El «infierno» del Alakrana

Un secuestro al que rodeó la polémica desde el mismo momento en que los 63 piratas somalíes asaltaron la embarcación con 36 tripulantes a bordo. Lo habían intentado tan sólo un mes antes, aunque finalmente la tripulación logró escapar. Pero el 2 de octubre de 2009, los peores augurios se cumplieron , pues, entre otras cosas, el Ejecutivo de Zapatero se había negado a embarcar a militares a bordo para proteger unas operaciones de pesca habitualmente amenazadas.

El ministerio de Defensa alegó después que el atunero faenaba a unas 800 millas de la zona de protección de la «Operación Atalanta» , creada por la Unión Europea en diciembre de 2008 para a asegurar el tráfico marítimo contra la piratería en el Golfo de Aden, confirmando, de paso, que aquella zona del Índico se había convertido en una de las aguas más peligrosas del planeta. Entre enero a octubre de 2009, 175 de los 331 ataques piratas registrados en todo el mundo se produjeron en las costas de Somalia, y, según cifras oficiales, de 2007 a 2009 fueron secuestrados allí 88 barcos con más de 1.550 rehenes a bordo.

Los 36 del «Alakrana» mantuvieron en vilo a la sociedad española durante 47 días y su «infierno», seguido detalladamente por los medios de comunicación, llegó a salpicar al Gobierno de Zapatero, que modificó una ley para permitir que los vigilantes de seguridad pudieran emplear armamento de hasta 12,70 mm en los buques con bandera española.

Pero el «Alakrana» no contaba ni con ese material ni con militares necesarios pasa su manejo, por lo que los piratas somalíes –generalmente de clase baja que ven en estas acciones una manera de conseguir cuantiosas cantidades de dinero– cumplían con su objetivo después de tres ataques frustrados a otros tantos barcos españoles.

Inmediatamente después, la fragata «Canarias» zarpó desde Cádiz para incorporarse a la «Operación Atalanta». Detuvieron a dos de los piratas implicados en el secuestro después de que abandonaran la embarcación en un esquife, quienes, reclamados por el juez Garzón, eran trasladados a España: Raagegeesey , de 31 años, era ingresado en el hospital por herida de bala, mientras que a Abdu Willy se tuvieron que hacer varias pruebas para determinar su edad, después de que asegurara que era menor.

Nueva polémica: la primera prueba, una oseometría, dijo que tenía 19 años; la segunda, lo situó en los 17, mientras que, al día siguiente, una tercera prueba (radiografías de la dentadura) aseguró que su edad era «superior a 18 años».

La confusión crecía, se seguían haciendo nuevas pruebas y los piratas somalíes comenzaron a amenazar con entregar a parte de los tripulantes secuestrados a las familias de Raagegeesey y Willy, al tiempo que se hacían con una nueva presa, un yate de lujo en el que viajaba una pareja de británicos.

«La peor experiencia de mi vida», «los piratas nos han tratado mal, peor imposible» y «yo era el que más entero estaba y había que tratar de hundirme. Me pegaban, me amarraron y mil cosas más», fueron las declaraciones del capitán del «Alakrana» al ser liberado.

Pero Jama, el portavoz de los piratas, insistía: «Han tenido comida, la que traían ellos, bebida y se han podido lavar. No ha habido problema. Les hemos tratado mucho mejor que a otras tripulaciones». Y aseguraba que mintieron y pidieron a los prisioneros que enfatizaran su sufrimiento en las llamadas a casa con el objetivo de presionar al Gobierno «para que trajeran a los dos chicos» de España y que desembolsaran el rescate. «Lo hacemos siempre, las amenazas de muerte, decir que llevamos rehenes a tierra…»

Verdad o no, lo cierto es que el Gobierno terminó cediendo a las exigencias de los piratas, que recibieron un rescate de 2´6 millones de euros (algo que no fue ser confirmado ni por Zapatero ni por el armador, pero si por uno de los piratas, que no quiso especificar la cantidad). Tampoco consiguieron interceptar a los criminales en su huida a tierra.

Toda una sucesión de fracasos «por cómo empezó, cómo se ha gestionado el secuestro y todo lo que hay que hacer para que casos como el del “Alakrana” no vuelvan a suceder», en boca de la portavoz del PP en el Congreso. «Asumo toda la responsabilidad» , dijo el presidente 47 días después, en la primera intervención que realizaba desde que el atunero fue asaltado.

¿Volverán a secuestrar un barco español? «No, eso se ha terminado. Tienen que volver los dos chicos de España y se lo hemos prometido al embajador (español en Kenia)», respondía Jama. Hoy, sin embargo, Abdu Willy y Raageggesey comparten celda sin más ocupación que el «parchís taleguero»… olvidados por sus jefes.