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JORNADA 28
2-0: Pierde los puntos y a Baptista
JUAN MANUEL ÁVILA
VALLADOLID. El Sevilla
no sacó nada de Zorrilla y además perdió a su máximo goleador, lesionado en un muslo.
El conjunto de Nervión no supo sacar partido del arranque, en el que fue claramente
superior al Valladolid y se vio impotente y sin recursos cuando los de Fernando Vázquez
-expulsado antes de finalizar el primer período- se adelantaron poco después de
iniciarse la segunda mitad. Esta derrota frena las aspiraciones europeas del equipo y
cortan su racha de cinco partidos sin perder.
En una tarde casi primaveral para lo que se estila por estos
lares, con un estadio casi repleto, y mientras en España y en Andalucía se dilucidaba en
las urnas el futuro político de los próximos cuatro años, Valladolid y Sevilla
pleiteaban por una cuestión menor, en el caso del equipo de Fernando Vázquez por
asegurar un poco más que el año que viene también seguirá siendo equipo de Primera, y
en el de su colega y amigo Joaquín Caparrós por dar ese «pasito más» que rubricaría
casi matemáticamente el objetivo que persiguen los pucelanos y de camino supondría
evidenciar que de verdad se aspira a metas más altas.
En la formaciones nada que se saliera de lo previsto en la previa. En los albivioletas,
Bizarri, bajo palos; defensa de tres centrales con Peña, Caminero y Jonathan, por delante
de éstos Torres Gómez, Jesús y Óscar Sánchez; en la mediapunta Óscar y Sousa y más
adelantados Fernando Sales y Losada. Frente a ellos los anunciados, con Antoñito formando
dupla ofensiva con Julio Baptista y Torrado de pareja del incombustible Martí en la
medular.
Y con estos protagonistas el primero que estuvo a punto de
romper las tablas en el marcador fue el Sevilla. Cuando iba poco más del minuto en juego
Baptista caza un balón en el área, pero su disparo no llega a la red al cruzarse en el
camino Torres Gómez. En el saque de esquina que se botó a continuación cabecea Martí y
se luce en el despeje Bizarri. El equipo de Nervión sale dominador ante un Valladolid que
tarda en meterse en el partido. Son minutos en el que sobresale la potencia de Baptista en
las arrancadas, que provoca la admiración de la hinchada pucelana.
Antes de cumplirse el diez Sousa no aprovecha el hueco que la defensa sevillista le deja
por el centro al arrastrarla Losada y la pifia ante Esteban. Dos después es rubio
delantero del Valladolid el que no acierta en boca de gol ante un buen servicio de
Fernando Sales.
El partido tenía dinamismo y pese a que las ocasiones de
gol eran más bien «ligths», resultaba entretenido. Ambos equipos trataban de llegar al
área rival por diferentes caminos, los de Vázquez elaboraban más sus acciones para
meter la directa cuando el balón llegaba a Sales. En el Sevilla había menos toques y
Antoñito apenas entraba en juego, Baptista asustaba más que daba, mientras que Martí y
Torrado tenían más presencia en el juego que los medios locales.
En medio de este ir y venir de un área a otra, con mayor presencia carmesí en la de
Bizarri, comenzó a cobrar protagonismo Muñíz Fernández. El colegiado asturiano
acaparó las iras de los veinte mil espectadores cuando en el 40 expulsó a Fernando
Vázquez después de que éste pegara un pelotazo al aire tras una falta de Martí a
Peña. Tal desconsideración fue elevada al grado de insulto o agresión en la
interpretación del árbitro y el técnico se tenía que ir a la grada.
Chilena de Antoñito
En los últimos minutos dio señales de estar en el campo
Antoñito, sobre todo en una chilena que se marchó fuera por poco, aunque Muñiz la
consideró falta. Pocas «nueces» para quien aspira a hacerse un sitio estable entre los
titulares. Así lo entendió también Caparrós, que sustituyó al del Polígono por
Carlitos en el descanso.
Y estaba el bullicioso Carlitos comenzando a aparecer cuando el Valladolid cobró ventaja
en una acción que el Sevilla parecía tener bien trabajada. Tras un cruce providencial de
Alfaro ante un remate de Óscar a bocajarro, el balón acaba en córner y éste en gol
tras remate de Jonathan en el área pequeña.
Error que acusa el Sevilla y que propicia que el equipo
local juegue a partir de ahí, además de a favor de querencia, al estilo que más le
favorece, el contragolpe. Ahí se engrandece la figura de Fernando Sales, quien empieza a
poner en apuros a todo el entramado defensivo. Y en una de sus incursiones encara en el
área al bisoño Alves, éste le mete el hombro y sevillano hace el resto para que Muñiz
señale pena máxima. Convierte Jesús el 2-0 y lo que pudo ser un empate a uno en la
acción inmediatamente anterior, tras desviar Bizarri un «remate» de Carlitos con lo que
pudo, se convertía en un resultado prácticamente insalvable para los de Caparrós. De
poco sirvió que entrara Hornos, aportó entrega y poco más, por Torrado, ni Gallardo,
perdido y sin fe alguna en su juego, por Daniel tras su inocente penalti. Para colmo de
desdichas Baptista se lesiona y sólo aguanta los minutos precisos para buscar su quinta
tarjeta que le permita cumplir sanción durante su recuperación. De ahí al final se
venir más el tercer gol local que el primero de los visitantes, que al menos se van sin
que la herida se hiciera más grande en los minutos finales.
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