La triste verdad tras el mito más extendido de la Segunda República: «La izquierda no era democrática»
Luis E. Iñigo Fernández publica 'Historia de los perdedores', un ensayo que navega entre las dos Españas tradicionales
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Iniciar sesiónLuis E. Iñigo Fernández , doctor en historia Moderna y especialista en la Segunda República, se mueve en aguas turbulentas en todos los sentidos. Su nuevo ensayo, ' Historia de los perdedores ', promete ceñirse lo más posible a la objetividad; alejarse de la ... visión de los unos y los otros. Y eso, a riesgo de recibir reproches desde ambas orillas. No se casa con nadie; es, en definitiva, la cuarta España. Lo mismo carga contra el «inexistente proyecto de la izquierda» en los años treinta, que roza algunos argumentos esgrimidos por Bartolomé de las Casas , tildado de negrolegendario por los divulgadores más actuales.
¿Cree que un libro así puede caer en la premisa de que lo bueno es lo que no fue?
El libro no pretende mitificar al perdedor, sino transmitir una visión equilibrada en la que tengan voz todos. Combatir esa idea de que la historia la escriben los ganadores, que es lo que pasa la mayoría de las veces. Lo curioso es que en ocasiones se invierte el proceso: se hipercompensa la primera versión de la historia con una nueva que cambia los términos. El caso más evidente es el de la Segunda República ; de estar demonizada en la época de Franco , a presentarse ahora por parte de historiadores de izquierdas como una Arcadia feliz y el culmen de la democracia absoluta.
¿Cómo se manifiesta la derrota de los perdedores en la historiografía?
En el olvido total de los que han sido derrotados. No estamos hablando de batallas ni de guerras, sino de gentes y grupos sociales.
¿Existe cierta Leyenda Rosa sobre la Segunda República?
En los ochenta hubo un período de equilibrio. Se quisieron narrar las cosas como las fuentes las habían contado, con cierta objetividad. Pero en los últimos años se está reescribiendo la historia desde la izquierda con la finalidad de deslegitimar a la derecha o al centro derecha. Esto, que mina las bases de la Transición, empezó con Zapatero y se ha agudizado con el Gobierno de coalición. A lo que han hecho lo llamaría ' Ley de Desmemoria Histórica ' porque se quiere dar una versión de la Segunda República y la Guerra Civil totalmente tergiversada. Un ejemplo es el último libro de Preston, donde se explica que fue un proyecto de reforma progresista destruida por la coalición de terratenientes, el Ejército y la Iglesia.
¿Qué era la Segunda República?
Un régimen en el que había muchos proyectos políticos. Lo que sorprende es que el de la izquierda no tenía nada de democrático. Quién niegue esto está negando la verdad.
Hablaba de Preston...
Hay un Preston muy bueno, el de 'La destrucción de la democracia en España'. En esa obra da una visión del fracaso de la Segunda República más equilibrada cuando afirma que ninguno de los dos grandes partidos de masas, la CEDA y el PSOE , eran republicanos. Y de ahí, a esta visión simplificadora que tiene ahora, que incurre en el sectarismo. También sorprende la campaña que tienen una serie de autores, entre los que se halla, contra Payne. Lees el blog de Ángel Viñas y te asustas. Le acusa de ser simpatizante de Vox cuando lo único que afirma es que la Ley de Memoria Histórica tiene una finalidad política y que sustenta una visión que no se corresponde con la realidad.
¿Qué está haciendo la Ley de Memoria Democrática?
La Ley de Memoria Histórica está sirviendo para destruir la historia de España. A los nacionalismos periféricos, de los que este Gobierno es aliado, no les interesa que se venda que este país tiene un pasado común. Quieren extender que no hay raíces; que antes solo había nacionalidades históricas que se remontan prácticamente a la Biblia, al Génesis. Y si además se ataca al Imperio español o a la gesta del descubrimiento de América, pues mejor. Cualquier país con un pasado así estaría orgulloso, pero nosotros no. Nos dicen que tenemos que avergonzarnos de ello.
Hablando de conquistadores... Su obra afirma que las enfermedades acabaron con gran cantidad de nativos, pero también esgrime ideas del peligroso Bartolomé de las Casas
Sí. Mi idea es hacer una historia equilibrada. Igual que soy contundente en lo que respecta al descubrimiento, también creo que hay que evitar comprar la idea contraria. El encuentro de Cortés y Pizarro con los aztecas y los incas no fue de 'hermanitas de la caridad'. Con diferencias, porque el primero tenía la idea de construir una sociedad mixta e integrada y no se guiaba solo por el oro y la depredación. Todos eran gente de su época, que buscaban la fama y la riqueza, pero también la evangelización sincera. Pensaban que eran una civilización superior y querían extender sus ideas. Pero es que hablamos de los siglos XV y XVI. En todo caso, las enfermedades fueron claves para diezmar la población.
Hace referencia al trabajo forzado al que fueron sometidos los nativos
El trabajo forzado no lo llevaron los españoles, ya existía en ambos imperios. Pero el ritmo que impusieron produjo muchas muertes. En el Caribe, los tainos prácticamente desaparecieron como resultado del sistema de encomiendas. Aunque tan cierto como esto es que no hubo un proyecto de genocidio sistemático como sí hubo con los indios norteamericanos por parte de los Estados Unidos. Se nos olvida que España fue la primera nación que se planteó si tenía derecho a estar en América, la llamada polémica de los justos títulos, algo que nadie hizo en ningún momento. Con eso nació el derecho internacional. Después se aprobaron leyes que concedieron poco a poco derechos a los nativos. Un ejemplo es que se quiso prohibir el trabajo forzoso. ¿Que todo eso cayó en saco roto? Es normal, porque hablamos del siglo XVI y miles de kilómetros de distancia. Hay que poner en valor lo que intentó la Corona. Tuvo una misión humanista.
¿Incluir a los nativos en este libro implica que fueron 'perdedores' a pesar de que España los consideraba parte del Imperio?
Son perdedores objetivamente porque murieron a millones. El Imperio tuvo perdedores en los dos lados. La corona de Castilla constitucionalmente permitía al rey poner los impuestos que quería, mientras que Aragón tenía sus fueros. A Castilla la exprimieron como un limón desde la mitad del siglo XVI hasta el XVII, cuando la gente ya no tenía ni que comer. Hubo un Imperio, pero los que lo pagaron están a ambos lados del Atlántico. Por eso los pecheros tienen otro capítulo. La idea es siempre equilibrar; explicar lo que pasó sin prejuicios.
¿No le parece injusto cargar contra una Corona que hizo traer a la Península a Colón encadenado al saber que gobernaba de forma tiránica?
Lo fácil es simplificar. Hemos vuelto a una costumbre muy mala que es usar la historia como arma política. Eso lo único que hace es tergiversar. Se arroja luz y oscuridad sobre lo que interesa. Colón era un pésimo gobernante y pagó por ello: le fueron arrebatados todos sus títulos y dejó de ser almirante de la Mar Océana y gobernante de las tierras que descubriera. Al final, lo que se le puede reprochar a la Corona es que estaba en una situación ambivalente. Por un lado quería proteger a los indios de forma sincera, pero sabía que, a fin de cuentas, dependía de los encomenderos. Lo que no se puede negar es que la gente que iba allí lo hacía para enriquecerse, y la única forma que había era explotar a los nativos.
Afirma que a España llegó la versión de los conquistadores, cuando también era famosa la Leyenda Negra de Orange
Ha ganado siglos después. Nos la creemos ahora. Hemos comprado la versión de un Imperio español dominado por el oscurantismo y el fanatismo religioso, pero Felipe II era tan oscurantista y fanático como cualquier rey de su época. Al final es algo sangrante porque lo que empezó con una campaña de guerra ideológica ha sido adquirido por nuestro país. La realidad es que España ha tenido los mismos procesos históricos que los demás. A veces hemos ido por delante, y otras veces por detrás, nada más.
¿Qué opina de los divulgadores que luchan contra la Leyenda Negra?
No los leo, con todos los respetos. Me parece que hacen bien popularizando versiones diferentes, pero prefiero leer a historiadores profesionales. Aunque creo que la clave es separarse de la política. Ahora se ha vuelto rebelde la derecha en compensación a que la versión más extendida es la de la izquierda. ¿Esto es bueno? No lo sé, porque al final se irán veinte pueblos para el otro lado. Yo solo abogo porque no hay que caer en inexactitudes ni exageraciones; hay que ser honesto. Aunque así es probable que no se vendan muchos libros.
¿Cree que Carlos V fue un 'perdedor'?
Sin duda. Si te fijas, es el único individuo al que dedico un capítulo. Fue un soñador a destiempo. Llegó al trono con una ideología de la Edad Media apoyado por Gattinara . Él se consideraba el soberano de la cristiandad, entendía que estaba por encima de los reyes y que su misión era garantizar la paz en el mundo. Pero se encontró con los turcos, los protestantes y con que Francia no pasaba por el aro. Al final se dio contra cuarenta años de guerras. Se retiró del mundo desesperanzado porque no había podido cumplir ninguno de sus sueños a pesar de que había sido el soberano más poderoso de Europa. Renunció a todo y él mismo consideró que había sido derrotado por la historia.
¿No le parece injusto colgarle el título de 'perdedor' al monarca que sentó las bases del Imperio?
No es una crítica. Es una figura que me enternece. Él era un príncipe borgoñón que terminó sintiendo un gran aprecio hacia España. A nivel de territorios es cierto que el Imperio se extendió en América, pero en Europa se limitó a añadir Milán. Viéndolo como un emperador que quería la paz y derrotar al infiel, no podemos negar que fracasó. A los turcos los frenó Felipe II , y a los protestantes tampoco. Pero era inevitable.
También dedica un capítulo a los judíos...
Ha sido un pueblo que ha mantenido su fe e identidad a lo largo de la historia, y eso, la diferencia, no se perdona en las sociedades tradicionales. Les ha costado en casi todos los territorios aislarse, llevar marcas, ser marginados, ser objetos de explosiones de ira... Un ejemplo claro es que, desde la Primera Cruzada , los ejércitos en campaña convirtieron sus comunidades en objeto preferente de saqueos y violencia. Es cierto que los españoles fueron tratados mejor que los del resto de Europa. El gran problema de este país serán los conversos. En un momento determinado, el antijudaismo, que tenía una base religiosa, se convirtió en antisemitismo. Como la Inquisición no podía perseguir al que no fuese cristiano, persiguió a los judíos como falso conversos. Fue su pretexto jurídico. Se buscaba fortalecer el Estado moderno, pero el precio que se pagó fue un capital humano y económico importante, aunque una buena parte de ellos se convirtieron.
Al final, se buscaba formar un Estado fuerte basado en la unidad
En la actualidad asumimos que la sociedad es muy heterogénea porque nuestros postulados son democráticos, pero eso no se puede llevar al siglo XV. La mentalidad de entonces era un reino, una religión. En la paz de Habsburgo el principio era que el rey podía elegir la religión de su territorio. ¿Por qué medir con una vara a uno y con otra al resto?, ¿cómo construir un Estado fuerte sobre la base de la disidencia religiosa? No se entendía en la época.
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