Encarnación Lemus: «La Residencia de Señoritas no se hizo más famosa porque Lorca no estudió allí»

El jurado destacó su obra –‘Ellas. Las estudiantes de la Residencia de Señoritas’ (Cátedra, 2022)– por «ofrecer una mirada renovada sobre una de las instituciones clave en la incorporación de las mujeres al proceso de modernización social de España». Y la calificó como «una biografía coral, escrita con gran elegancia y con un enfoque original».

La catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Huelva se interesó por este episodio hace casi una década, aunque no hubiera sido posible sin un hallazgo fortuito que se produjo un cuarto de siglo antes, a mediados de los ochenta, en la finca Fortuny, actual sede de la Fundación Ortega-Marañón. Allí, en una caja llena de papeles aparentemente inservibles, en uno de los sótanos abandonados del edificio, unos operarios encontraron un montón de cartas y documentos procedentes de las antiguas alumnas de esta versión femenina de la célebre Residencia de Estudiantes. La misma que, en esa misma época, ocuparon Buñuel, Lorca, Dalí y otras figuras importantes de la cultura del siglo XX española y mundial.

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«En 2013 tuve que venir a Madrid por unos asuntos personales y, como una de mis citas se canceló, decidí ir a ver estos papeles, que ya se habían catalogado y estaban bien conservados. Simplemente quería coger algunos ejemplos para preparar unas clases del máster que estaba impartiendo sobre la historia de las mujeres y, al bucear en los documentos, descubrí que eran maravillosos y comencé a ir por mi cuenta los siguientes años», recuerda Lemus.

La historiadora leyó las conversaciones de las alumnas, descubrió sus momentos de felicidad, sus miedos y sus proyectos gracias a la correspondencia que mantuvieron con sus familias. A continuación reconstruyó la historia e intrahistoria de esta institución, que el fallo ha descrito como «un retrato generacional y socioprofesional de aquellas españolas que protagonizaron una auténtica revolución, mujeres que rompieron moldes, nutriendo las primeras vanguardias de profesiones hasta entonces vetadas a la presencia femenina».

La iniciativa de crear esta residencia formaba parte de la visión regeneracionista de la Institución Libre de Enseñanza, que buscaba la transformación de la sociedad a través de la educación. En el primer curso sólo se registraron tres residentes, pero durante la Segunda República hubo 300 alumnas por curso. Su directora, la pedagoga María de Maeztu, marcó la vida de todas ellas, muchas de las cuales formaron parte de la élite intelectual del país, como la abogada y política Victoria Kent, la poeta Concha Méndez, la escritora Elena Fortún, la pintora Delhy Tejero o la primera mujer que fue aceptada como miembro en la Real Academia Española, escritora Carmen Conde Abellán.

«A pesar de ello, la historia de la Residencia de Señoritas nunca trascendió al gran público, aunque fuera conocida en el mundo académico. Esto se debe, en parte, a que los historiadores no somos los mejores comunicadores y, por otro, a que era una institución de mujeres. Supongo que se habría hecho más famosa si en ella hubiera estudiado Lorca», defiende.