Las obsesiones históricas de John H. Elliott: entre el Palacio del Buen Retiro y el Conde-Duque de Olivares
El británico, como miembro destacado de su generación, supo quitar las telarañas y los tópicos a la España imperial aprovechando las oportunidades que ofrecían unos archivos casi salvajes
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Iniciar sesiónEl historiador John H. Elliott , que ha fallecido este jueves a los 91 años, selló de manera irrompible su obra y su vida al Siglo de Oro español, un periodo que a los inicios de su investigación en los años cincuenta del siglo ... pasado recibía escasa atención y se imaginaba uno de los momentos más oscuros de una historia ya de por sí tenebrosa. El británico, como miembro destacado de su generación de hispanistas, supo quitar las telarañas y los tópicos a la España imperial aprovechando las oportunidades que ofrecían unos archivos casi salvajes. « Era tierra virgen ante nosotros . Tuvimos una oportunidad única de movernos y buscar descubrimientos», recordaba el historiador a principios de este año con motivo de la triste muerte de su «querido y admirado colega» Jonathan Brown.
Una historia de descubrimiento tras el abandono
El punto de partida hacia la historia de España de Elliott fue la rebelión ocurrida en el siglo XVII en Cataluña contra la monarquía de Felipe IV y cuyas investigaciones plasmó en ‘The Revolt of the Catalans’ (‘La revuelta de los catalanes’), obra publicada en 1963 con grandes dificultades para sortear la censura franquista. Bajo el influjo de su mentor en Barcelona, Jaume Vicens Vives, el británico nunca dejó de combatir los mitos con los que el nacionalismo catalán, que tomó el relevo al Franquismo en lo de zancadillear a los historiadores, ha envuelto los episodios del pasado de esta región. Una preocupación por la verdad que tuvo una especie de epílogo con su último libro publicado ‘Catalanes y escoceses. Unión y discordia’ (2018).
De la guerra en Cataluña, Elliott saltó a la corte de Felipe IV, y de ella al desaparecido palacio que este Rey levantó en lo que hoy es el Parque del Retiro . Junto al historiador de arte Jonathan Brown , publicó en 1980 ‘Un palacio para un rey’, un estudio monumental sobre el Palacio del Buen Retiro y su contexto histórico y artístico. Desde entonces, ambos iniciaron una campaña mediática y política para conseguir la evocación del Salón de Reinos, epicentro sentimental de este palacio, a través de una rehabilitación completa de este espacio contiguo al Museo del Prado.
La batalla de este Sancho y este Quijote británicos (costaría distinguir quién de los dos era más Sancho y cuál más Quijote) logró grandes avances en este sentido y fue recibido con muchas promesas por las autoridades culturales. Sin embargo, por cuestiones económicas y logísticas, entre otras cosas una pandemia internacional, se ha ido posponiendo la rehabilitación del antiguo palacio y ninguno de los dos (Brown murió hace dos meses) ha podido cumplir su último anhelo. «Ojalá siga vivo para entonces, porque me gustaría mucho estar presente en la inauguración, en la culminación de una campaña de tantos y tantos años de mi vida. Es una historia de descubrimiento tras el abandono», aseguraba el hispanista John Elliott en la última entrevista a ABC.
«Una historia de oportunidades perdidas»
Más allá del palacio, el foco indiscutible de la vida académica de Elliott fue el Conde-Duque de Olivares , el todopoderoso valido de Felipe IV que ambicionó levantar al imperio español hacia las cimas, pero tuvo que conformarse con salvar los muebles de una monarquía en proceso de implosión. La disección que hizo del personaje no solo quedó recogida en los libros ‘Richelieu contra Olivares’ (1984) o ‘El Conde Duque de Olivares (1986), sino en una sana obsesión historiográfica por la que el historiador lleva cincuenta años intentando comprender lo que pasaba por la cabeza del político español.
«Es una tragedia que se comprende mejor cuanto más sabemos del personaje»
«He pasado décadas intentando meterme en los zapatos de Olivares, lo cual es muy difícil. Siempre he sentido que me faltaba algo. Porque hay que reconocer que no es una persona simpática... Y para ponerse en la piel de alguien se requiere, primero, cierta empatía. La etapa de Olivares es una historia de oportunidades perdidas, esperanzas defraudadas y de enormes sacrificios para el pueblo español y el resto del imperio, que pagaban impuestos enormes y se les pedían hombres y más hombres. Es una tragedia que se comprende mejor cuanto más sabemos del personaje», afirmaba a ABC hace justo un año, fecha en la que apadrinó la edición del segundo tomo de ‘Memoriales y cartas del Conde Duque de Olivares’ (Marcial Pons), centrada en la correspondencia entre el ministro y el Cardenal Infante Fernando durante su etapa en Flandes.
Otras obras importantes de Elliott, premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 1996, estuvieron dedicadas a comparar la presencia española en América con la de los vecinos anglosajones del norte, ‘Imperios del mundo atlántico: España y Gran Bretaña en América, 1492-1830’ (Taurus. 2011), a la crisis sufrida en toda Europa a mediados del siglo XVII, 'La Europa dividida: 1559-1598', y a explicar la historia de la España Habsburgo desde distintas perspectivas desmitificadoras. Entre sus últimas obras estuvo la autobiografía intelectual ‘Haciendo historia’ (Taurus, 2012) sobre el oficio del historiador y su gran historia de amor con España.
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