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Juan Carlos I Monarquía



FAMILIA REAL l DOÑA LEONOR Y DOÑA LETIZIA

Entre Doña Leonor y Doña Letizia

En apenas dos años el Príncipe de Asturias ha visto cumplidos sus dos principales designios para garantizar la continuidad dinástica: el matrimonio y la descendencia

A. M.-F.

Aunar el amor con la razón de Estado. Ese era el objetivo perseguido por el Príncipe de Asturias a la hora de elegir a una mujer con la que formar una familia y compartir su proyecto de vida. Una mujer de la que él se sintiera enamorado, pero que también reuniera las condiciones necesarias para ser, algún día, Reina de España.

Los años pasaban, las presiones crecían y Don Felipe parecía no encontrarla, hasta que, de repente, el Príncipe de Asturias sorprendió a todos en otoño de 2003 al anunciar su compromiso matrimonial con una periodista divorciada. A partir de ese momento, los hechos se sucedieron rápidamente y en apenas dos años el Heredero de la Corona vio cumplidos sus dos principales designios para garantizar la continuidad dinástica: la boda, que se celebró el 22 de mayo de 2004, y la descendencia, que finalmente llegó el pasado 31 de octubre.

Balance de un año de trabajo
Su esposa, Doña Letizia, empezó a aprender sobre la marcha su nuevo papel de Princesa, acompañando al Heredero de la Corona en sus actos oficiales y en los viajes al exterior. Cambió su espontaneidad por prudencia y consiguió que los españoles descubrieran el lado más humano de Don Felipe.

El balance del primer año de casados era un balance de intenso trabajo en equipo, con cientos de actividades oficiales en España y en el exterior, pero cuando estaba a punto de cerrarse, saltó la noticia más esperada: los Príncipes de Asturias anunciaban el 7 de mayo el nacimiento de su primogénito, que se esperaba para noviembre.

La sorpresa de una niña
Seis meses después, en los que siguiendo la tradición de la Familia Real no se quiso conocer el sexo del bebé, Don Felipe y Doña Letizia volvían a sorprender a los españoles, cuando en la madrugada del 31 de octubre la Princesa de Asturias dio a luz, por cesárea, a una niña. La mayor parte de la población pensaba que sería un varón, un sentimiento basado sólo en impresiones subjetivas.

La recién nacida, que recibió el nombre de Leonor, a secas, el título de Infanta de España y el tratamiento de Alteza Real, vino al mundo en la clínica Ruber Internacional, de Madrid, tres semanas antes de lo previsto y su nacimiento fue acogido con todo cariño y afecto por un pueblo que, en parte, ha visto crecer a su padre, y en parte, ha crecido con él.

La Infanta Doña Leonor ocupa el segundo lugar en la línea de sucesión a la Corona, por detrás de su padre, el Príncipe de Asturias, y por tanto está llamada a ser Reina en su día.

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