Teodosio I, el desconocido emperador de Hispania que mantuvo Roma unida contra los bárbaros
En el primero de muchos acuerdos entre Roma y los bárbaros, Teodosio les concedió tierras en los Balcanes para que las gobernaran de forma autónoma

Durante el siglo II d.C. las muros de Roma cayeron en un sentido que, tal vez hubiera sonado insuficiente a Anibal Barca , pero que cambió para siempre la composición del imperio. Salvo Claudio, que nació de forma casual en la provincia de la ... Galia, ningún emperador había alcanzado la cabeza de Roma habiendo nacido fuera de Italia hasta la llegada de Marco Ulpio Trajano , que nació y se educó en la ciudad de Itálica (junto a la actual Sevilla). A este emperador hispano le siguió Adriano , también con sangre ibérica, y monarcas procedentes de los rincones más alejados del imperio. Septimio Severo, vástago de una familia púnica de Libia; Heliogábalo, sirio; Filipo, de procedencia árabe…
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Para cuando alcanzó el manto púrpura el tercero hispano, Teodosio I, las barreras étnicas habían cedido y su lugar de nacimiento era una cuestión anecdótica. Tal vez por esta causa su obra y vida son muy poco conocidas hoy en día en España, aparte de que en su largo reinado tampoco logró la magnitud de Trajano y Adriano debido al proceso de decadencia en el que se encontraba ya Roma .
Emperador por sorpresa
Teodosio nació en Hispania, en Cauca (actual Coca, Segovia) , aunque algunas fuentes sitúan su cuna natal en Itálica. El político hispano era hijo de un destacado comandante militar, un magister militum, próximo al Emperador Valentiniano I, que se encargaba de gobernar Occidente en un imperio que ya en esas fechas, mediados del siglo IV d.C., se encontraba divido en dos.

Cercados por godos, hunos y otros bárbaros, los antecesores de Teodosio I ocuparon más tiempo en riñas internas que en afrontar el problema fronterizo. Valentiniano, que era de carácter colérico, murió de una apoplejía en el año 376, tras lo cual su círculo de colaboradores íntimos fue procesado y algunos, como en el caso del padre de Teodosio, ejecutados.
Teodosio se refugió en Hispania de las turbulencias políticas, si bien terminó por regresar al redil de los poderosos cuando Graciano, hijo de Valentiniano y coemperador en Occidente, pensó en su nombre como Augusto de Oriente.
Se desconocen aún hoy las razones por las cuales Graciano eligió a una persona sin experiencia ni linaje para sustituir a Valente, Emperador de Oriente que murió frente a los godos en la batalla de Adrianópolis . Lo único que está claro es que el ascenso del emperador hispano estuvo muy vinculado a los planes políticos de Graciano, cuyo séquito administrativo se puso a disposición de Teodosio en Oriente. El nuevo Augusto, eso sí, prefirió en los primeros años establecerse en Tesalónica, en tanto Constantinopla no era un lugar seguro mientras los bárbaros no fueran dispersados.
Como cuenta David Potter en su libro «Los emperadores de Roma» (Pasado y presente), Teodosio se enfrentó primero a las hordas godas de la misma manera que llevaban haciendo sus antecesores, pero, tras acumular también varias derrotas, cambió de estrategia y accedió a un acuerdo de paz. Los godos habían empezado a adquirir las características de una comunidad cohesionada: su prioridad era instalarse de forma definitiva en los límites del imperio.
En el primero de muchos acuerdos entre Roma y los bárbaros, Teodosio les concedió tierras en los Balcanes para que las gobernaran de forma autónoma a cambio de que prestaran servicio militar en el ejército de Oriente cuando fuera necesario.
La última unión antes del caos
Los generales de Graciano apoyaron a Teodosio precisamente hasta la firma de este acuerdo con los godos. La decisión del emperador hispánico mostró el abismo que se había abierto entre Occidente y Oriente, dos partes incapaces de actuar de forma conjunta y cada vez movidas por intereses más distantes. Oriente, no en vano, se vio de pronto libre de compromisos militares en Asia y se lanzó a malmeter en Occidente. Graciano fue asesinado en una rebelión en 383 iniciada por un general hispano pariente de Teodosio, tras lo que el emperador vió despejado el camino para hacerse con el poder también en Occidente.
Teodosio falleció a los 49 años en Milán cuando seguía tratando de poner orden en Occidente
A la muerte en 392 de Valentiniano II (hermano de Graciano), a quien Teodosio había mantenido años confinado en Viena, el hispano pasó a gobernar como emperador único, nombrando co-augusto para Occidente a su hijo menor Honorio (en Milán, el 23 de enero de 393), y derrotando a una serie de usurpadores que entremezclaron riñas religiosas con conjuras políticas.
Esta fase final de su reinado estuvo marcada por el enfrentamiento de Teodosio con el influyente Obispo de Milán , Ambrosio, que incluso excomulgó al emperador por proteger prácticas paganas en muchos territorios del imperio. Por decreto de 391, para resarcirse de sus pecados Teodosio persiguió los últimos restos del paganismo greco-romano, lo que incluyó prohibir la celebración de los Juegos Olímpicos y la extinción del fuego eterno del Templo de Vesta, en el Foro Romano.
Teodosio falleció a los 49 años en Milán cuando seguía tratando de poner orden en Occidente. Como prueba de que tenía pensado seguir bastantes años en Italia, anunció poco antes de su muerte que elevaría a otro de sus hijos, el adolescente Arcadio, al rango de Augusto de Oriente . Con su muerte se perdió la última ocasión de mantener vinculados los aparatos administrativos de Occidente y Oriente. El problema godo se convirtió, gracias a sus acuerdos, en una cuestión exclusivamente del Imperio occidental, lo que finalmente sería la perdición de Italia.
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