... Y en eso cayó Fidel

Era el final de uno de esos interminables discursos a los que acostumbra el dictador cubano.


Fue el 20 de octubre, en Santa Clara, delante del mausoleo del «Che», ante mucha gente. Los fotogramas del tropezón provocaron, fuera de su círculo de seguidores, alguna sonrisa y más de una pregunta sobre el futuro de Cuba después de Fidel.

En realidad, algo parecido a lo que había ocurrido en junio de 2001, cuando Castro sufrió un desmayo durante otro discurso, esta vez en La Habana, con 60.000 testigos.