Andalucía. Vino, aceite y algo del mar para acompañar.
Andalucía es lo más parecido a un mosaico gastronómico: todo tiene cabida en la comunidad, desde frutos tropicales hasta conservas de pescado, resultado de una amplia realidad geográfica y climática. La marca “Alimentos de Andalucía” es resultado del empeño de la administración autonómica por hacer de la comunidad un sinónimo de calidad, de sabor y de prestigio. La apuesta por lo natural ha encontrado un nuevo impulso con la marca “Parque Natural de Andalucía”, que promociona productos elaborados en estas regiones ambientalmente protegidas.

Aceite andaluz. Con una veintena de variedades de aceituna se elaboran aceites de sabores muy diferenciados.
Tiendas gourmet
La Alacena de Andalucía
C/ San Jerónimo, 3. Granada. Tel. 958 20 68 90.
Antigua Abacería de San Lorenzo
C/ Pureza, 12. Sevilla. Tel. 95 421 31 09.
Dejándonos arrastrar por los tópicos, muchos relacionarían inmediatamente Andalucía con vino y aceite. Y no se equivocarían en su afirmación. Porque son los dos productos que mejor pueden representarla. La obtención del aceite es más que una tradición, casi un arte, y del verde de las olivas han salido desde poemas de García Lorca o Miguel Hernández hasta la señera andaluza. Y la razón de tal riqueza no es otra más que las cerca de 20 variedades de aceituna, de las que se refinan aceites de oliva virgen extra reconocidos y con Denominación de Origen como los de Sierra de Cazorla, Segura, Cádiz o Magina, Priego de Córdoba, Estepa, Poniente y Montes de Granada, cada uno con un sabor particular y recomendado para un momento determinado.
Aunque en los campos también se cultiva la uva. Tal es la tradición vitivinícola que el propio William Shakespeare, en su obra “Enrique IV”, escribía: “Si yo tuviera mil hijos, el primer principio humano que les enseñaría sería hacerles abjurar de las bebidas espirituosas y dedicarse al Jerez”. En Huelva encontramos la gama de vinos jóvenes y afrutados del Condado. Por Córdoba, el sabor intenso de los Montilla-Moriles, vinos finos amontillados, olorosos o dulces. Los moscateles y pedroximénez de Málaga esconden su toque de licor. Pero la capital andaluza del vino es Cádiz, con dos zonas productoras como Sanlúcar de Barrameda y Jerez de la Frontera, de donde se surte al mundo entero de manzanilla, sherry y brandy, respectivamente.
Pero qué mejor acompañante para un buen fino frío que el insuperable sabor del jamón ibérico, criado y curado en Jabugo o en Trévelez. Volviendo la mirada al mar, la caballa y la melva son las estrellas de la industria de salazón del Golfo de Cádiz. Ya sea en aceite de oliva o vegetal, las conservas de túnidos gozan de la misma tradición que vinos y aceites, aunque mayor mérito si cabe por perdurar ante el empuje del mercado exterior.