El hombre del año

La revista «Time» le ha dedicado estos días la que suele ser la portada más vista del curso, la que designa a la «Person of the year».

Argumentos no faltan. George W. Bush se enfrentó en las elecciones del 2 de noviembre a una suma pocas veces vista de circunstancias adversas, decisiones discutibles, crítica acerada de muchos medios de comunicación y el cuchillo de filo cortante de una parte de la opinión pública (sobre todo, en Europa). En España, en concreto, el proceso se siguió casi como una elección propia.

El veredicto de las urnas, la victoria del candidato republicano, dejó un salpicón de caras de sorpresa. Al fondo aleteaba el terremoto provocado en las relaciones intrenacionales por la guerra de Irak. Cada día de campaña se mezclaba el mismo cóctel: los muertos en cualquier calle de cualquier ciudad de aquel país y los discursos de Bush y Kerry. Los expertos explicaron luego que muchos estadounidenses valoraban entre tanto otras cuestiones, muchas de ellas de índole moral, como el matrimonio de los homosexuales.