Las cuatro armas de Benedicto XVI para acabar con la Leyenda Negra y «el diablo que quiere destruir España»
En una conversación privada con el exministro Jorge Fernández Díaz, el papa emérito admitió que el demonio conocía las grandes aportaciones de nuestro país al mundo, y que, por eso, quería acabar con él

La Santa Sede conoce bien las aportaciones del Imperio español a la historia de la humanidad, y así se lo han hecho saber sus máximos representantes a nuestra sociedad en innumerables ocasiones. El mejor ejemplo es Juan Pablo II, que alabó en uno ... de los viajes que realizó a nuestro país la «simpar actividad evangelizadora» de la Corona en las Américas. Y no iba a ser menos Benedicto XVI. Joseph Aloisius Ratzinger, tristemente señalado hoy por la actualidad, mantuvo una conversación privada en 2015 con el exministro Jorge Fernández Díaz en la que admitió que el «diablo conoce bien los servicios prestados por España a la Iglesia de Cristo» y que por eso pretendía destruirla. Un golpe directo contra la ya más que recurrente Leyenda Negra.
La creencia de que este país ha contribuido de forma incuestionable al devenir del planeta no es lo único en lo que coincidieron los sumos pontífices. Ambos sentían un profundo cariño por estas tierras y disfrutaban recorriéndolas. Juan Pablo II nos visitó en cinco ocasiones; Benedicto XVI, en tres. Y en una de ellas, durante la Jornada Mundial de la Juventud de 2011, dejó clara su afinidad con la historia y la cultura rojigualdas: «España es una gran nación: sabe y puede progresar sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica». Un mensaje que evocaba las palabras de su predecesor: «¡Se puede ser moderno y cristiano!».
Leyenda negra
La conversación entre Benedicto XVI y Jorge Fernández-Díaz la desveló el propio exministro del interior del Gobierno de Mariano Rajoy el pasado 2020 durante la presentación del libro 'La pérdida de España', de Alberto Bárcena, en la Universidad CEU-San Pablo. Y volvió a repetirla en una entrevista posterior que, todavía hoy, puede verse a través de plataformas como Youtube. El político, conocido devoto y ligado al 'Opus Dei', afirmó que había mantenido una buena relación con el Santo Padre tanto durante su pontificado como después de su renuncia, acaecida en 2013. Cartas, visitas oficiales... Así lo explicó el político del Partido Popular:
«Tuve el honor de estar con él en alguna ocasión. La primera, en la última audiencia que dio antes del anuncio de su renuncia, el 6 de febrero de 2013, al frente de una delegación de la Guardia Civil para conmemorar el centenario del patronazgo de la Virgen del Pilar. Y también el miércoles 17 de junio de 2015, donde vive ahora, como Papa emérito, en el monasterio Mater Ecclesiae ubicado en los jardines vaticanos».
Ambos departieron casi una hora –55 minutos, para ser más concretos– sobre los viajes de Benedicto XVI a España y la labor de la Iglesia en nuestro país. «Comentamos el Encuentro Mundial de Familias de 2006 en Valencia, el Año Jubilar en Santiago de 2010, la consagración de la basílica de la Sagrada Familia en 2010, la JMJ de agosto de 2011 en Madrid... Él estaba muy emocionado», comentaba el político. A lo largo de la conversación, el exministro le pidió que rezara para que se esfumaran los mil problemas que, por entonces, atesoraba España. Entre ellos, el repunte del independentismo más recalcitrante y camorrista. «Nos hacía mucha falta», añadía Jorge Fernández-Díaz.

El Papa le miró con serenidad y seriedad y respondió de forma tajante: «El diablo quiere destruir España». Y, tras una breve parada, apuntaló con argumentos su afirmación: «El diablo sabe los servicios prestado por España a la Iglesia de Cristo. Conoce la misión de España, la evangelización de América por España, el papel de España contra la Contrarreforma, la persecución religiosa de los años treinta del pasado siglo... El diablo ataca más a los mejores, y por eso ataca a España y la quiere destruir».
Un golpe directo a la línea de flotación de la recurrente Leyenda Negra que ataca a persigue a nuestro país desde que Bartolomé de las Casas forjara su ya famosa 'Brevísima relación de la destrucción de las Indias'.
Con todo, y siempre según Jorge Fernández-Díaz, Benedicto XVI le llamó a la calma y le insistió en que el maligno no podría vencer a nuestro país. A continuación, le dio las claves para evitar la victoria de la Leyenda Negra y de las fuerzas oscuras sobre la historia de nuestro país. «No lo conseguirá, pero apliquen las cuatro herramientas necesarias para derrotar al diablo en esta batalla. La primera, la humildad, la segunda, la oración, la tercera, el sufrimiento, y la cuarta, la devoción a la santísima Virgen. Tenga confianza, el diablo no destruirá España», confirmó. Palabra de Papa.
Contra el mito
El Papa, sin saberlo, destruyó con sus palabras una serie de mitos que han sido desmontados por ABC en un millar de ocasiones. El más extendido es el que afirma que España perpetró todo tipo de barbaridades en el Nuevo Mundo. Historiadores como Stanley Payne han afirmado, en declaraciones a este diario, que el genocidio y las barbaridades de Hernán Cortés o Francisco Pizarro suponen el origen de la Leyenda Negra clásica. «No hubo un verdadero genocidio». Según el experto, los británicos hicieron todo lo contrario:
«Cuando los ingleses empezaron la colonización en Virginia afirmaron que no querían repetir los errores y los crímenes de los españoles. Pero luego, durante sus guerras con los indios, se vieron obligados a atacar los pueblos y las aldeas de los nativos para reducirles».
A cambio, se suele obviar la labor educativa que llevó a cabo el Imperio español en las Américas a través de las muchas universidades que fundó en el Nuevo Mundo. Así lo confirmó a ABC hace menos de un mes Luis Alberto de Cuenca, académico de la Real Academia de la Historia: «La realidad es que la situación médica en los reinos y al otro lado del Atlántico era pésima, pero los avances de personajes como el Cardenal Cisneros cambiaron la situación».
No le falta razón. El experto sacó a colación nombres como Francisco Díaz de Alcalá, padre de la urología moderna ya en el siglo XVI, y recalcó que, en 1640, «España era la única potencia europea que contaba con diez universidades en los virreinatos de América».
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También merece la pena recalcar el tirón de orejas que Benedicto XVI dio a la Segunda República y a la persecución religiosa de los años treinta. Los estudios publicados en los años sesenta ya determinaron que en España se asesinó a 7.000 religiosos. Según el historiador Fernando del Rey, autor de 'Retaguardia Roja', los religiosos de sotana y misa se vieron envueltos a partir de 1936 en un torbellino de tensión, miedo y desaire debido a que el miliciano de base los veía como unos «compinches de los golpistas». Ello, a pesar de que, en palabras del experto, «muchos se limitaban a rezar». Esa idea del «monje trabucaire partidario del enemigo solo por el hecho de serlo» era general. «El clero de base, el secular, era visto como un agente político. Ejercía el papel de ideólogo de la derecha en esa dialéctica de odio político», añade.
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