MEDIO AMBIENTE

Un entorno natural único

El compromiso de Rivas Vaciamadrid con el Medio Ambiente es una de sus principales señas de identidad. Además de una extensa red de parques urbanos, el municipio disfruta de un paisaje ecológico único en Europa como el Parque Regional del Sudeste.

Rivas Vaciamadrid posee muchas y diferentes señas de identidad. Desde el gran monolito-espiral de acero que recibe al visitante a su entrada, hasta el imponente auditorio de Pilar Bardem. Y sin embargo, el mayor motivo de orgullo de la ciudad sigue siendo su importante patrimonio medioambiental, uno de los más singulares de la Comunidad.

Los Cortados, las lagunas, y los cerros, la confluencia de los ríos Jarama y Manzanares... son enclaves emblemáticos para los ripense. Todos ellos forman parte del Parque del Sudeste, uno de los cuatro protegidos que discurren por la región madrileña.

En Rivas, el parque se extiende alrededor de toda la ciudad y ocupa un 72 por ciento de su término municipal.

Un paisaje de contrastes

La unión de la Naturaleza con la mano del hombre, ha creado en este parque una particularidad que lo hace único, y curiosamente, también más valioso: en un mismo espacio se conviven hasta tres ecosistemas diferentes, con fauna y especies vegetales casi únicas y también diferentes entre sí.

«En Biología le llamamos ecotono», afirma, Jorge Romea, biólogo de Rivas, que explica con cierto orgullo el valioso legado natural de la ciudad: «Este contraste permite una zona de transición en la que conviven especies distintas; es un fenómeno raro y además algunos de los ecosistemas son casi únicos en Europa».

Sin embargo, este valor se encuentra, a menudo, oculto para el ojo inexperto, y en el caso de este parque, no siempre es apreciado como es debido. Desde algunas zonas, el paisaje parece un páramo. Un lugar degradado, poco atractivo. Nada parecido con otros parques madrileños, de densos bosques, como el del Guadarrama. Pero en este lugar árido se esconden algunos de los más valiosos tesoros naturales de Europa. Para encontrarlos hay que acercarse al suelo, pegarse a la tierra. Son joyas muchas veces diminutas y dispuestas a ras de las piedras.

La causa de este perfil árido es el yeso, un material que abunda en los suelos de la zona y que ha creado uno de los tres ecosistemas que conviven aquí. El yeso crea un ambiente casi estepario, duro para la supervivencia. Y sin embargo, no desértico. En él crecen cientos de especies endémicas, raras y por ello especialmente protegidas. Estos animales y plantas, a veces diminutas, tienen una belleza particular; como el escarabajo avispa, un coleóptero autóctono de la Comunidad madrileña, que se encuentra en la lista de animales protegidos por la Unión Europea.

Yesos, lagunas y riberas

El paisaje de los Cortados, llamados así por los afilados roquedos que lo forman, es un buen ejemplo de este ecosistema de yesos. Los riscos de los Cortados están creados precisamente por este mineral quebradizo y por piedra caliza. En sus acantilados anidan aves rapaces protegidas, como el halcón peregrino, la primilla o el milano negro.

La confluencia de los ríos Jarama y Manzanares forman el segundo de los ecosistemas más ricos de la zona: un paisaje de riberas poblado de ánades, y olmedos, los únicos en toda Europa sanos de grafiosis.

La intervención del hombre en este entorno natural también ha modificado y creado sus propios ecosistemas, dentro del parque, tan valiosos y particulares como los naturales.

Las lagunas son el mejor ejemplo de este ambiente artificial, creado por las aguas subterráneas de arroyos y afluentes del Jarama. La culpa, o causa, de su formación la tienen las extracciones de grava que proliferaron en los años 60, y de las que aún se conservan las máquinas graveras.

La naturaleza, acostumbrada a sobrevivir, volvió a salir adelante en estas zonas inundadas, donde antes no hubo lagos. Y poco a poco se fueron acomodando nuevas especies, muchas de ellas nómadas. Abundan, por ejemplo, las cigüeñas, atraídas por el ambiente pantanoso de las lagunas, aunque también por la comida fácil del antiguo vertedero, ahora descontaminado. El contorno de estas grandes charcas se llena de plantas acuáticas como los juncos, y en sus aguas nadan anfibios y es posible incluso encontrar peces.

Dos grandes centros

El Gobierno regional gestiona y es responsable de la mayor parte del parque, donde ha instalado el Centro de Interpretación del Medio Ambiente, en el que a través de exposiciones y muestras, se enseña a descubrir los tesoros escondidos de estos parajes.

El Ayuntamiento ripense, por su parte, es también titular de, al menos, 80 hectáreas de parque en la zona conocida como el Soto del Grillo, donde pretende continuar todos los cursos, excursiones y actividades educativas que, también desde el Consistorio, permiten a los ripenses conocer su entorno ecológico.

Con esta intención educativa y lúdica, abrió en junio de 2005, el centro medioambiental Chico Mendes, un vanguardista edificio donde se organizan exposiciones, talleres y cursos sobre sostenibilidad y respeto al Medio Ambiente, que representa, como ningún otro, el compromiso del municipio con la Naturaleza.

Ciudad de la sostenibilidad

Los barrios que se levantan en Rivas brillan, vistos desde el cielo. Son las placas fotovoltáicas que por ordenanza municipal todas las viviendas de nueva construcción han de instalar. El municipio fue el primero en toda la Comunidad, en incorporar este elemento que hoy resulta tan común y se que se vende como lo último en ahorro y respeto al ecosistema. Este es sólo un ejemplo del carácter pionero de la ciudad en sostenibilidad. Pero hay más: como la sustitución de los hasta ahora tan populares jardines ingleses por xerojardines, adaptados al clima español y menos derrochadores de agua, aquí tan escasa. O bien el reparto gratuito de sistemas de compostaje para convertir la poda en estiércol.



MEDIO AMBIENTE

Adiós, vertedero, adiós

 

Este año se ha completado la descontaminación del vertedero de Madrid. Más de 70 hectáreas de basura acumulada durante años que serán sustituidas por un gran parque, con un auditorio y zonas deportivas. Sin duda, el mayor proyecto del municipio.

El vertedero ya estaba allí. Desde hace más de 25 años. Una gran montaña de basura y desperdicios que la capital había acumulado de manera incontrolada durante una década y que se había convertido en una realidad insostenible.

Insostenible medioambientalmente. Insostenible para la salud de los ciudadanos, y también para la imagen de Rivas.

Ahora, el vertedero ha dicho definitivamente adiós. Su descontaminación representa el proyecto más importante y de mayor envergadura de la última década en el municipio: los trabajos de limpieza han concluido esta primavera, dejando libre las más de 70 hectáreas de suelo que hasta ahora estaban ocupadas por residuos.

Las grúas y camiones han realizado una labor hercúlea durante los últimos tres años: han retirado hasta 6 millones de toneladas de inmundicia, han excavado hasta llegar a suelo totalmente limpio, y han allanado la zona.

Un lugar de encuentro

Pero el proyecto no acaba ahí. Sobre este suelo, ahora baldío y limpio de basura, se construirá uno de los mayores parques del municipio. En él, además de jardines y zonas arboladas, se pretende habilitar toda una serie de espacios dedicados al deporte, el ocio y la cultura. Suelo, les sobra: casi 70 campos de fútbol caben en este antiguo vertedero de Madrid.

Para practicar deporte, por ejemplo, se construirán pistas de tenis (2), baloncesto (habrá 3), pádel (otras 3), y fútbol sala (2). Además, se dedicará un espacio reservado a un circuito de equitación, donde se podrá montar a caballo, y un gran lago de 7.000 metros cuadrados donde practicar piragüismo y remo. Zonas de juegos, quioscos, pistas de petanca... La lista es interminable, para tanto suelo libre.

Entre todos estos usos, el proyecto más ambicioso y señero de este futuro parque es sin duda el Gran Auditorio que, al más puro estilo clásico, se construirá recostado sobre una colina.

Al aire libre y con el cielo como única cubierta, se representarán en él obras de teatro, conciertos y grandes eventos. El objetivo del Ayuntamiento es convertirlo en uno de los principales escenarios de la ciudad.

Junto al Auditorio, se levantará también un parque ferial, que estará destinado a acoger las principales fiestas populares de la ciudad, que se concentrarán por primera vez en un espacio dedicado en exclusiva a ellas.

Un vertedero caótico

El antiguo vertedero había permanecido en ese lugar desde 1967, cuando Madrid lo concedió en concurso público para almacenar toda su basura.

Entonces, en una época de escasa conciencia ecológica, la basura acababa en cualquier lugar de vaguadas, donde arrojarla sin control. Algunas montañas de desperdicios alcanzaban los 30 metros de espesor. No tardó en convertirse en el principal estercolero de la ciudad, hasta que en 1978, a sólo algunos kilómetros, fue sustituido por el de Valdemingómez.

La descontaminación rondaba las mesas del Ayuntamiento desde hacía años, pero el actual proyecto arrancó en 1998, con los primeros estudios del terreno.

Ahora, la basura ya no está allí. Sino bajo tierra, bien resguardada, como un mal recuerdo que no debe salir nunca más. Confinado en dos grandes celdas herméticas de material geotextil y piedra, y casi seis millones de metros cúbicos de capacidad, que han sido enterradas.

Este innovador sistema permite más seguridad y limpieza, con un simple tratamiento de extracción del biogás de algunos residuos, que serán totalmente inertes en 10 años.

Sobre las celdas se han creado sendas colinas artificiales, con unas vistas únicas de Madrid, la sierra de Guadarrama y el Parque Regional del Sudeste.

El futuro parque aspira a ser el gran corredor verde, que sirva de eje articulador entre el casco antiguo y el noroeste del municipio. Alrededor de él se levantan ya los nuevos barrios y los polígonos industriales que representan el futuro de la ciudad. Será pues, el centro geográfico, el corazón de la gran ciudad en la que sueña convertirse Rivas Vaciamadrid.