Un año de tarimas en la calzada: así las necesitan los hosteleros

El Ayuntamiento ha manifestado que se mantendrán mientras dure la emergencia sanitaria , pero el sector reclama que sean permanentes, alegando que son pocas las molestias que generan y muchos los beneficios. Los vecinos, aseguran, las ven más como aliadas que como enemigas salvo «alguna excepción muy contada». Han permitido salvar puestos de trabajo al tiempo que ofrecían a los clientes la posibilidad de disfrutar del aire libre durante sus consumiciones. Y no solo eso, también alegan que en muchos casos han servido para descongestionar las transitadas aceras .

Para tratar este tema convocamos a tres hosteleros de Sevilla , al frente de negocios tan dispares como una abacería con alma de restaurante, un bar de toda la vida y un espacio de copas que se ha reconvertido en cafetería para poder sobrevivir. También nos acompaña el técnico de la Asociación de Hosteleros de Sevilla que ha estado detrás de la mayoría de tarimas instaladas en la ciudad. José Juan Tejada es quien aporta los datos para entender la situación: en la ciudad hay instaladas 50 plataformas ocupando aparcamientos. «Cada una de ellas ocupa el espacio de un coche y medio, lo que significa que solo se ha prescindido de 75 aparcamientos, mientras que cada tarima da trabajo a dos o tres empleados », subraya.

Todas las plataformas tienen la misma estética, con una barandilla exacta a la que se emplea en otras estructuras urbanas. No pueden ocupar zona azul ni aparcamientos especiales, ése es otro de los requisitos.

Javier Domínguez, propietario de Keycha , fue el primero en instalar una de estas plataformas en Sevilla, concretamente en la calle Espinosa y Cárcel, donde tiene su establecimiento. «La tarima ha sido lo mismo que si nos tocara la lotería, nos ha permitido aumentar la plantilla en cuatro trabajadores porque la cultura de consumir en las terrazas de manera masiva se va a quedar , es lo que demanda el público», indica.

Diego Rodríguez , por su lado, está al frente de Casa Diego en Triana y confiesa que la tarima le llegó «como agua de mayo». Al igual que Keycha, este establecimiento fue de los primeros en instalar esta plataforma: «No lo dudamos porque aunque era una gran inversión veníamos de un año muy malo », explica. «Hemos ganado todos, porque a nosotros nos supone tres o cuatro empleados más y los vecinos están muy contentos porque han recuperado la acera, que se masificaba demasiado antes de la plataforma. Si ha habido alguna queja ha sido muy puntual», matiza.

El caso de Luis Valseca es muy distinto. Él lleva 30 años con un mítico bar de copas en Los Remedios: Cadillac , y aunque siempre soñó con tener terraza el tema de la música se lo impedía, así que una vez que Sevilla empezó a permitir las plataformas en la calzada no se lo cuestionó: cambió la licencia de su negocio a cafetería para poder aspirar a una . «Ahora sirvo cafés y meriendas también. Me veía abocado a cerrar, no tenía veladores y la gente quería calle, así que tardé siete meses en abrir tras el confinamiento, y solo lo hice cuando inicié los trámites para la tarima. La verdad es que no esperaba tener tanto éxito», sostiene.

Uno de los argumentos que los hosteleros esgrimen para mantener estas plataformas es el positivo feed back que reciben de los vecinos . De hemos, mientras mantenemos este encuentro se acerca Eduardo Fernández Machuca, cuya vivienda se ubica en la primera planta del edificio de Keycha, y deja claro que está «encantado» con la plataforma. «Antes de instalarla vinieron a casa para hacer pruebas acústicas y lejos de molestarme estoy muy contento con ella», insiste. «No es el único vecino que se ha mostrado encantado», asegura Javier Domínguez.

Diego Rodríguez también recibe felicitaciones porque ahora transitar por la acera de su bar es mucho más fácil. «Los vecinos lo han agradecido» .

Sevilla, explica José Juan Tejada, ha sido «muy restrictiva a la hora de conceder estas licencias». «Se sabía que era la solución a muchos negocios pero se ha dado únicamente a aquéllos que realmente la necesitaban », aclara. Y se han tramitado con «total agilidad y rapidez por parte del Ayuntamiento», agradece.

Sobre la posibilidad de que estas plataformas tengan fecha de caducidad, los hosteleros son contudentes: afectaría de forma fatal a sus negocios . «Implicaría una reducción en nuestra facturación de un 40% aproximado», subraya Javier Domínguez. Para Luis Valseca, «supondría desacostumbrar a la clientela, algo muy complicado porque ya son pocos los que quieren interiores». Diego Rodríguez es aún más contundente: « Para mí supondría tener que colgar las botas ».

Luis Valseca recuerda que en el año que llevan con ellas no se ha amortizado la inversión que hicieron. «Con el confinamiento todo el mundo se volcaba con la hostelería pero parece que ya se ha olvidado y es un sector que precisa al menos cinco años para reponerse de ese golpe «, agrega José Juan Tejada.

«No debemos olvidar que en Sevilla el sector servicios es una industria y hay que protegerla: cuidamos como nadie cada detalle, en ningún país encuentras esa atención y mimo por todo como hacemos aquí, y eso hay que preservarlo», añade Javier Domínguez.