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ABC Cultural

El triste secreto sexual que avergonzó a Napoleón hasta su muerte

En noviembre de 1787 el «Pequeño corso» escribió una misiva en la que narraba el encuentro con una meretriz. El texto es considerado por la mayoría de los historiadores como autobiográfico, aunque algunos barajan la posibilidad de que fuera pura invención

Manuel P. Villatoro

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Cuenta la tradición (a caballo entre la realidad y la leyenda) que, cuando Napoleón Bonaparte dejaba a un lado las batallas y regresaba a su hogar, solía enviar una carta a su todavía esposa Josefina de Beauharnais pidiéndole algo más que repugnante, ... pero que satisfacía sus más bajos instintos: «Vuelvo en tres días. ¡No te laves!». Esta no es la única cruz (verdadera o ficticia) con la que carga a día de hoy el « Pequeño corso ». De él se ha afirmado que era un adicto al sexo oral, que era un inepto en la cama (esta última afirmación, realizada por el popular historiador Andrew Roberts) o que carecía de la virilidad necesaria para satisfacer a su esposa en la cama.

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