La pesadilla de 17 médicos militares en la Guerra Civil: «Algunos, comunistas, fueron purgados por la URSS»
Carles Brasó, experto en la historia de Asia, recopila las vidas de un grupo de galenos que pasaron de combatir en la península con las Brigadas Internacionales, a enfrentarse a Japón en las trincheras chinas
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Iniciar sesiónCarles Brasó Broggi , doctor en Historia, atesoró años y sabiduría al calor de la Guerra Civil. Según confiesa a ABC, su abuelo Moisés, médico de profesión desde que se licenciara en Barcelona, fue llamado para participar en las Brigadas Internacionales . Era ... más español que una botija de vino, pero la falta de hombres después de que se cerrara la frontera francesa hizo que la cúpula militar se valiera de todos los recursos que pudiera. «Cubrieron las bajas producidas en el frente con reclutas de aquí», explica. Aquella semilla germinó años después, cuando este experto en Asia se topó con el titular de un periódico chino que le llamó la atención: «Los médicos españoles»
Desde su casa en Barcelona, a la que nos permite entrar a través de una videoconferencia, Broggi confirma que con ese artículo empezó todo. Fue una suerte de mascarón de proa que le puso en la pista de un grupo de diecisiete médicos y dos enfermeras que habían participado tanto en la Guerra Civil española –esta, bajo el paraguas de las Brigadas Internacionales– como en el conflicto que enfrentó a China y Japón a partir de 1936. Años de investigación después acaba de alumbrar ' Los médicos errantes ' (Crítica, 2022), un ensayo que anhela hacer las veces de biografía colectiva de este pintoresco grupo desaparecido hasta ahora de los libros de historia.
Como todo buen padre literario, Broggi sufre cuando se le pregunta por su historia favorita. Responde de inmediato que no puede querer más a una que a otra, pues cada una alberga sus propios secretos. «Quizá la de František Kriegel », explica. Aunque no por predilecta, sino por lo llamativa que fue. Y no le falta razón, pues este médico checoslovaco se paseó por todas las grandes guerras del siglo XX hasta que falleció en los ochenta. «Lo más sorprendente es que fue reivindicado a la vez por Carrillo y Adolfo Suárez por haber combatido en las Brigadas Internacionales y haberse enfrentado después a la URSS», sentencia.
Afirma que ha investigado archivos de Europa del Este...
Llevaba años detrás de visitar los archivos de Europa del Este. Con traductores, eso sí, porque no hablo checo ni polaco. Pero la pandemia lo cambió todo. Al final, busqué contactos en Praga y Varsovia de académicos que trabajasen el mismo tema. Me respondieron muy bien y prometieron ayudarme; ir ellos mismos a investigar los documentos y pasarme la información. Ha sido muy emocionante que gente que no me conocía se prestara a echarme una mano. Sin ellos el libro habría sido muy distinto.
¿Cómo conoció a estos personajes?
Soy especialista en la historia de China, y descubrí a estos personajes gracias a ella. Al indagar en sus vidas vi sus puntos de relación y me propuse investigar sobre ellos. Lo que obtuve fue fascinante: además de estar en la península y en Pekín, vivieron también historias apasionantes a su regreso en la Guerra Fría.
Habla de 17 médicos y 2 enfermeras... ¿Cuál es su punto de relación?
Son lo que en China llamaron 'Los médicos españoles'. No porque hubieran nacido allí, sino porque habían combatido en la Guerra Civil . En realidad provenían de Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumanía... Podría haber añadido más al grupo –otros médicos o enfermeras que murieron en campaña, por ejemplo– pero estos 19 personajes compartieron haber estado en ambos conflictos.
Una de las historias centrales es la de František Kriegel, ¿por qué?
Porque es la figura más relevante e interesante. Nació en la actual Ucrania –entonces la Galitzia del Imperio Astro-Húngaro – y desde allí emigró a Checoslovaquia, donde estudió medicina en la Universidad de Praga y se afilió al Partido Comunista. Después viajó a España con las Brigadas Internacionales y a China. Pero su historia no se detuvo en este punto. Luego fue contratado por el Ejército Norteamericano en la campaña de Birmania y regresó a Checoslovaquia, donde ocupó un puesto con el gobierno de Antonín Novotný.
¿Cómo es posible que su figura fuera reivindicada por ambos bandos?
Por sus críticas a la URSS. En el 52 fue víctima de las purgas de Stalin y se quedó sin trabajo. Aunque tuvo suerte y fue contratado como asesor en Cuba. Allí estuvo hasta el 63, año en que regresó a Praga y colaboró en la 'Primavera'. Tuvo un papel muy importante en las reformas del país y se esforzó por eliminar la censura. Su figura fue determinante en España. Aquí fue reivindicado por el Partido Comunista a finales de los setenta por haberse opuesto a la Unión Soviética. Se puede decir que era de los pocos que tuvo aceptación tanto por Carrillo como por Suárez.
¿Se opusieron muchos partidos comunistas internacionales a la URSS?
Los partidos comunistas de España, China e Italia se opusieron a la invasión soviética de Checoslovaquia. Y estos médicos mantuvieron un estrecho contacto con estos grupos. En el libro me interesaba analizar cómo, dentro de este mundo, que a veces se ve como un bando monolítico, había en realidad muchas corrientes. Unas tomaron un camino desastroso, como fue la de Rumanía; otras se reformaron y se integraron en el país y unas pocas cambiaron radicalmente las regiones en las que gobernaron.
¿Cómo llegaron estos médicos a España?
Ellos eran médicos en Polonia, Checoslovaquia, Rumanía... Países en los que las políticas antisemitas estaban en alza. Como judíos, vieron que se les cerraban las puertas de su profesión en las universidades y los hospitales. Al final, eso les empujó en cierto modo a viajar a España con las Brigadas Internacionales e internarse en el Cuerpo de Sanidad . Este fue clave porque en él trabajaron especialistas de treinta países que trajeron innovaciones en medicina militar de todo el mundo. Todo esto fue aprovechado en China, donde tanto comunistas como nacionalistas pudieron valerse de ella.
¿Qué novedades médicas se trajeron a España?
Varias, y gracias a la interrelación entre los médicos españoles –que había muchos en las brigadas– con los que provenían de otros países. Nacieron fruto de esta puesta en común de técnicas que, hasta entonces, cada nación guardaba en secreto. Una de las más llamativas fue el uso masivo de ambulancias en primera línea del frente, algo que ya había hecho el ejército francés en la Primera Guerra Mundial . Las operaciones abdominales dejaron de ser mortales y se redujo la mortalidad. Por otro lado nacieron las transfusiones de sangre, un avance propio de la Guerra Civil. Es algo que ya existía, pero debía hacerse en el momento; la novedad consistió en averiguar cómo se podía guardar para usarla en batalla.
¿Hasta qué punto influyó la falta de entrenamiento de las brigadas en la evolución de la medicina?
Mucho. En batallas como la de Madrid la mortalidad fue altísima, de casi el 20%. El primer motivo es que las brigadas fueron colocadas en posiciones muy avanzadas, pero también por cierta desorganización. Además, el cuerpo de medicina no se creó hasta avanzada la guerra, lo que provocó severas dificultades. Por si fuera poco, la comunicación entre soldados y médicos era muy difícil por la diferencia de idiomas. Todo esto es la parte mala. A cambio, el caos permitió la experimentación y la evolución de las técnicas. Un ejemplo claro fueron las heridas de abdomen. Eran muy peligrosas y el cirujano necesitaba muchas horas para tratarlas. En la Guerra Civil se hicieron grandes avances en el ámbito quirúrgico.
¿Cuál fue la batalla en la que más médicos estuvieran involucradas?
En Brunete, una de las más duras de la Guerra Civil. En esta batalla las brigadas estuvieron en primera línea y hubo muchas bajas. Fue un enfrentamiento tan duro que, cuando terminó, muchos médicos se plantearon marcharse a China. Por un lado veían que aquí todo estaba perdido y, por otro, sabían que no podían regresar a sus países de origen porque eran judíos y el ascenso del nazismo lo hacía imposible.
¿Cómo fue ese paso a China?
Complejo. Como miembros que eran de diferentes partidos comunistas, empezaron a ver las posibilidades que les ofrecía marcharse. Pero había varios problemas. Uno de ellos era que André Martí, la persona con más rango dentro de la Internacional, se negaba a reconocer que las guerras de España y China eran equiparables. La cúpula de las brigadas dio todas las largas que pudo a los médicos y, al final, se vieron obligados a pasar a Francia en febrero de 1939. Vivieron un calvario porque fueron internados en campos de concentración; al final, parte de las ayudas que no habían podido utilizarse en la guerra sirvieron para liberarles y pagarles el viaje a Asia. Allí les cazó el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
Explica que la medicina de campaña en China brillaba por su ausencia...
Se toparon con una medicina militar inexistente y con unas condiciones de la tropa precarias a nivel de higiene y alimentación. Ellos esperaban tener equipos quirúrgicos móviles, pero se encontraron limpiando letrinas en primera línea de batalla para que una epidemia de cólera no se extendiese. En ese sentido acabaron algo decepcionados. El frente era también muy distinto del español. Si en la Guerra Civil tenían mucha importancia las carreteras, en China no. Como Japón tenía muchos más medios, los chinos optaron por destruir las vías y valerse de la 'guerra de guerrillas'. En lugar de trabajar en hospitales y puestos de socorro, debían ir al frente con el equipo de primeros auxilios para salvar a todo aquel que pudieran.
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