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ABC Cultural

La maldición de trabajar como verdugo en la España del XIX: «La sociedad les odiaba»

Salvador García Jiménez novela en 'Nicomedes Méndez, el verdugo de Barcelona', la vida del que muchos consideran el ejecutor más eficiente de su era

Rico, sabio y odiado: la horrible verdad tras el oficio de verdugo en la Edad Media

Nicomedes Méndez, el verdugo de Barcelona A. E.
Manuel P. Villatoro

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Vivió entre 1842 y 1912. Y, de esas setenta primaveras, dedicó casi cincuenta a lo que más quería: su trabajo como verdugo. El más destacado, como titular en la Audiencia de Barcelona. Según explica a ABC Salvador García Jiménez, catedrático de Lengua y ... Literatura y doctor en Letras, Nicomedes Méndez solo se sentía cómodo en el Palau de la Generalitat, entre reos y penas capitales: «Allí, nadie le despreciaba». Porque sí, el final del siglo XIX fue un tiempo en el que los ejecutores eran mal vistos a nivel social. Si entraban a una taberna, los clientes huían; si se subían al tranvía, el resto de pasajeros se marchaban. Él, sin embargo, adoró siempre su trabajo; desde el trato con el condenado, hasta el giro del garrote vil. Siempre, eso sí, evitando el dolor del condenado. Su vida llevaba años escondida bajo la alfombra. Ahora, en cambio, este autor acaba de dar forma a su vida en una nueva novela histórica: 'Nicomedes Méndez, el verdugo de Barcelona' (Alrevés).

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