Monarquía: la costura que vertebra España desde los Reyes Católicos

Desde que Isabel y Fernando contrajeran matrimonio en 1469, hasta Felipe VI, la Corona se ha convertido en elemento de estabilidad, de integración territorial y de centralización

Especial Vídeo | Los recuerdos de la generación que aprendió a vivir en libertad

La Tercera: La Monarquía como solución, por Juan Pablo Fusi Aizpurua

La rendición de Granada, de Pradilla. ABC

La Corona cumple años: este 22 de noviembre se conmemora medio siglo desde la restauración de la Monarquía en la figura de Juan Carlos I. Desde entonces, esta institución se ha convertido en lo que Manuel Álvarez Tardío, catedrático de Historia del Pensamiento ... y de los Movimientos Sociales, define como «un elemento de estabilidad frente a la competencia partidista que ha asegurado la continuidad democrática del país apartándose de las luchas políticas». Pero su historia va mucho más allá. Desde los Reyes Católicos hasta Felipe VI, la Monarquía se ha convertido en el hilo que ha tejido nuestra historia y en un elemento de cohesión y estabilidad indiscutible.

Comenzó la historia con un emotivo 'sí quiero'. España y Monarquía han caminado juntos desde que los futuros Reyes Católicos, los de 'tanto monta, monta tanto', contrajeran matrimonio en una ceremonia clandestina de 1469. De la mano de Isabel y Fernando se alzaron los pilares que forjaron nuestra nación. En primer lugar, porque unieron un territorio que, desde la caída de los visigodos, se hallaba deslavazado en mil reinos.

«Su papel fue muy importante como precursores del proceso histórico de construcción de España. Pusieron las bases para la unidad dinástica de las coronas de Castilla y Aragón, y llevaron a cabo la incorporación de Granada, Canarias y Navarra», explica a ABC Juan José Iglesias Rodríguez, catedrático de Historia Moderna, estudioso de la Monarquía Hispánica y autor de una veintena de obras sobre el tema.

De la mano

Según admite Iglesias, Isabel y Fernando desarrollaron el germen «de un sistema centralizado de gobierno basado en una incipiente tecnoburocracia estatal que dio respuestas eficaces al reto de gobernar una diversidad de territorios tan amplia». Además, impulsaron la unidad religiosa y fomentaron la cohesión ideológica de sus súbditos.

Julio Crespo MacLennan, historiador, exdirector del Instituto Cervantes en Londres y autor de 'España en Europa, del ostracismo a la modernidad', es de la misma opinión: «España surgió como una unificación de distintos reinos. Por tanto, la Corona es la que le ha dado sentido a su unidad. Tiene una legitimidad histórica porque ha vertebrado a la que es una de las naciones más antiguas del mundo. Y todo esto empezó con los Reyes Católicos».

Los siguientes Austrias fueron claves para vertebrar la futura nación española. Y lo hicieron, según explica Iglesias, a través del llamado sistema polisinodial: «Carlos V y Felipe II dieron continuidad a la tarea de institucionalización del Estado iniciada por los Reyes Católicos.

«Los Habsburgo españoles fueron en general respetuosos con la diversidad política e institucional, esta fue una de las claves de su éxito»

Juan José Iglesias Rodríguez

Catedrático de Historia Moderna y estudioso de la Monarquía Hispánica

Desarrollaron el gobierno a través de consejos específicos tan importantes como el de Hacienda o el de Indias». En la práctica, fomentaron la centralización del poder, la forja de una burocracia profesional y la introducción de funcionarios especializados en todo el territorio. Características todas ellas que han dejado su poso en nuestra era y que han sido la base del Estado unitario y central, de la Administración Pública, de las instituciones permanentes y de los actuales ministerios.

El sistema polisinodial ayudó también a articular bajo el mismo paraguas un territorio de enorme diversidad que contaba con reinos dentro y fuera de la península. «Los Habsburgo españoles fueron en general respetuosos con la diversidad política e institucional, esta fue una de las claves de su éxito», explica Iglesias.

Cristaliza España

Fue a principios del siglo XVIII cuando cristalizó de forma definitiva la idea de España; y fue gracias a los Borbones. Tras su victoria en la Guerra de Sucesión contra el archiduque Carlos de Austria, y como han explicado historiadores de la talla de Enrique Martínez Ruiz en sus ensayos, la nueva dinastía «aceleró el proceso centralizador tan ansiado por Felipe V» a través de los Decretos de Nueva Planta: la supresión de los ordenamientos forales de los territorios que se habían opuesto a él en la contienda.

Una reprimenda, pero que, tal y como confirma Iglesias, impulsó la centralización del poder y la modernización del Estado: «Al final, fomentaron la unificación política de acuerdo con el modelo institucional castellano».

Con los Borbones se terminó de materializar también la idea de la Monarquía como motor de agregación de pueblos y de arbitraje entre territorios. Dos características que, según explica a este diario el doctor en Historia de América e investigador del CSIC, Manuel Lucena Giraldo, se convirtieron en los estandartes de la política rojigualda en el Nuevo Mundo desde sus inicios: «Esas ideas sostuvieron a la Monarquía Hispánica al otro lado del Atlántico. La Corona apenas tenía soldados allí, pero contaba con el Derecho de Indias, con una burocracia jurisdiccional y con la formación a través de las universidades. Todo ello actuó como cemento junto con la figura del Rey, instancia última y absolutamente crucial para mantener cohesionadas todas las regiones».

Carlos V en Mühlberg, pintado por Tiziano ABC

Lucena sostiene que el arbitraje y la agregación son dos funciones de la Corona que se mantienen en la actualidad: «La Monarquía es una fórmula política que combate las tendencias de disolución y que negocia para que los tribalismos locales, que hoy llamaríamos autonómicos, no destruyan ni el bien común, ni la capacidad de la vida comunitaria».

Es una institución que ha bebido, en definitiva, de la idea que tenía el político y jurista del XIX, Gaspar de Jovellanos. «Él la definía como una 'constitución histórica' que debía ser templada y constitucional, pero fundada en las leyes. Habrá reyes mejores o peores, pero una cosa está clara: cuando no existen, los tribalismos ibéricos se disparan», completa.

Pero esta no es la única contribución que ha dejado la Monarquía Hispánica en la España de hoy. Iglesias defiende que también hay que contar «la articulación de un Estado moderno a través de un proceso progresivo de construcción política» y «la puesta en marcha, con todas sus luces y sus sombras, de una comunidad histórica, lingüística y cultural que engloba las dos orillas del Atlántico y de la que forman parte hoy en día más de 450 millones de personas». Y se muestra tajante cuando le preguntamos si la Corona ha jugado un papel fundamental para vertebrar el país. «Por lo que respecta a los siglos modernos, no cabe duda de que así fue».

La Monarquía y la Transición

«Se evitó lo peor: el faccionalismo, la disolución, el enfrentamiento civil y caer en un Estado fallido»

Manuel Álvarez Tardío

Catedrático de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales

Tras las dos repúblicas y la dictadura, la Corona volvió de forma definitiva a España a finales de 1975, un hecho que Crespo tilda de determinante: «Una ventaja importante es que la Monarquía española trajo la actual democracia al país. Es algo que no ha hecho ninguna otra. Su virtud es haber sabido superar un período muy crítico, el que fue de la Guerra Civil al franquismo, y reconciliar a todos los ciudadanos».

Tardío, también autor de ensayos como 'Fuego cruzado: la primavera de 1936', es de la misma opinión: «La Monarquía en España ha sido capaz de integrar a la sociedad para hacer posible la democracia. Y lo ha hecho ganándose el reconocimiento de los ciudadanos».

Traer la democracia

Tardío mantiene que la Transición tuvo éxito porque España no se vino abajo después de la muerte de Franco. «Se evitó lo peor: el faccionalismo, la disolución, el enfrentamiento civil y caer en un Estado fallido», explica.

Y eso, está convencido, fue en buena parte gracias a la Corona. «Como no hubo ruptura, debía haber elementos de continuidad, y la Monarquía fue ese vehículo que nos permitió transitar de una manera simbólica, pero también práctica, hacia la democracia; una garantía de que no había ruptura, pero de que se sucedería un cambio». Contuvo, por un lado, a las fuerzas que procedían del régimen anterior y, por otro, fomentó la integración política. «Parte de los comunistas se subieron al carro de la Monarquía cuando los legalizaron», dice.

Don Juan Carlos y Doña Sofía, a finales de noviembre de 1975. ABC

Desde entonces, la Corona se ha convertido en un pilar de la democracia, en el pegamento que ha unido a la sociedad española, en el mayor exponente de la estabilidad del país y en la institución que nos representa en el exterior sin intereses partidistas.

«En el resto de Europa vinculan nuestra Monarquía a la recuperación del prestigio español como nación europea y como democracia sólida»

Julio Crespo MacLennan

Historiador y exdirector del Instituto Cervantes en Londres

«La Monarquía tiene la obligación de mantenerse en el campo de la absoluta neutralidad. A cambio, la política actual ofrece confrontación e inestabilidad», señala Tardío. Su papel intachable, añade Crespo, ha hecho que sea reconocida a nivel internacional. «En el resto de Europa la vinculan a la recuperación del prestigio español como nación europea y como democracia sólida. Y esto es algo muy importante porque, durante el siglo XX, el país se convirtió en símbolo de enfrentamiento y represión. Ahora, eso está cambiando».

Crespo palpó este sentimiento en 2017, cuando formó parte de la delegación hispano-británica que organizó la visita de Felipe VI al Reino Unido. «Era un momento turbulento por el intento de secesión en Cataluña. Lo que consiguió neutralizar la imagen que trasladamos a Europa fue la proyección exterior de la Corona, y lo vi en aquella visita. Y eso no hubiera sido posible con una República», finaliza.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios