Un siglo contado por ABC

 

Declaraciones del héoe

París 22, 1 tarde. A las dos de la madrugada, a pesar de su cansancio, ha tenido la gentileza de recibir a unos periodistas y aviadores franceses en la Embajada de los Estados Unidos. Lindbergh vistió un pijama, que le había prestado el embajador. Parece inverosímil (...) la ausencia de muestras de cansancio. Se mantiene en pie, asegurando que así descansa mejor. Sobre el lecho hay un montón de cablegramas, entre ellos el de la madre del aviador, y el del presidente Coolidge. Lindbergh ha tomado una ligera cena fría y una copa de champagne.

Se ha expresado en estos términos. (...) «Aunque había recibido antes de salir de Nueva York comunicaciones oficiales anunciándome un tiempo excelente y condiciones atmosféricas favorables, cuando llevaba recorridas mil millas, la cosa no marchaba muy bien, y les aseguro que no estaba muy divertido: tan pronto tenía que bajar hasta hallarme a unos diez pies sobre el mar, como tenía que elevarme a mil metros para mantener la estabilidad de mi aparato. Durante el día no vi ningún barco, y solamente por la noche llegué a ver las luces de un paquebot, a pesar de hallarme envuelto en la niebla.

Me he aburrido soberanamente y estaba ya tan muerto de sueño que tuve que recurrir a la cafeína para no dormirme a última hora. Cuando aterricé me quedaban todavía 200 litros de esencia, para volar un rato... Estoy realmente encantado del recibimiento que me ha dispensado el pueblo francés, cuyas manifestaciones considero como el mejor premio al triunfo de mi empresa». Añadió que su próximo vuelo sería a Australia o Filipinas, partiendo del Oeste de los Estados Unidos.
(Publicado el 22-5-1927)


 

 

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