Suscríbete a
ABC Cultural

La triste vida de Marie Curie: la pionera que guardó los sesos de su esposo muerto

Bien conocidas son sus aportaciones a la ciencia, pero la descubridora del radio pasó una dura infancia y una amarga viudez

Marie Curie junto a su esposo, en el centro, en su laboratorio, acompañados del químico Gustave Bémont, a la izquierda ABC | Vídeo: EP
Manuel P. Villatoro

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Aquel día, la Parca arribó montada en un coche de caballos. Era el 19 de abril de 1906 en París y el tiempo, pésimo, no auguraba buenas noticias para Pierre Curie . Esa mañana, el pionero en el estudio de la radioactividad ascendía ... con paso cansino por la calle Dauphine. No estaba en su mejor momento de forma: lento por culpa de una debilidad reumática, dejaba entrever problemas para moverse. Para colmo, la molesta llovizna que copaba la capital había hecho que proliferaran los charcos a lo largo de las aceras. Una jornada pésima para caminar, vaya.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia