Hallados en el hielo increíbles utensilios de la era vikinga que demuestran su alto nivel tecnológico

El paso de montaña, ubicado en Lendbreen, en la región central montañosa de Noruega, llamó la atención de los arqueólogos locales en 2011, después de que se descubriera una túnica de lana que databa del siglo III o IV d. C. Desde entonces no ha dejado de sorprender cada nuevo hallazgo

C. Cervera

17/04/2020
Actualizado 20/04/2020 a las 12:55h.

El deshielo causado por el cambio climático ha vuelto a sacar a la luz trozos del pasado que parecían destinados a guardarse hasta el fin de los días. O en este caso hasta el Ragnarök. Fragmentos de la historia necesarios para comprender un poco más ... de los pueblos vikingos y su nivel tecnológico.

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En un artículo publicado en «Antiquity» , un grupo de arqueólogos que se ha encontrado en un paso de montaña noruego con herramientas, armas y utensilios vikingos perfectamente conservadores, ha relatado lo que conlleva a nivel científico el hallazgo de piezas tan peculiares. Si bien hacía años que los investigadores conocían el potencial del lugar, fue un derretimiento a gran escala en 2019 de la mayor parte del hielo de esta región lo que habrió las opciones de analizar las huellas vikingas.

Fotografías: Programa de arqueología glaciar y J. Wildhagen)

El paso de montaña, ubicado en Lendbreen , en la región central montañosa de Noruega, llamó la atención de los arqueólogos locales en 2011, después de que se descubriera una túnica de lana que databa del siglo III o IV d. C. Desde entonces no han parado de aparecer restos de utensilios y de huellas humanas datados desde mil años antes del nacimiento de cristo hasta el siglo XIV, cuando la ruta dejó de usarse debido a las consecuencias de la Peste Negra.

La mayoría de piezas son de la era vikinga . La región se convirtió en un lugar clave para el comercio y el transporte de productos agrícolas durante el apogeo de los vikingos. Utensilios que se congelaron hace 1.000 años, entre ellos textiles y flechas, lo que ha permitido que se conserven en un estado idóneo.

Algunos son simplemente montículos de piedra para guiar a viajeros a través de la niebla, otros productos que los granjeros locales transportaban, como lácteos y forraje, mientras que otros son delicados artículos de madera, como una pequeña broca torneada de madera para un cordero o una cabra y una rueca tallada para hilar lana. Varias herramientas halladas ponen en valor el alto nivel tecnológico de este pueblo, como esquís de la Edad del Bronce o una raqueta de nieve para caballos.

[Consultar aquí el artículo científico con el descubrimiento]

Pintura de un ataque vikingo a una badía francesa.

¿Cómo eran las armas en la era vikinga?

Todo hombre libre debía estar armado correctamente. De un vikingo auténtico se esperaba que contara con un buen armamento y que asistiera sin falta a la inspección anual que estaba estipulada ya en textos jurídicos escandinavos del siglo XI.

Pero, ¿qué significaba estar bien armado? En el libro ilustrado «Vikingos en guerra» (Desperta Ferro Ediciones) , el doctor en cultura nórdica Kim Hjardar y el conservador arqueológico Vegard Vike explican que el primer arma que un hombre libre podía adquirir era un hacha, el arma de la clase trabajadora y de los hombres libres que carecían de tierras. El hacha , que solía recibir nombres de género femenino referidos a la naturaleza primitiva y salvaje, era tanto una herramienta para fabricar utensilios o deforestar la tierra de cultivo como un «toro implacable», tajadora y rompedora de escudos en combate. Según la cabeza del hacha podía ser de hoja estrecha, de hoja ancha o de barbada.

El cuchillo también era tanto una herramienta cotidiana como un arma para cortar cabezas y extraer sangre durante la batalla. Se trataba de un símbolo de la liberación del esclavo respecto a su amo o del menor que se alejaba de la tutela de su padre… El cuchillo largo que recibía el nombre de sax («partir en dos») era el que se usaba habitualmente en combate y según la zona geográfica alcazó unas dimensiones bélicas. En la zona sajona los cuchillos evolucionaron hacia un arma de dorso curvado y filo recto, mientras que los cuchillos escandinavos de dorso recto simplemente se convirtieron en espadas.

La espada era el arma del guerrero veterano y honorable, y por su coste estaba reservado a la nobleza terrateniente. Se usaba en los duelos por honor y era habitual nombrarlas por su capacidad de resistencias con adjetivos como «afilada», «brillante» o «llameante». Sin embargo, el «Vikingos en guerra» (Desperta Ferro Ediciones) recuerda que en combate jugaban un papel secundario a la espera de que las armas largas como las lanzas terminaran su trabajo. Hasta que la fase de batalla no se volvía caótica y las grandes formaciones se dispersaban no llegaba el turno de la espada, que dejaba una mano libre para portar el escudo. Las espadas de doble filo fueron tan habituales como las de un solo filo, muy comunes a comienzos de la Era Vikinga. Normalmente tenían una longitud de entre 90-95 centímetros, de los que la hoja eran unos 70-90 centímetros y la empuñadura 12-18. Su peso estaba en torno al kilo.

La lanza vikinga era la gran protagonista de los combates terrestres y navales. Era una arma tanto defensiva como ofensiva, pues de hecho era posible lanzarla a distancia. Su bajo precio permitía equipar a un número muy alto de soldados con ellas y, como advertía el libro «Kongespeilet» del siglo XIII, no se debía nunca soltar la «lanza en la formación a menos que tengas dos, porque una lanza es mejor que dos espadas para luchar en el campo de batalla». Las arrojadizas tenían un punta de solo 20 centímetros de largo, pero las lanzas de estocada más robustas podían llevar moharras de más de 70 centímetros de longitud, casi el equivalente a la hoja de una espada.

La otra arma predilecta de los vikingos a larga distancia era, como no podía ser de otra manera, el arco y las flechas . A diferencia de otras civilizaciones, los vikingos no veían deshonroso o afeminado el empleo de armas de proyectiles como el arco, que incluso portaban algunos caudillos. Se calcula que cada guerrero llevaba entre 24 y 30 flechas, más las que pudieran arrancar a los muertos. Apuntan los autores de «Vikingos en guerra» (Desperta Ferro Ediciones) que un grupo de arqueros podía arrojar una densa descarga de saetas sobre el enemigo desde una distancia de más de cien metros. No existen evidencias arqueológicas del uso de ballestas en Escandinavia en época vikinga.

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