La Ira de la Tierra

El 7 de enero
, doce días después del terremoto que arrasó la ciudad iraní de Bam, era rescatado con vida un hombre de unos cuarenta años, que había quedado sepultado entre las ruinas de su casa. Era la esperanza tras la ira de la tierra, sembrada por el seísmo con al menos 30.000 cadáveres, que se abría al año nuevo con el anuncio del Gobierno de Teherán de comenzar la reconstrucción de la ciudad histórica devastada y restaurar su ciudadela medieval, de más de 2.000 años de antigüedad.
Un suma y sigue de desastres porque el 2004 aún depararía al mundo el drama de más catástrofes naturales: una ola de frío causará en México 72 muertos en dos meses (enero y febrero); los terremotos sacudirán poblaciones en Indonesia, Pakistán, Turquía, China, Japón y Marruecos, donde un seísmo de 6,1 grados en la escala de Ritcher causaba, el 24 de febrero, 572 muertos y 405 heridos en Alhucemas; ciclones en Madagascar y Estados Unidos matan a 200 personas; lluvias torrenciales y desbordamientos que arrastran a 410 habitantes en la República Dominicana; inundaciones que acabaron primero con la vida de 2.668 haitianos en mayo y tormentas tropicales que devastan Haití en septiembre con 1.330 muertos, 1.056 desaparecidos y 300.000 damnificados o huracanes como «Iván», que provocó 114 víctimas mortales a su paso por el Caribe.