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ABC Cultural

La muerte por una diarrea explosiva del hereje que hizo tambalearse al Cristianismo: «Se le salieron los intestinos»

Arrio de Alejandría falleció en el 336 d. C., cuando iba a ser rehabilitado por el emperador Constantino

'Bizancio. Los primeros siglos', de John Julius Norwich: el otro Imperio romano

Icono conmemorativo del Primer concilio de Nicea ABC
Manuel P. Villatoro

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No tuvo piedad Constantino en el año 325 d. C. Tras el concilio de Nicea, cenit de las diferencias religiosas entre cristianos en el viejo Imperio romano, el emperador fue taxativo: «Si se encuentra algún escrito sobre Arrio, podrá ser arrojado al fuego, por ... lo que no solo se borra la maldad de su enseñanza, sino que no quedará nada para recordarlo». Lo cierto es que tuvo fortuna el mandamás, pues aquel sacerdote tan molesto, el mismo que había vertido ideas contrarias a la trinidad de Dios, falleció poco después. Lo llamativo es que lo hizo de manera súbita y por lo que el historiador Lucas Maestre Molina ha definido como una suerte de diarrea explosiva en su ensayo 'Pequeñas historias que hacen historia' (Luciérnaga).

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