Historia de un banquete
Por Carlos Maribona

El menú del banquete de la boda de Don Felipe y doña Letizia, que estará a cargo del restaurante madrileño Jockey, uno de los emblemáticos de la capital de España, es uno de los secretos mejor guardados del enlace del Príncipe de Asturias.

Del clasicismo de este tradicional restaurante, así como de los menús que se han servido en fechas recientes en distintas celebraciones oficiales de la Familia Real, siempre dentro de la ortodoxia culinaria, cabe esperar que el banquete no contenga ninguna sorpresa ni guiños a las nuevas tendencias de la cocina. Jockey lleva veinte años ocupándose de las cenas oficiales y otros acontecimientos de los Reyes, por lo que sus responsables conocen perfectamente sus gustos y preferencias.

 

Para hacernos una idea de por dónde puede ir el menú que se ofrezca el próximo sábado día 22 de mayo nos sirve de referencia éste que preparó también Jockey en la cena de honor que ofrecieron los Reyes al presidente francés Jacques Chirac en el Palacio Real con motivo de su visita de Estado en octubre de 1999:

Sopa fría de melón con jamón ibérico

Crepes de maíz rellenas de codorniz
Lomos de lubina a la casera

Suflé frío de frambuesas con salsa Aranjuez

Vinos:
Fino Quinta, blanco Chivite Colección 125, tinto Imperial gran reserva 1987, cava Jaime Codorníu reserva especial.

Como puede verse, presencia del jamón ibérico, uno de nuestros lujos alimenticios que seguramente no faltará en esta ocasión, y presencia también de otros productos españoles de primera calidad como la lubina salvaje. Este pescado suele estar presente en las comidas oficiales de nuestros Reyes, hasta el punto de que fue ingrediente fundamental de los dos banquetes más importantes ofrecidos por la Familia Real en los últimos tiempos. Tanto en la boda de la Infanta Doña Elena, en Sevilla, como en la de la Infanta Doña Cristina, en Barcelona, se sirvieron platos elaborados con lubina, un pescado de carne firme y delicada, muy cotizado cuando procede de capturas en libertad y no de piscifactorías. En Sevilla, la lubina provenía del Cantábrico y se preparó con trufas y almendras. En Barcelona, se cocinaron los lomos de este pescado acompañados con un suflé de langostinos.


Lo que sí sabemos con certeza es que el vino tinto que beberán los invitados procederá de la denominación de origen Rioja. Se trata de un tinto gran reserva de la añada de 1994, una añada calificada de excelente y que está considerada por los especialistas como la mejor de las últimas décadas. Para elegirlo se llevó a cabo un riguroso proceso de selección entre grandes reservas de los años 94 y 95 presentados por 91 bodegas riojanas. El vino ganador, según los catadores, es una joya enológica que a los diez años de vida ha alcanzado su plenitud, y representa perfectamente a los actuales tintos riojanos de alta gama. En su cata se aprecia que evoluciona lentamente en la copa y va mostrando aromas especiados, notas de fruta roja madura y apuntes de regaliz. Resulta muy agradable en boca, balsámico y con gran complejidad. El Consejo Regulador enviará para la boda un millar de botellas, que irán vestidas con una cápsula y una etiqueta especialmente elaboradas para la ocasión. Por expreso deseo de la Casa Real, se mantendrá en el anonimato el nombre de la firma bodeguera elaboradora.

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