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AJALVIR
La necesidad de crecer
Ajalvir es un tranquilo municipio que anhela ofrecer vivienda a los miles de trabajadores que se desplazan hasta allí cada día, además de seguir generando más crecimiento económico y nuevas infraestructuras a sus 3.000 vecinos actuales. Gran parte de sus esperanzas pasan por la aprobación de un nuevo planeamiento urbano que no termina de llegar
Ajalvir
Entrevista con el Ricardo Besteiro de la Fuente, alcalde de Ajalvir
Más casas para sus trabajadores
Lluvia de dotaciones

LA LOCALIDAD EN DATOS:

Extensión: 19,6 kilómetros cuadrados.

Altitud: 689 metros.

Distancia de la capital: 27 kilómetros.

Porcentaje de la renta disponible bruta sobre el total de la Comunidad de Madrid: 93,69 por ciento.

 

En Ajalvir, al contrario que la inmensa mayoría de los vecinos de la Comunidad de Madrid, celebran sus fiestas grandes embutidos en abrigos. San Blas y Nuestra Señora de la Candelaria se festejan los días 2 y 3 de febrero, así que esos días los ajalvireños se arman de valor y se divierten con el termómetro en contra y aunque nieve, no sería la primera vez.

Como manda la tradición, los toros son una cita clave en estos festejos, y cada año se instala una plaza portátil para la novillada. Ahora, si sale adelante una operación para construir unas 800 viviendas en el municipio, la empresa se ha comprometido a construir una plaza de toros fija y hasta cubierta. En el Ayuntamiento están encantados con la propuesta.

Evidentemente, la plaza sólo es un detalle de la importancia de esa operación para el Ayuntamiento. Y es que Ajalvir quiere crecer, casi lo necesita, teniendo en cuenta que al menos 15.000 personas se desplazan cada día hasta allí para trabajar.

«En otros municipios se hacen 7.000 viviendas y se trata de traer gente para que las ocupe, aquí tenemos 3.000 habitantes y 15.000 trabajadores sin vivienda; esperamos poder conseguir por fin el Plan General», reflexionan fuentes municipales.

Llevan intentándolo más de una década, pero por el momento han tocado hueso con la Comunidad de Madrid, afirman.

Previsiones optimistas

Con todo, ahora son optimistas: las previsiones son halagüeñas, y quizá próximamente llegue la buena nueva de que se da luz verde al Plan General y, antes incluso, a las 800 viviendas que llevará aparejada —casi de propina— la construcción de una plaza de toros cubierta para que nadie se vuelva a helar en las fiestas grandes.

Ajalvir anhela ofrecer vivienda a sus miles de trabajadores, generar más crecimiento económico, ofrecer más infraestructuras y equipamientos a sus vecinos... gran parte de tantas esperanzas pasan por la aprobación del planeamiento, pero no todo. Así, mientras llega, la localidad continúa progresando, creciendo poco a poco.

Destacan, sobre todo, las mejoras en las comunicaciones por carretera, que les permite mantener su estrecha vinculación con Daganzo de Arriba, Torrejón de Ardoz y Alcalá de Henares, pese a que Alcobendas también se encuentra muy cerca.

Los logros en materia educativa también son de resaltar y, sobre todo, los que se esperan: un nuevo colegio y un instituto.

En materia cultural y de ocio los ajalvireños ya disfrutan de más propuestas y espacios cada vez: un festival de cine de cortos, diversos talleres, los futuros centro cívico, sala multidisciplinar y salón cultural...

Majestuosa iglesia

Todo ello, además, en torno a la majestuosa iglesia de la Purísima Concepción, rehecha a partir de 1762 sobre un templo, posiblemente renacentista, del que no quedó nada. Destacan, sobre todo, el pórtico de la iglesia, así como los cuadros que alberga.

Las competiciones de tenis, además del omnipresente fútbol, captan la atención de los chavales de Ajalvir. Cuando llega el verano, cómo no, a refrescarse a las piscinas del municipio.

Vuelve aquí la estrechísima relación de Ajalvir con el agua, una relación que le puso en la senda del progreso en la década de los 70 del siglo pasado —tras encontrar unos pozos que atrajeron a la industria— y que aparece hasta en la misma etimología del nombre del pueblo, según algunos expertos.

Ajalvir, libre de señoríos desde la Nochebuena de 1579 tras reunir entre todos sus vecinos casi 300.000 maravedíes, quiere seguir desarrollándose para escribir su propia historia.