dificultan la entrada de nuevas empresas y acelerar el proceso de concesión de licencias y autorizaciones.

George Alogoskoufis, Ministro de Economía, señala el compromiso del gobierno de hacer de Grecia “un lugar al que deseen acudir las empresas, tanto si se trata de invertir en turismo, como en proyectos energéticos o de establecer sedes regionales”.
La adquisición de Rokas -principal compañía de energía eólica del país- por el grupo español Iberdrola, ha puesto de manifiesto el potencial de Grecia y de la totalidad de la región de los Balcanes para el desarrollo de fuentes alternativas de energía.

Desde la década de los 90, Grecia registra altos índices de crecimiento, superiores al 4% anual, que sobrepasan a los de las economías más prósperas de sus socios de la eurozona.

Este crecimiento se ha visto impulsado por la afluencia de fondos estructurales de la Unión Europea que han permitido mejorar las infraestructuras de todo el país así como por la mayor demanda interna respaldada por unos tipos de interés históricamente bajos.

Aunque el actual programa estructural de la UE concluirá en 2008, Grecia está cualificada para recibir 20.000 millones de euros adicionales durante los próximos seis años. Estos fondos permitirán completar la modernización de las infraestructuras y poner en marcha medidas que mejoren la capacidad competitiva.

Aunque el crecimiento se ha ralentizado tras las Olimpiadas, de acuerdo con la última revisión del programa de estabilidad y crecimiento griego, todavía se espera alcanzar el 3,7% previsto para 2005 y mantener, durante los próximos cuatro años, tasas anuales de crecimiento superiores al 3,5%.

No obstante, la administración griega ha realizado un gran esfuerzo por poner en orden las cuentas públicas tras un gasto mayor de lo esperado en los Juegos Olímpicos y en material de defensa.

Durante el último año, el déficit descendió del 6,6 al 4,4% del Producto Interior Bruto como resultado de la reducción del gasto público, del aumento del Impuesto sobre el Valor Añadido y de la adopción de nuevas medidas para combatir el fraude fiscal. Para 2006 se prevé un déficit presupuestario del 2,6% del PIB, lo que sitúa a Grecia por debajo del límite del 3% establecido para los miembros de la eurozona.

Grecia se enfrenta a las presiones de la Comisión Europea que exige el saneamiento de los presupuestos del estado y un superávit considerable a medio plazo ante la elevada deuda pública del país. Financiar un endeudamiento equivalente al 107% del PIB – el más alto de la eurozona- supone una pesada carga presupuestaria. La factura total de los pagos anuales por intereses, más la amortización del principal, equivale actualmente al 18% del PIB o a más de tres cuartas partes del gasto presupuestario anual.

El programa de privatización consistente en la venta de activos de empresas públicas rentables ha generado ingresos por un importe superior a 3.600 millones de euros en los dos últimos años, lo que ha ayudado a reducir la deuda. En 2006, se prevé alcanzar ingresos próximos a los 1.600 millones de euros como resultado de la venta de paquetes accionariales de tres bancos públicos: Emporiki Bank, ATEbank y Postal Savings Bank.

Cabe esperar, asimismo, nuevos ingresos generados por concesiones que permitirán a los inversores privados gestionar y explotar cinco instalaciones olímpicas, así como por la salida a la bolsa de Atenas del Athens International Airport y una joint-venture formada por el gobierno griego y el grupo alemán Hochtief.

Sin embargo, es imprescindible reducir el sector público, que todavía representa más del 40% de la actividad económica, si se desea mantener la disciplina fiscal a largo plazo.

El gobierno ha dado un primer paso sin precedentes eliminando el carácter vitalicio de funcionarios de los empleados del sector público. Los nuevos empleados estarán sujetos a contratos renovables de cinco años de duración. Se ha recortado en un 30% la plantilla de la empresa pública OTE (operador de telecomunicaciones), a través de un plan de reducción de empleo mediante jubilaciones anticipadas que ha afectado a más de 5.000 empleados.

Cada vez es mayor el número de empresas griegas que percibe su futuro como parte de un mercado regional más amplio, que abarca a más de 50 millones de consumidores. Durante la pasada década, empresas privadas y grandes corporaciones públicas como la OTE o el Banco Nacional de Grecia, pusieron en marcha agresivos programas de diversificación de sus actividades en los países vecinos del sureste de Europa. Entre los principales inversores extranjeros en la región se encuentran algunas empresas griegas, que han invertido más de 8.000 millones de euros, principalmente en los sectores de telecomunicaciones, banca, metalurgia y agroindustrial.

El comercio transfronterizo crece sin cesar. Y cuando Bulgaria y Rumania se incorporen a la Unión Europea, en 2007 o en 2008, a más tardar, Grecia compartirá, por primera vez, frontera con uno de sus socios europeos.

Al igual que ocurre entre España y Latinoamérica, Grecia considera los países del sureste de Europa como sus mercados naturales.

“El sureste europeo es una región de gran tamaño en rápido desarrollo y queremos ser parte del mismo”, señala Panayotis Papastavrou, Presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Grecia (HEPO). “Actualmente desarrollamos estrategias para estos mercados. Comprendemos a sus consumidores y podemos atenderles adecuadamente; lo único que hemos de hacer es encontrar sinergias”.

Ahora que Turquía está en vías de convertirse en Estado Miembro de la Unión Europea, las empresas griegas estudian muy de cerca este gran mercado. Como demostración de esta futura colaboración, las Cámaras de Comercio de Atenas e Izmir han anunciado su intención de establecer un banco conjunto para la promoción del comercio y la inversión entre ambos países.

La incorporación de Turquía abrirá las puertas a un mercado regional de 120 millones de consumidores –una perspectiva muy atractiva para los inversores internacionales. Y en particular para los españoles, los cuales en palabras de Arístides Agathocles, Embajador de Grecia en España, comparten una psicología muy parecida a la de los griegos, “los españoles y los griegos cuentan con la gran ventaja de ser particularmente similares, dos pueblos situados a ambos extremos del Mediterráneo pero que gozan de un gran entendimiento, mucho mayor que con otros pueblos europeos, lo que facilita de gran manera el intercambio cultural, comercial e industrial”, por ello afirma que el potencial es enorme.


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