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| Castilla y León. Asados, vinos y legumbres para pasar mejor el duro invierno. |
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| En toda mesa de Castilla y León no falta un buen asado. El caso de esta comunidad, por extensión y variedad, es único. Cada zona tiene sus propios recursos y sus productos típicos, desde vinos hasta repostería, pero coincide con sus vecinas en algunos puntos. El lechazo de Castilla y León, cuya calidad está reconocida a nivel nacional, es común a las nueve provincias, aunque en cada zona se decantan por unas carnes u otras: Ávila por su carne de vacuno, reconocida también a nivel nacional; Burgos por su cordero; León por su botillo; Segovia, por su cochinillo; Salamanca por su jamón; y Valladolid, por su caza... |
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| Tierra de asados. Lechazo y cochinillo sirven de materia prima a un plato que sólo necesita fuego, carne y buen diente. |
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| Tiendas gourmet |
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Barros, vinos y delicatessen
San Segundo, 19. Ávila. Tel.: 920 22 29 44.
Artesa
Ordoño II, 27. León. Teléfono: 987 251855.
Mantequería Marcos
Concejo, 14. Salamanca. Tel.: 923 21 23 75.
Repostería de monjas
Mayor, 15. Toro (Zamora) |
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Para regarlas destacan cinco vinos con D.O.: Bierzo, Cigales, Rueda, Toro y, el más reconocido, Ribera del Duero. Además de otros tantos caldos considerados Vinos de la tierra, como son el de Arlanza o el de Valles de Benavente, entre otros.
Del resto de los productos de esta lista merecen especial mención las legumbres. Castilla y León es el único lugar de España, con la excepción de la faba de Asturias, que puede presumir de tener legumbres con etiqueta. Así sucede con las judías de El Barco de Ávila; la lenteja de La Armuña, del norte de Salamanca; la lenteja pardina de Tierra de Campos, que se cosecha en León, Palencia, Valladolid y Zamora; y el garbanzo de Fuentesaúco. Éste último tiene además una tradición que se remonta al siglo de oro, cuando el escritor Francisco de Quevedo recibía sacos de estos garbanzos obsequio del conde de Fuente de Saúco. Quevedo los llamaba “mi mejor golosina”, pero en sus libros, como en “El buscón”, la penuria hacía que sólo flotase uno en el puchero.
Igual tradición y fama tienen otros alimentos castellanoleoneses, como el jamón de Guijuelo o la cecina de León; frutas y verduras como los pimientos y manzanas del Bierzo; el queso Zamorano, del que se producen 300.000 kilos todos los años gracias a la leche de 60.000 ovejas; o, ya en dulce, las mantecadas de Astorga, y la mantequilla de Soria, que puede ser dulce, salada o natural.
Sobra calidad
Camino de situarse a ese nivel hay, según la Junta, otros cinco productos que ya han iniciado el proceso para conseguir uno de esos sellos de calidad. A corto plazo lo lograrían las alubias de León, el pimiento fresco de Benavente, y el chorizo de Cantimpalos, uno de cuyos ejemplares, de 198 kilos, aparece en el libro Guinness. El vallisoletano queso de Villalón, de leche de oveja castellana, y el queso de Burgos, también intenta su reconocimiento.
En el terreno de los quesos es donde, además, en los próximos años podría haber más cambios, si la Junta accede a la petición de la Asociación de Artesanos de Castilla y León para crear una etiqueta de artesanado. Sería un nuevo referente de calidad como las Marcas de Garantía del Gobierno autonómico que protege el cochinillo de Segovia, la ternera de Aliste, la carne de las Merindades o la ternera charra.
Este catálogo de productos de calidad de esta región recoge también quesos (Arribes de Salamanca y región del Duero); embutidos, como el chorizo zamorano; frutas y verduras: desde el puerro de Sahagún a la cereza de las Calderechas; y otros productos como la harina zamorana. Mención especial merece el pan de Valladolid, que también tiene Marca de Garantía. Que un pan tenga un reconocimiento así de calidad es una excepción. Pero el de Valladolid, cuya historia se remonta al siglo IX y que ha tenido siempre a ilustres consumidores, como el rey Carlos V, tiene ya su fama establecida.
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