JORNADA 31
1-0: Fatigas para una victoria sin calidad
Un solitario gol de Antoñito, al comienzo de
la segunda parte y en fuera de juego, dio el triunfo a los de Caparrós ante un pobre
Español que sólo dio sensación de peligro al final con la salida de De la Peña y Jordi
Cruyff
JUAN MANUEL ÁVILA
SEVILLA. Partido infame, de escasísima calidad por uno y otro contendiente el que
brindaron Sevilla y Español en tarde soleada de Sábado de Pasión. El preludio de la
Semana Santa no trajo un mejor fútbol para los de Joaquín Caparrós que con la entrada
en el once de Antonio López, Carlitos y Antoñito y la posición retrasada de Julio
Baptista no carburó mejor que en las tres jornadas precedentes, ayunas de puntos y de
juego para el conjunto sevillista.
La primera parte fue horrorosa y le dio la razón a los
aficionados que prefirieron comenzar a vivir la fiesta desde la víspera, dejando de lado
a un equipo que lleva un mes haciendo méritos para que los suyos se olviden del mismo
hasta la temporada que viene. Daba grima ver esas continuas pérdidas de balón, esas
carreras hacia ninguna parte de los vestidos de blanco, que esta vez tenían la fortuna de
tener enfrente una tropa aún menos dotada de calidad y concierto, lo que abundaba en el
despropósito que dirigía Iturralde González.
Pese a todo, el peligró rondó tímidamente el área de
Lemmens y así en la única jugada de mérito que trenzó el Sevilla en el primer período
-balón al hueco de Antoñito a Gallardo, centro de éste al primer palo y remate fuera de
Carlitos- y en un lanzamiento de falta de Baptista que desvió con acierto Lemmens se
cantó al menos el «huy»en la grada. De parecido calado fueron la escasas aproximaciones
visitantes, un disparo alto de Maxi, un cruce de Javi Navarro en el área ante Tamudo
después de que éste quebrara a Pablo Alfaro y una internada de Vignal, quien tras
quebrar la salida de Esteban saltó sobre éste en vez de dejarse arrollar, por lo que el
posible penalti acabó en tarjeta para ambos, al visitante por fingir y al local por
recriminárselo con excesiva vehemencia.
Pocas notas más para resaltar en un primer período, en el
que se volvió a evidenciar por enésima vez que Baptista se pierde cuando retrasa su
posición, aunque no se sitúe en línea con Martí. El máximo goleador no tuvo llegada y
además perdió innumerables balones ante la atosigante marca de Wome.
Otra cuestión que quedó palpable en este período es que Daniel Alves ha bajado muchos
enteros en los últimos encuentros. Su fútbol ya no es tan explosivo y sin esa chispa no
crea peligro en ataque y sí lo genera en contra, ya que se recrea con el balón y sigue
cometiendo errores de bulto en la marca.
En el descanso Caparrós mueve su primer peón y retira a
Carlitos -bullicioso y alocado en su juego- para darle medio tiempo para reivindicarse al
cuestionado Darío Silva. Algo más espoleado sale el conjunto nervionense y fruto de ello
Baptista, en una arrancada de las suyas se planta ante Lemmens, pero no acierta a batirlo.
Pero a renglón seguido llegó el único gol del encuentro, que se gestó en un centro de
Antonio López al segundo palo, prolongado al primero por Darío Silva y rematado -en
posición ligeramente adelantada- por Antoñito.
El tanto, que debía tranquilizar a los locales y poner
nervioso a los de Luis Fernández, acuciados por sus urgencias clasificatorias, no tuvo
ese efecto. De hecho Lemmens tuvo muy poco trabajo tras el 1-0, lo que se puede decir de
su colega Esteban, que apunto estuvo de tener que retirarse tras chocar con su compañero
Martí y lastimarse el tobillo poco después.
Reaccionó el entrenador visitante dando entrada a Iván de la Peña y su salida le dio
otro cariz a un equipo hasta entonces plano en ataque e inoperante. Domoraud estuvo a
punto de repetir la faena de Montjuic, a servicio de falta del cántabro , pero su
cabezazo se marchó fuera por poco. Poco después es Hadji el que obliga a lucirse a
Esteban y diez minutos después vuelve a rematar con peligro el marroquí.
Caparrós viendo el dominio visitante dio entrada a Torrado,
retiró a Antoñito y dio más libertad atacante a Julio Baptista. La medida no dio el
efecto deseado, ya que el Sevilla no tuvo más control del juego y tampoco supo asegurar
el resultado a la contra. No obstante, Torrado tuvo el 2-0 en sus botas tras una buena
internada de Gallardo, pero se recreó en el disparo y falló un remate claro. Jordi
Cruyff apunto estuvo de marcar en el noventa, pero su cabezazo se estrelló en la cruceta.
Nadie hubiera podido tachar de injusto el empate en un partido tan insufrible.