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Un siglo contado por ABC
Relato de un naúfrago
Resumen del texto publicado en ABC el 22-4-1912
París 21, 10 mañana. Mr. Bride, el
segundo telegrafista del Titanic, ha hecho el relato siguiente en presencia
de Marconi, que se halla actualmente en Nueva York. (...)
«Me sorprendió encontrar al capitán, que nos dijo:
"-Hemos chocado con un iceberg" (...) »La cubierta estaba
llena de gente. No oí reyertas; pero oí decir que las había
habido. (...) »El capitán entró en nuestra cámara
y nos dijo: "Amigos míos, habéis cumplido perfectamente
con vuestro deber. Podéis salir de esta cámara. Ha llegado
la hora de que cada hombre cuide de su vida."
»Phillips, sin embargo, seguía telegrafiando. (...)
»En popa la orquesta estaba tocando una pieza de moda: Otoño
Phillips se fué hacia donde estaban los músicos; le perdí
de vista. Volví donde había visto la lancha desmontable.
Con ayuda de otros pasajeros la iba á poner á flote, cuando
una ola nos derribó a todos. Respiré libre y me hallé
en el agua, entre cientos de hombres que pugnaban por salvarse. Me alejé
nadando lo más de prisa que podía del buque, que se hundía
lentamente, con la popa en lo alto. (...)
»Estaba transido de frío y me sentía hundir. Vi una
barca, y haciendo un esfuerzo traté de acercarme. Me recogieron.
Era la lancha desmontable y estaba llena de náufragos.
»A nuestro lado, en todas direcciones, se veían escenas terribles.
Había cientos de hombres que nadaban y desaparecían bajo
el agua. No podíamos socorrerlos, porque la embarcación
estaba muy recargada y parecía que iba á hundirse. Las olas
me pasaban por encima de la cabeza.
»Mientras mirábamos á todos lados, buscando la luz
de un barco, uno de los náufragos preguntó: "¿No
creéis que debemos "rezar"?" El hombre que hizo
esta proposición interrogó á los otros cuál
era su religión. Uno dijo: Católico; otro, metodista; otro,
presbiteriano. Se convino en que el Padrenuestro era la oración
más apropiada, y lo rezamos á coro. Parecía que el
corazón se nos había subido á la garganta.
»Pocos minutos después vimos que se acercaban unas luces;
ya no me ocupaba de nada. El Carpathia nos recogió.
»Cuando iba yo á subir por la escala observé que en
el fondo de nuestra barca había un hombre muerto. Era Phillips.
Debió morir de frío, de fatiga ó de asfixia.
»A pesar del dolor fortísimo que sentía en las piernas
pude subir por la escala.» (...)
Catástrofes marítimas
En 1854, City of Glasgow, 480 víctimas En 1870, el Captain,
500.
En 1878, el Euridice, 300. El mismo año, el Grossner, 300 víctimas.
En 1885, el navío italiano Regente, 420.
En 1893, el Victoria, 360.
En 1895, el Elbe, 401.
En 1896, el Drumond-Castle, 247, y el Saller, 280.
En 1898, La Bourgogne, 500.
En 1903, Le Libau, 117.
En 1904, el Gironde, 106, y el General Flonun, 1.000.
En 1905, el Gilda, 128.
En 1906, el Sirio, 200.
En 1907, el Poiton, 58.
En 1908, el Larache, 85.
En 1910, el General Chanzy, 156, y el Lima, 130.
(Publicado en ABC el 19-4-1912)
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