La Taberna del Alabardero acoge la presentación de las patatas 'Nana'

Por eso, más allá de ser un snack, son la puerta de entrada a un festín, el despertar las papilas gustativas antes de la comida principal y la antesala de lo que está por venir.

Bajo este discurso tuvo lugar este miércoles en La taberna del Alabardero la presentación de Nana , una marca que nace en la ciudad italiana de Senigallia, pero que se nutre de la huerta granadina para desarrollar el producto.

Esta presentación no estaba dirigida al público final (que también puede comprarlas) sino a profesionales de hostelería, pues a los establecimientos se les facilita una lámpara de calor que las mantiene calientes, de manera que sus clientes puedan disfrutarlas como recién hechas.

Las patatas, de variedad agria y que han sido cultivadas en la Vega de Granada, se fríen en sartén con aceite de girasol a 165º y son saladas a mano en un proceso totalmente artesanal. Después de la fritura pasan por una batería de secado para retirar el exceso de aceite , lo que permite que al ser sometidas de nuevo al calor de la lámpara, aguanten crujientes y en perfectas condiciones bajo el calor hasta ocho horas.

Son así las únicas patatas del mercado que pueden volver a calentarse manteniendo las cualidades organolépticas, que además, no tienen glutamato monosódico ni acrilamida y están menos saladas que otros snacks.

Durante la presentación, que comenzó en La taberna del Alabardero, y que posteriormente se realizó en los restaurantes Desacato y Barlovento, los asistentes pudieron degustar el producto acompañado de diferentes condimentos, como caviar deshidratado, limón y pimienta, o incluso, azúcar glass. Este último aseguraban que da la sensación de «comer un buñuelo» en lugar de unas patatas y que es «un snack dulce muy apetecible».

Para acompañar el aperitivo, también sirvieron una sangría embotellada de la misma marca, 'Nana', cuyo nombre proviene de la famosa 'Nana de Sevilla', de Federico García Lorca, así como de vinos espumosos italianos de la casa.