'Infektion', el arma secreta de Rusia y la KGB para sembrar el terror: «EEUU creyó esta mentira 20 años»
La 'Operación Denver', mal llamada 'Infektion', es el mayor ejemplo de un noticia falsa ideada por la KGB para socavar la credibilidad norteamericana
José J. Sanmartín, Profesor Titular de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad de Alicante, analiza en ABC los efectos de las 'fake news' y su uso en la guerra de Ucrania
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Iniciar sesiónLa locura se desató un 17 de julio de 1983 en el diario prosoviético ' Patriot ', impreso en la India. «Se cree que el sida, la misteriosa enfermedad mortal que ha causado estragos en los Estados Unidos, es el resultado de los experimentos del ... Pentágono para desarrollar nuevas y peligrosas armas biológicas». La fuente del artículo era «un muy conocido científico y antropólogo americano» a través de «una carta enviada al periódico». Una página y media bastó para sembrar la semilla de la duda dos meses después de que el VIH fuera descubierto en los laboratorios y la psicosis empezara a extenderse en Occidente.
Tres años después, la información –o desinformación, más bien– se había extendido ya por ochenta países y había sido replicada por más de dos centenares de publicaciones y medios de comunicación internacionales. Entre ellas, la cadena norteamericana 'CBS' o el inglés 'Sunday Express'. Hubo que esperar hasta finales de la década para que una investigación desvelara que aquello no era más que un bulo orquestado desde el Kremlin ; el enésimo ejemplo de ' fake news ' cocinada por la KGB y azuzada por la Stasi con el único objetivo de tender un velo de odio sobre su némesis tras el muro. Era otra guerra; la de instaurar ideas falsas en la sociedad.
Así lo confirma a ABC José J. Sanmartín , Profesor Titular de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad de Alicante y Presidente mundial de RADIX INTELLIGENTIA. «La desinformación abarcó una parte cada vez más decisiva en la batalla diaria entre Servicios de Inteligencia occidentales y orientales. El KGB fue una organización maestra y directora en desinformación». El profesor –'Lifetime Member' de la 'American Political Science Association', la 'American Historical Association' y, entre otras, la 'International Political Science Association'– es también partidario de que «la desinformación fue usada como eficiente arma no sólo ideológica, sino también en ámbitos como negocios, diplomacia, vida personal, actividad social, etc.».
[PUEDE LEER LA ENTREVISTA COMPLETA A JOSÉ J. SANMARTÍN AL FINAL DE ESTE REPORTAJE]
No hay mejor momento para analizar la mal llamada ' Operación Infektion ' –su nombre en clave real era ' Denver '– que en plena guerra desinformativa sobre territorio ucraniano. Aunque, quizá, debamos esperar otras tres décadas para que se conozcan los pormenores de las noticias falsas que se han extendido estos tres meses de conflicto. Lo que está claro es que, según los testimonios recogidos por ' The New York Times ' en 2018, la KGB de los años ochenta y noventa dedicaba 15.000 de sus agentes a elaborar informaciones falsas con las que dañar la imagen de los Estados Unidos a nivel global. Porque, al final, cada grano de arena suma.
Las investigaciones posteriores confirmaron que el artículo del 'Patriot' fue la primera piedra de la pirámide; una salida de los servicios secretos soviéticos sobre la que se edificó toda la falacia posterior. Después comenzó la tarea de engordar el monstruo. La confirmación llega desde los archivos de la KGB en Bulgaria, a los que tuvo acceso el profesor Christopher Nehring . Este descubrió, hace ya una década, tres telegramas en los que la Unión Soviética admitía que estaban «realizando una serie de medidas activas en relación con la aparición en los últimos años en los EEUU de una nueva y peligrosa enfermedad y su posterior propagación a gran escala a otros países, incluidos los de Europa Occidental».
Este primer telegrama insistía en que «el objetivo es crear una opinión favorable para nosotros en el extranjero de que esta enfermedad es el resultado de experimentos secretos con un nuevo tipo de arma biológica por parte de los servicios secretos de los EEUU y el Pentágono». El documento incluía también un extenso argumentario que debía extenderse por todos los territorios afines a la URSS. Además de los datos duros y crudos sobre la ingente cantidad de muertes que provocaba, la KGB remitía una y otra vez al artículo del diario indio: «La prensa atestigua la participación de los dos entes».
La Stasi se convirtió en el mensajero de aquella falacia. Su principal arma fue un informe científico (vaya el presuntamente por delante) elaborado por el biólogo Jakob Segal y su esposa Lili . El documento, cuasi surrealista, fue presentado entre agosto y septiembre de 1986 durante la cumbre del Movimiento de Países No Alineados y corroboraba todas las tesis barruntadas en 'Patriot'. El título dejaba claro el contenido: 'EEUU, el mal hecho en casa; no importado desde África'. La KGB, en un nuevo telegrama enviado a su delegación búlgara poco tiempo después, se jactó de que este trabajo hubiera «ganado un gran renombre». Ese mismo verano, los doctores fueron designados como «personas de contacto» de los servicios secretos rusos.
'Infektion', 'Denver' o cómo diantres se llamara caló hondo en la sociedad mundial. Incluso llegó a los Estados Unidos, donde el famoso presentador Dan Rather contó a sus millones de espectadores la extravagante tesis de que el SIDA había sido creado como un arma biológica para acabar con los afroamericanos y homosexuales. Las contramedidas norteamericanas se hicieron esperar. Un equipo se encargó de seguir la pista de la noticia y elaboró un informe sólido que, a la larga, se presentó al mismo Mijáil Gorbachov. Las pruebas fueron tan evidentes que el presidente no pudo hacer más que admitir lo ocurrido y prometer que se investigaría.
- ¿Qué importancia tuvo la desinformación para la KGB durante la Guerra Fría?, ¿fue un arma efectiva?
La desinformación abarcó una parte cada vez más decisiva en la batalla diaria entre Servicios de Inteligencia occidentales y orientales . El KGB fue una organización maestra y directora en desinformación. Ésta fue usada como eficiente arma no sólo ideológica, sino también en ámbitos como negocios, diplomacia, vida personal, actividad social, etc. A través de una enorme ramificación de medios y técnicas, el KGB y el GRU lograron información estratégica dentro pero, sobre todo, fuera de la URSS. Tras un minucioso análisis de cada objetivo, se le aplicaban los incentivos que pudieran motivarle (intimidad, lujo, dinero, reconocimiento, entre otros). Los expedientes conservados denotan un trabajo meticuloso y organizado durante años. Pero la URSS no fue el único Estado en actuar en ese ámbito, ni siquiera fue el más tóxico. Otros países que pasan más desapercibidos causaron mayores daños incluso a sus agentes y –por supuesto– a sus objetivos. El caso de la República Democrática Alemana fue paradigmático, pero también la Checoslovaquia o la Bulgaria comunistas, por ejemplo. En Occidente también se realizaron operaciones similares a las soviéticas; tengámoslo presente.
- ¿Qué diferencia existe entre desinformación y propaganda?
La Guerra Psicológica –mejorada, especializada, profesionalizada– será un ámbito de inevitable crecimiento durante las próximas décadas. La creación de realidades y ficciones, pero sobre todo de escenarios entre medias de ambos polos, será una técnica forjadora de expectativas, pero navegadora entre emociones y razones. Desde un plano estrictamente aplicado a Inteligencia, la desinformación es un producto más elaborado, que requiere de amplios conocimientos sobre procesos y objetivos. Una campaña eficiente en desinformación necesita vasta preparación y aplicación modulada. La exhaustividad es crucial.
La propaganda tiene una vocación más asertivamente simplificadora; se trata de la mera explotación de ideas, tópicos y prejuicios con un barniz pseudo ideológico (donde se busca la adhesión irracional por parte de aquellos que renunciaron a ejercer su capacidad de analísis crítico). Por el contrario, la desinformación busca el uso extensivo de recursos racionales –sin descartar la manipulación, el engaño, la mentira, entre otras estratagemas– para lograr finalidades de espectro amplio. Construir una falsedad que sea creíble y transmisible a corto, medio y largo plazo.
- ¿Intentó Rusia minimizar los efectos del SIDA?
La primera fue negar la misma existencia de la enfermedad. La segunda fue demorarse en buscar curas, soluciones, atención a los pacientes, etc. No se puede ir contra la Historia ni contra la realidad. La negación de los hechos los hace amontonarse, no desaparecer. Eso fue lo que ocurrió; típica reacción negacionista de los hechos por parte de personas altamente sectarias (hiper ideologización del dogma) o egoístas (hiper politización del poder). El problema explotó con virulencia ante el aumento de casos. El Gobierno soviético tuvo que recurrir al sistema sanitario y, más o menos discretamente, pidió ayuda a Occidente. Pero personas inocentes murieron en el proceso de cambio de mentalidad; es lo que ocurre cuando la ideología, el ego o, directamente, la necedad, se impone a la realidad. No hay dirigente más estúpido que el que se cree su propia propaganda.
- ¿Cómo es posible que Gorbachov admitiera la campaña de desinformación y se disculpara por ella?
El mandatario reformista soviético logró así una justificación para destituir –en unos casos– y mermar de poder efectivo –en otros– a manifiestos adversarios u obstruccionistas latentes en la cúpula soviética. Gorbachov usó varias crisis para colocar a los que creía sus fieles en detrimento de sus enemigos –antagonistas o, simplemente, anti reformistas–. En la aplicaciones de esas depuraciones controladas, el equipo de Gorbachov se apoyó en varios colaboradores que luego actuaron de aprendices de brujo. Y le superaron.
- ¿Se ha usado la desinformación por parte de la Inteligencia rusa durante la guerra de Ucrania?
Habría que distinguir entre operaciones del FSB, del GU y del SVR . Son agencias de Inteligencia diferentes incluso en sus operativas; disponen de personal cualificado y competente. Además, dentro de cada una de esas organizaciones (y de otras no tan conocidas en Occidente) existen variantes en las operaciones según la unidad o el grupo que las implemente. Sin embargo, las agencias rusas de Inteligencia no disponen de todos los medios que necesitan para cumplir los objetivos asignados. Tienen agentes, oficiales y directivos de alta capacidad profesional, pero fallan el presupuesto económico y los recursos materiales.
- ¿Cómo se efectúa?
En general, la desinformación hoy se despliega mediante el desarrollo de herramientas de creciente impacto en la propia retaguardia y en la sociedad del enemigo. La desinformación siempre ha sido empleada en modalidades diversas, pero como elemento auxiliar de operaciones de influencia u otras. Pero de un tiempo a esta parte, ya se han consolidado auténticas operaciones de desinformación con entidad y autonomía propias. En el caso concreto de esta guerra, la Inteligencia rusa no dispone de los medios que necesita para realizar campañas eficientes y masivas de desinformación –entre otras– para un conflicto de esta envergadura; y ello, como se ha dicho, a pesar del alto nivel profesional de su personal. Para que la desinformación funcione se necesita que una parte de la mentira sea verdad. De lo contrario, ocurre lo que sucede: que las falsedades asumidas como noticias caen desplomadas en el corto plazo, y se vuelven contra quien las emitió.
- ¿Qué bandos la usan?
Todos los bandos están empleando la desinformación en esta guerra. Cuando digo 'todos los bandos' también incluyo a países técnicamente no combatientes. Nadie quiere quedarse rezagado. De hecho, el Estado no beligerante que más desinformación está emitiendo es el que tiene mayor interés en que Rusia quede agotada en esta guerra; cuanto más dure la guerra, tanto mejor para ese otro país. Por ello sostengo que Rusia necesita a Occidente, al igual que Occidente necesita a Rusia. Lo mismo puede decirse de Ucrania, que es otra nación fundamental para la Europa del inmediato futuro.
Cuando esta guerra civil europea acabe, Putin será políticamente más débil, pero Rusia podría recuperarse. Con cada día de guerra, Rusia se aproxima a un escenario de colonización económica (no por Occidente). La Unión Europea es la mejor tabla de salvación que tiene el Kremlin. Cualquier acuerdo forzado sobre apropiación de territorios ucranianos será fuente de nuevos conflictos, pero queda una amplia gama de opciones sobre escenarios tan potentes como desarrollo tecnológico, colaboración leal en Economía, aranceles, cooperación empresarial, prácticas de buen Gobierno, además de reparaciones morales de fuerte significación simbólica. Lo que Rusia necesita es ese desarrollo, esa tecnología, esa expansión.
- ¿Se halla la sociedad vacunada ahora contra la desinformación, o precisamente la excesiva información provoca una saturación que favorece la credulidad?
Depende de cada persona. Los ciudadanos más dependientes de nichos de supuestas relaciones sociales en internet y fuentes informativas de baja calidad, son más propensos a generar un efecto multiplicador de la desinformación . También es cierto que su credibilidad resulta escasa; sin embargo, pueden influir sobre otros individuos y grupos de perfiles análogos. En un momento dado ciudadanos aterrorizados podrían encender la mecha a un caso de pánico social. El primer éxito de la desinformación es que consideremos que todo es desinformación. La solvencia profesional y moral de los medios de comunicación debe ser ponderada como factor clave.
La verificación de los datos, el contraste de las fuentes, el rigor informativo, entre otras medidas, siempre estarán por encima de quienes publican casi automáticamente lo que reciben; la pretensión de imponer la opinión sectaria en información totalizadora es una conversión hacia el desastre. El culto a la inmediatez, al protagonismo, mata el rigor y expande el relativismo moral junto a la manipulación informativa. El descreimiento en las propias instituciones, tradiciones y convenciones (leyes, costumbres, símbolos nacionales, entre otras) es un efecto deliberado en prácticamente todas las campañas intoxicadoras de desinformación.
- ¿Cómo se lucha contra la desinformación enviada actualmente por Putin?
El primer objetivo de la actual desinformación rusa es hacer creer que son infinitamente más poderosos de lo que realmente son. Es la típica táctica basada en amenazas y presión para causar miedo a los timoratos. La imagen de imbatibilidad que destilaba su desinformación se derrumbó con los hechos, quedando en una propaganda de segundo nivel. La propaganda puede ser creída por un sector de público ideológicamente afín, que se rigen por el típico auto engaño político (sólo admiten creer lo que su dogmatismo les permite). Pero la desinformación requiere de hechos para ser validada socialmente. Por ello, en este caso lo práctico para la causa rusa habría sido empezar de menos a más; pero lo hicieron al revés. Ese fue un error grave en sus campañas de propaganda. Al haber operado de más a menos, la credibilidad ha ido cayendo.
Hoy, incluso cuando desde el lado ruso se aportan datos ciertos, la sociedad internacional los pone bajo cautela. La confianza sólo se puede perder una vez. En las campañas de desinformación se han cometido errores graves, que podrían haberse evitado. Rusia ha perdido en apenas unas semanas una parte sustancial del apoyo internacional que sí pudo haber mantenido. Las amenazas a Occidente y a otros países con destrucción, represalias, ataques, y demás castigos, debilita la posición del Kremlin y le resta cartas para negociar. Una negociación real no se basa en una sucesión de ultimátums de facto por parte de uno contra todos. Ese tipo de ultimátum es contraproducente por naturaleza, porque genera alianzas -mayormente secretas- de todos contra ese uno.
- Afirma que los británicos son expertos en la lucha contra este tipo de noticias. ¿Por qué?, ¿lo eran también en tiempos de la Guerra Fría?
A diferencia de otros países, los Servicios de Inteligencia del Reino Unido han contado siempre con la aquiescencia reactiva (cuando no apoyo directo) de la alta política y, por supuesto, del sistema corporativo y empresarial del país. Ello les ha permitido en las últimas dos décadas desactivar amenazas desinformativas que fueron bloqueadas de manera incipiente. Otras tentativas de desinformación fueron quirúrgicamente extirpadas antes incluso de iniciarse. Ese es el poder de la información temprana y oportuna. La Inteligencia británica dispone de una segunda línea de cobertura integrada por empresas, políticos, instituciones, organizaciones, etc. España debe impulsar aún más la captación de información sensible para su Seguridad Nacional (incluyendo la dimensión internacional) mediante el desarrollo de fuentes transversales. Un club deportivo debería informar si detectan entre sus aficionados a una minoría violenta organizada de impronta totalitaria, por ejemplo.
- ¿Ha ocurrido alguna vez en España?
Sí, y sigue ocurriendo. Ahora mismo hay varias operaciones de desinformación en curso, pero de variable calidad y nociva intencionalidad (envidia y animadversión personal, conferir tapadera a casos de espionaje industrial por parte de una empresa que roba a otras, calumnias contra instituciones, políticos y dirigentes empresariales, entre otros). Por tanto, la mayoría de esas campañas tóxicas acabarán perjudicando a quienes las han impulsado y ejecutado. En este campo, de dónde no hay, es porque nunca hubo y jamás habrá. Una operación de influencia bien hecha sólo se descubre cuando la revelan sus protagonistas al cabo de tiempo.
Las filtraciones previas denotan una pésima operativa, falta de calidad profesional y moral, etc. Si esto aplica para una operación de influencia convencional, otro tanto puede decirse sobre las tentativas de desinformación (ajenas a la Inteligencia española ) que tan aparatosamente han sido desveladas merced a las propias disfunciones éticas de sus actores. Que todos ellos canten no transmuta en opera lo que es una bufonada coral (empezando por los saltimbanquis oportunistas en tránsito de egolatría descerebrada que contratan a gañanes para espiar a ciudadanos e instituciones). Una coalición contra natura entre delincuentes con apetitos y tontos con dineros.
- ¿Quién ganará esta guerra?
No sabemos quién ganará esta guerra civil. Pero sí sabemos quién no vencerá: Putin. Esta guerra es imposible de ganar para Rusia, que quedará abocada a una nueva Edad Media de atraso secular durante generaciones si el Kremlin no negocia con sentido práctico y visión de futuro. Realismo político, y no fantasías geopolíticas.
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