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La desconocida guerra que acabó con la Casa Blanca incendiada por el ejército británico

En agosto de 1814 soldados ingleses penetraron en la ciudad y prendieron fuego a la Casa del Ejecutivo

Guerra de la Independencia: el inexperto Ejército Continental de George Washington frente a Inglaterra

Ilustración en la que se muestra el incendio de Washington D.C. Library of Congress

R. Alonso

A pesar de que las 13 colonias habían conseguido en 1783 la independencia efectiva de su metrópoli, no pasó demasiado tiempo antes de que se produjese un nuevo enfrentamiento bélico con Gran Bretaña. Tan solo 29 años. Y es que, desde la emancipación, las relaciones entre los dos estados siempre fueron mejorables. El expansionismo del Gobierno norteamericano desde el momento de su nacimiento, así como sus relaciones comerciales con la Francia de Napoleón, tuvieron buena parte de la culpa. Este conflicto, que es recordado como la Guerra de 1812, acabó con la Casa del Ejecutivo, posteriormente conocida como la Casa Blanca , pasto de las llamas.

Florida y Canadá

Efectivamente, no tuvo que pasar mucho tiempo antes de que Estados Unidos se lanzase a aumentar sus dominios en el continente. Gracias a la compra de la Luisiana francesa , efectuada el 30 de abril de 1803 a cambio de 15 millones de dólares, el recién nacido país duplicaba su tamaño. Poco después, pusieron sus ojos sobre la Florida española.

Y es que, según la opinión del por entonces presidente norteamericano, Thomas Jefferson , la obtención de la Luisiana implicaba además un derecho sobre la parte occidental de la Florida española , ya que allí es donde el río Misisipi desemboca. Según el acuerdo suscrito con el gobierno galo, se estableció que las posesiones adquiridas por Estados Unidos estaban limitadas por la cuenca de dicho río.

A pesar de que España plantó cara a los intereses de aquellos a quienes no hacía mucho había ayudado a alcanzar la independencia, no se pudo evitar que el 27 de octubre de 1810 un grupo de estadounidenses invadieran este territorio. Poco después se acabó consolidando la toma de toda la zona occidental, que fue proclamada por el Gobierno norteamericano como territorio del recién nacido país. España se tuvo que conformar con mantener una pequeña franja en el este de dicho territorio.

Llegados a este punto, y mientras se guerreaba con las tribus indias que dificultaban el deseado avance hacia el Oeste , los dominios británicos ubicados en el Canadá se convirtieron en el objetivo. «En el Norte estaban ansiosos por atacar y apoderarse de Canadá, pues sostenían que, mientras estuviese en manos británica, sería siempre un arsenal donde los indios podían armarse y sentirse estimulados a luchar», señala Asimov en «El nacimiento de los Estados Unidos (1763-1816)» (Alianza Editorial).

Después del ataque del barco estadounidense «President» al británico «Little Belt» en las proximidades de Nueva York en 1811, las tensiones con la antigua metrópoli fueron en aumento. Aunque, para ser justos, las relaciones entre ambos países desde la Guerra de Independencia eran, cuanto menos, frías.

Reino Unido, además, llevaba tiempo bloqueando con su armada el comercio norteamericano con Francia. No eran raros los casos en los que se abordaban buques de pabellón estadounidense y se confiscaba su carga. Sin embargo, al menos por el momento, desde Inglaterra no se contemplaba recurrir a las armas de forma abierta para darle un correctivo a sus antiguas colonias. Demasiado tenían por entonces con lidiar con el gran problema que suponía Napoleón .

Sin embargo, James Madison , que había tomado el relevo de Jefferson como presidente, hacía los preparativos necesarios para enfrentarse a un enemigo que, a priori, seguía siendo muy superior en todos los aspectos. Quedaba por ver si, en caso de conflicto, Estados Unidos podría repetir la carambola que le valió la independencia hacía menos de 30 años.

Primeras acciones

La declaración formal de guerra fue aprobada en Washington el 18 de mayo de 1812. Durante los primeros compases de la que pasaría a la Historia como Guerra Anglo-Estadounidense, o Guerra de 1812, lo cierto es que Gran Bretaña no le puso demasiado empeño. Contaba con unos 7.000 soldados en Canadá y, en principio, pretendía que fuesen estos los que se ocuparan del asunto. Gran parte de su ejército se encontraba en España enfrentándose a Napoleón por entonces.

Por su parte, Estados Unidos tenía problemas a la hora de mover a sus hombres por la zona de los Grandes Lagos , donde el dominio naval de Inglaterra era patente. Además, su ejército todavía no había conseguido convertirse en una fuerza a tener en cuenta. De este modo, sus planes iniciales de tomar la iniciativa y dirigirse directamente hacia enclaves tan importantes como Montreal o Quebec quedaron descartadas rápidamente.

«Las fuerzas estadounidenses estaban esparcidas por todo el continente. La mayor parte de las efectivos disponibles para atacar Montreal eran milicianos de los estados del noreste. Sin embargo, como Nueva Inglaterra y parte de Nueva York eran centros de oposición a la guerra, poco apoyo se podía esperar para una ofensiva», explica Steven J. Raugh en su obra «The campaign of 1812» (Army Center of Military History).

Fueron finalmente los soldados británicos, al mando del general de división Isaac Broock , quienes tomaron la iniciativa conquistando un fuerte estadounidense. Desde el territorio de Michigan, los antiguos colonos trataron de devolver el golpe lanzándose con poco más de 2000 hombres a la conquista de Canadá. Sinembargo, la misión acabó siendo un completo desastre.

Los ingleses, ante la incapacidad de los norteamericanos, siguieron a lo suyo. En agosto tomaron un fuerte ubicado en lo que actualmente es la ciudad de Chicago. Los indios que les acompañaban pasaron por las armas a todos los estadounidenses que encontraron. «La masacre resultó en la muerte de 26 regulares, todos de la milicia, dos mujeres y 12 niños. Entre los fallecidos se encontraba el teniente George Ronan, que fue el primer graduado en West Point en caer en combate», sostiene Raugh en su libro. No pasó demasiado tiempo antes de que Detroit , que estaba bajo el mando del general William Hull, cayese en manos de la Canadá británica. La ciudad se rindió sin plantar cara a los invasores el día 16 de agosto.

Lo cierto es que, a pesar de que en tierra los británicos habían dado una lección a sus antiguas colonias, curiosamente Estados Unidos logró algunas victorias en el mar durante los último compases de 1812. Sin embargo, según se iba desarrollando 1813, la pesada carga que suponía la guerra en Europa para Gran Bretaña fue desapareciendo, toda vez que Napoleón dirigía entonces sus pasos hacia Rusia y el conflicto en España estaba cada vez más cerca de llegar a su conclusión. Los estadounidenses continuaron intentando penetrar en territorio canadiense. Sin embargo, la capacidad naval de los ingleses continuaba siendo muy superior en los Grandes Lagos.

El 1814, ya con Napoleón derrotado y camino de Elba, pintaba todavía peor para los intereses del recién nacido país. Gran Bretaña quería acabar con la guerra de una vez por todas. «Los británicos prepararon una ofensiva con la que se pretendía aplastar de una vez por todas a los Estados Unidos. Se planearon tres acciones más o menos simultáneas: una en el norte, en el lago Champlain; otra en el centro, en la bahía de Chesapeake, y otra en sur, en Nueva Orleans», afirma Asimov en su libro. Precisamente fue la campaña en el centro la que provocó el incendio de la Casa Blanca.

Washington en llamas

En el mes de agosto unos 4.000 soldados británicos bajo el mando del general Robert Ross desembarcaron en una población llamada Benedict perteneciente al estado de Maryland. Muy próxima a la capital del país. Avanzaron en dirección a Washington sin tener que hacer frente a resistencia alguna hasta hallarse a tan solo 8 kilómetros de la capital. Sin embargo, los soldados estadounidenses que les salieron al paso no tardaron ni 15 minutos en salir huyendo.

A pesar de que, como señala Charles P. Niemeyer en «The Chesapeake Campaign, 1813-1814» (Army Center of Military History), los estadounidenses llegaron a plantearse enfrentarse a los invasores en el mismo Capitolio, finalmente decidieron que evacuar la ciudad era la decisión más acertada. Fue la primera (y última) vez que un presidente estadounidense abandonaba la ciudad a causa de un ataque enemigo. Madison y el resto del Gobierno partieron rápidamente rumbo al estado de Virginia.

Los soldados ingleses penetraron en la ciudad el 25 de agosto. Una vez allí, Ross y sus hombres se dispusieron a prenderle fuego a la Casa del Ejecutivo y a otros edificios públicos, como el Capitolio . Según afirma Niemeyer, sufrieron la resistencia de algunos de los habitantes de la capital, uno de los cuales llegó a disparar contra el caballo del general británico. Al no encontrar al responsable, se decidió quemar todo el barrio en el que había tenido lugar el suceso.

Una vez cumplido su cometido, Ross y sus hombres abandonaron la ciudad, que no terminó de perderse gracias a que al día siguiente hubo una fuerte tormenta. Madison y el resto de su gobierno volvieron el día 27. Poco después se llevó a cabo una votación para decidir si se reconstruía Washington o se daba por perdida y se cambiaba la localización de la capital. Se optó por la reparación por un estrecho margen de votos y se decidió pintar la Casa del Ejecutivo de color blanco para tapar las huellas del ataque . Desde entonces es conocida como la Casa Blanca.

A finales de 1814 los dos países alcanzaron un acuerdo para la paz. Tanto ingleses como americanos estaban hartos de un conflicto que por entonces ya no tenía razón de ser. Después de llevar a cabo varias reuniones en la ciudad de Gante, se decidió que era un buen momento para ponerle punto y final. Las negociaciones no fueron fáciles, puesto que Gran Bretaña exigía la creación de un estado tapón indio entre sus dominios canadienses y Estados Unidos. Algo que finalmente quedó descartado ante una rotunda negativa del país norteamericano. De este modo, el Tratado de Gante , por el que los dos países acordaban el cese del conflicto, fue firmado el 24 de diciembre.

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