Los secretos de los más espectaculares castillos medievales de España sin caer en bulos morbosos
Miguel Sobrino publica el libro 'Castillos y murallas' (La Esfera de los libros) para contar otra historia de las fortalezas más allá de su aspecto militar o las fantasías de ayer y hoy
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Iniciar sesiónLa imagen que perdura de los castillos medievales en el cine es la de unos espacios cavernosos, con la piedra vista, condiciones inhumanas, celdas subterráneas y una suciedad generalizada. Nada más lejos de la realidad histórica: los castillos y fortalezas, más allá de su uso militar ... , eran lugares con cierto confort, con librerías, paredes cubiertas de bellos tapices y otros muchos lujos palaciegos. «Hay una historia maravillosa de los castillos como centros de saber, palacios de placer, almacenes de suministros y aljibes para el agua, que me parece más interesante que las leyendas o los cuentos morbosos», explica Miguel Sobrino, autor de 'Castillos y murallas' (La Esfera de los libros), un libro ilustrado que cierra una trilogía histórica formada por 'Catedrales' y 'Monasterios'.
El libro de este dibujante y escultor recorre la historia de los castillos, muros y otros elementos defensivos en España desde la Antigüedad a la actualidad, es decir, desde cuando se creían levantados por los dioses hasta que se han convertido en ruinas. «En las fuentes antiguas se habla de murallas levantadas por los dioses, como las de Troya, porque quieren amedrentar a sus enemigos con la idea de que son obras sobrehumanas», apunta Sobrino, que en su obra trata de alejarse de los libros tradicionales de guía o de las meras estampas.
Guerra y cultura en España
La Edad Media vivió la pérdida de seguridad y estabilidad de toda Europa, de modo que cada país y cada región se puso en manos de los poderes locales que, temerosos de perder su frágil poder, se atrincheraron en castillos a cada cual más alto, más grueso. «Las murallas las construyen poblaciones que tienen miedo. Cuanto más miedo tienen más murallas han puesto las sociedades de todos los tiempos. No en vano, lo que nos enseña la historia es que da igual lo alto que sea un muro, siempre termina dando igual. Siempre cae», apunta Sobrino, cuyo libro incluye 400 ilustraciones de las construcciones que han ostentado un papel crucial en el mundo de la cultura española.
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Desde Loarre y Olite hasta las murallas de Ávila o Sevilla, el libro es un viaje en el tiempo por una arquitectura que en el Renacimiento se fue volviendo más achatada para defenderse de la artillería y, al mismo tiempo, se llenó de elementos recreativos. «A finales de la Edad Media algunos nobles empezaron a comprar y construir castillos por razones nostálgicas. Ya no servían para nada, pero tenían su demanda», señala el autor de 'Castillos y murallas' sobre un fenómeno que también afectó al resto de elementos defensivos: «Las murallas se derribaron porque eran un obstáculo para el desarrollo de las ciudades».
Sobrino sitúa el final de la historia de las grandes fortalezas en el Fuerte de Alfonso XII o de San Cristóbal, una fortaleza militar al norte de Pamplona que es casi invisible a simple vista. Una obra que costó años de construcción, pero al final no sirvió de nada. Si la artillería moderna obligó a los castillos a reducir su altura y llenarse de baluartes, la irrupción de la aviación en el siglo XX obligó a las estructuras defensivas a hundirse al subsuelo. «La evolución de la guerra ha ido rebajando las construcciones hasta meterlas bajo tierra como si fueran hormigas en un túnel», afirma el autor.
Según datos de la Asociación Española de Amigos de los Castillo, grupo creado con motivo del decreto de 1949, hay cerca 10.000 castillos, torres, ruinas, murallas y baluartes inventariados en España, aunque es posible llegar a los 30.000 y hasta 40.000 elementos de arquitectura defensiva. Esto y la enorme variedad de estilos (tardorromanos, mudéjares, cristianos, renacentistas, fortalezas usadas en la Guerra Civil, etc) hacen de España una megapotencia en este tipo de construcción. «En Francia hay castillos muy bien conservados y conocidos, pero hay que tener en cuenta que básicamente son edificios que, al seguir siendo habitados más allá de la Edad Media, fueron sometidas a reformas renacentistas. Algunos castillos españoles, sin embargo, son genuinamente medievales y se han conservado como eran», explica.
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Muchos de estos castillos se encuentran en España en riesgo de extinción y ruina. «Desde fueran muchos tienen una apariencia medieval, pero son cascarones vacíos que dentro no son lo mismo», sostiene Sobrino, profesor de cantería en la Escuela de Arquitectura de Madrid. En el libro se cuenta algún caso en que el proyecto de restauración de una torre o un castillo ha comenzado por su vaciado, llegándose a eliminar estructuras originales para sustituirlas por otras de hierro u hormigón. Salvar la fachada ha justificado todo lo demás.
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