El 10 de mayo de 1891 aparece el primer número de la revista Blanco y Negro, y con ella empieza a tomar forma, sin saberlo aún, la Colección ABC. La aparición de Blanco y Negro y la filosofía que su creador, Torcuato Luca de Tena, quería implantar con la nueva publicación, revolucionaron la prensa española del momento. La nueva revista surgía con una íntegra vocación popular de difundir la actualidad nacional e internacional entre el gran público. Lo que era un visionario reto en el contexto sociocultural de la España de finales del siglo XIX marcada por desmedidas diferencias sociales y un índice de alfabetización casi simbólico.
En este entorno, la imagen era la mejor herramienta para contar lo que ocurría en el mundo sin profundizar demasiado en los asuntos, y Blanco y Negro la utilizó para ofrecer a sus lectores una información rápida y variada. La publicación se convirtió así en un medio de comunicación que sedujo al público por su formato e ilustraciones, pero también por marcar desde el comienzo un cuidado nivel en la presentación de los contenidos, por alejarse de la pura y dura información política y dar cabida a elementos literarios y artísticos a través de sus relatos e ilustraciones, de espacios lúdicos como viñetas de humor, charadas, acertijos y caricaturas. Todo ello para que la actualidad nacional e internacional estuviera al alcance de muchos.
El componente gráfico que surgió con Blanco y Negro se incorporó más tarde, como ADN de familia, al periódico ABC, primero en 1903 como edición semanal y a partir de 1905 como edición diaria, y a las sucesivas publicaciones que surgieron al hilo de este medio. Con esta tradición y esta trayectoria periodística de más de un siglo, la imagen no ha sido para ABC una cuestión de estilo editorial, ha sido un patrimonio que preservar, difundir y legar a la sociedad. Un conjunto artístico inimaginable que un siglo después se presenta como uno de los mejores testigos para contar la historia del arte gráfico, en particular, y del mundo, en general, a golpe de lápiz, tinta y pincel. HISTORIA Y ESTÉTICA. Todas las historias tienen un comienzo y, a veces, un fin.