La temida corriente que mezcló ufología y socialismo: «Recurriremos a los alienígenas para destruir el capitalismo»
Este «estrafalario y clandestino» político marxista, que fue vigilado de cerca por el peronismo en la década de 1960 y 1970, alcanzó notoriedad en Cuba, Italia, Bolivia, Argentina y España
Los ovnis que estremecieron a la España del siglo XIX: de Carlos IV a Alfonso XIII

«Hay que convocar a las masas, crear las condiciones para derrumbar el capitalismo y la burocracia de los estados obreros e instaurar el socialismo. Es necesario decir a los seres de otros mundos, si aparecen, que deben intervenir ya, colaborar con los habitantes de la Tierra para suprimir la miseria, es necesario hacerles ese llamamiento», escribía Homero Rómulo Cristalli, en 1968, en un artículo firmado con el pseudónimo que le hizo famoso, J. Posadas. Lo tituló 'Los platillos voladores, el proceso de la materia y la energía, la ciencia, la lucha de clases revolucionaria y el futuro de la humanidad'.
Hoy en día, a menudo se le describe como el dirigente marxista «más enigmático y extraño» del siglo XX. En ocasiones se ha utilizado también el apelativo del «líder más clandestino y estrafalario» del trotskismo. Sin embargo, la corriente que impulsó este político argentino a comienzos de la década de 1960, una especie de síntesis entre el trotskismo y la ufología, tuvo cierta relevancia en países de América y Europa. Él mismo la bautizó, sin ningún rubor ni humildad, como «posadismo».
En el mismo artículo, Posadas resumía así la idea central de su insólita teoría: «Si los extraterrestres existen, debemos recurrir a ellos para que intervengan, para que nos ayuden a resolver los problemas que tenemos en la Tierra. La tarea esencial es suprimir la pobreza, el hambre, el paro y la guerra, dar a todos los medios para vivir dignamente y sentar las bases de la fraternidad humana. Para ello, debemos suprimir el sistema capitalista, así como la burocracia de los Estados obreros y de los Partidos Comunistas que no quieren tomar el poder. El obstáculo fundamental al que nos enfrentamos es el sistema capitalista. Debemos suprimir la fuerza que actualmente está en manos del sistema capitalista: las armas nucleares. Destruir todo el poder militar del sistema capitalista, del imperialismo yanqui, francés y británico. Hacer un llamamiento a las masas y darles inmediatamente los medios para destruir el capitalismo y establecer una nueva sociedad: el socialismo».
El camino hasta llegar a esta conclusión fue largo para Posadas, pero alcanzó la influencia política suficiente como para que el mismísimo Juan Domingo Perón amenazara con pararle los pies cuando llegó al poder, por segunda vez, en 1973. Así lo expresó en una reunión con varios diputados, tras el asalto frustrado de la guerrilla del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), a un regimiento peronistas en la ciudad de Azul, en enero de 1974: «A ese [Posadas] lo conocí cuando se gestó ese movimiento y no es argentino. Ese movimiento se dirige desde París, y la persona que lo gobierna se llama Posadas, pero es un pseudónimo. El nombre verdadero es italiano. Sé qué persigue y lo que busca. En ese sentido, a mí no me va a engañar».
La IV Internacional posadista
Homero Rómulo Cristalli había nacido en Argentina, en una familia de humilde ascendencia italiana. Durante un tiempo fue futbolista, pero al cumplir 20 años comenzó a desempeñarse como obrero del calzado en Córdoba. Desde 1930 fue un miembro destacado del Sindicato del Calzado de dicha localidad y pronto militó, también, en las juventudes socialistas, pero fue expulsado. En septiembre de 1938 se adhirió a la IV Internacional fundada por Trotski y pasó después por varios partidos hasta que, un año después, pasó a formar parte del Grupo Obrero Revolucionario, dirigido por Liborio Justo, que introdujo el trotskismo en Argentina.
Durante años, Posadas fue uno de los miembros más activos en las feroces luchas internas y sectarias que agitaron al trotskismo de los años 60 y 70, hasta que en 1962 acabó fundado su propia IV Internacional, a la que añadió sin ningún rubor el citado calificativo de «posadista». Esta corriente, que alcanzó cierta notoriedad en países como Cuba, Italia y Bolivia, además de Argentina y España, comenzó a profesar el culto a la misteriosa personalidad de su líder, como si de Stalin se tratara.
Este es uno de los aspectos principales de la biografía publicada en 2020 por el periodista A. M. Gittlitz, colaborador habitual de diarios como 'The New York Times'. Su título: 'I Want to Believe: Posadism, UFO's and Apocalypse Communism' ('Quiero creer: Posadismo, ovnis y comunismo apocalíptico'). La obra se interesa, principalmente, por las citadas extravagancias de esta ideología en su última fase, cuando el dirigente marxista mostró públicamente su fascinación por los avistamientos de objetos voladores no identificados. También por su teoría de que los extraterrestres, a diferencia de los humanos «contaminados» por el capitalismo voraz que les impedía progresar como sociedad, estaban mucho más evolucionados tecnológica y políticamente que nosotros. Por eso, en caso de visitarnos, nos ayudarán a imponer el comunismo en la Tierra.
«Al capitalismo no le interesan los ovnis»
En su artículo, Posadas explicaba su posición con explicaciones como estas: «Los extraterrestres pueden utilizar toda la energía que aún no sabemos emplear en la Tierra y transformarla en luz. Puede ser que la materia esté organizada de otra manera en otros sistemas planetarios o galaxias, en formas totalmente diferentes a las que conocemos en la Tierra»; «la lucha de clases no tiene por qué existir. En la Tierra, por el contrario, el proceso se ha desarrollado así, pero no hay ninguna razón para que ocurra en otros planetas»; o «al capitalismo no le interesan los ovnis y, como tal, no investiga sobre ellos. No tiene interés en ocuparse de ellos porque no pueden reportarle beneficios ni son útiles al capitalismo. Pero la gente ve en los ovnis la posibilidad de avanzar y progresar, lo que acelera la caída de la burguesía, mostrada en toda su inutilidad».
Una década antes de hacer públicas estas teorías, Posadas se presentó a las elecciones legislativas celebradas durante el gobierno de Arturo Frondizi. Obtuvo 37.742 votos. Su número dos, Dante Minazzoli, también plasmó su ideario ufológico en el libro 'Por qué los extraterrestres no toman contacto públicamente. Como ve un marxista el fenómeno OVNI' (1996). La obra se convirtió en una especia de Biblia laica de la primera célula ufológico-marxista de Italia, el M.I.R., y en ella el autor intentaba convencer al pueblo de que hiciera un llamamiento a los alienígenas para colaborar con los humanos en la implantación del socialismo en la Tierra.
Hay que tener en cuenta que, cuando Posadas escribió el artículo en junio de 1968, solo había pasado un mes desde que se produjeron las protestas estudiantiles y sindicales en Francia, conocidas como «mayo del 68». En ese momento, Mao Zedong impulsaba en China su Revolución cultural, mientras en la Cuba de Fidel Castro se celebraba el Congreso Cultural de La Habana y en Checoslovaquia se intentaba construir un «socialismo con rostro humano». Eran tiempos, por lo tanto, de ruptura, con las guerrillas intentando hacerse con el poder en la mayoría de países de Latinoamérica. El texto, por lo tanto, estaba influenciado por esta época de lucha, radicalismo y vanguardismo.
La carrera espacial
Tampoco hay que olvidar que, cuando Minazzoli lleva a debate la posible existencia de los extraterrestres y Posadas escribe el polémico artículo, la carrera espacial estaba en boca de todos, no solo en Estados Unidos y la Unión Soviética, sino en todo el mundo. Era uno de los temas de moda en la prensa durante la Guerra Fría y, por eso, las tesis de Posadas tuvieron eco en algunos sectores de la sociedad. De hecho, el Partido Obrero Revolucionario-Trotskista (POR-T), continuador del antiguo Partido Bolchevique Leninista (PBL), se adhirió a la Internacional posadista después de años de inactividad. Sin embargo, esta formación no dejó testimonios oficiales sobre el artículo de los ovnis escrito por Posadas.
El texto cayó en el olvido y es muy difícil de acceder a él. A duras penas se logra encontrar en inglés o francés. Solo hemos encontrado el documento original en inglés en la página web Marxist International Archive y su traducción al español en www.comunistascuba.org. El artículo concluía así:
«Es muy posible que los seres extraterrestres procedentes de otros planetas, con una estructura similar a la humana, procedan de un proceso de organización de la materia similar al de la Tierra. También es posible que hayan utilizado la materia para adoptar esta forma. Mao Zedong dice que debemos hacerlo con un pico y una pala, pero esos seres lo hacen poniendo en acción la energía de la montaña. Es posible [...]. Aquí trasplantamos corazones y riñones, órganos fundamentales del cuerpo humano, pero es posible que en otros planetas creen vida. Friedrich Engels nos dijo que ya en su época era posible producir protoplasma artificial, siendo este una base esencial de la célula y, por tanto, una base para la existencia. La discusión de estas cuestiones se generalizará pronto».
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