Una lección en vivo sobre el mundo de la pesca para los alumnos de Talento Cruzcampo

Los chicos tuvieron la oportunidad de conocer en vivo las distintas artes de captura , la vida de los pescadores y los pormenores de las negociaciones en la lonja. Así, el día de mañana cuando trabajen en un restaurante o tengan el suyo propio sabrán de dónde viene esa materia prima tan preciada que nos regala el mar.

«Hay mucho desconocimiento en torno a la pesca, pocos saben la realidad de un sector muy desprotegido del que viven muchas familias», lamentó Eduardo Guardiola, socio y responsable del pescado que se come en los restaurantes Tribeca, Cañabota y Salmedina.

« Aquí no hay hora para el bocadillo ni jefes que echen la bronca , aquí se pesca o no se pesca, y si un día el tiempo no permite salir no se pesca», matizó.

La jornada comenzó dando un paseo por el muelle del puerto de Rota , donde Guardiola explicó a los estudiantes las distintas artes de pesca que se practican en la zona. «Aquí la pesca es de bajura, los barcos son pequeños y emplean distintos tipos de redes, de tanza para pescado pequeño y cazonal para pescado grande, además de las nasas, que son una especie de jaulas».

También hay cántaros de barro para la pesca de pulpo , pero el barco debe determinar con antelación si se centrará en pescado o en el citado octópodo, siendo incompatible capturar ambos tipos de animales.

«Hay que desterrar el mito de que los lunes no hay pescado fresco , porque no es cierto, desde el domingo por la tarde hasta la madrugada del sábado está permitida la pesca en España», recordó el empresario.

La lonja de Rota es de titularidad pública y conserva ese aire artesano y auténtico de las lonjas de siempre . «El ambiente es muy familiar, no se pasan los pescados por la cinta, sino que se va de caja en caja para acordar las ventas».

Los barcos salen de madrugada y alcanzan unas 15 millas , para volver a lo largo del día y dejar lo que han pescado en la lonja, donde se pesa y se clasifica a la espera de que se subaste a las cinco de la tarde.

Cigalas, acedías, lenguados, langostinos, rodaballos, corvinas o meros llegan cada día a este puerto y después se venden en la lonja, desde donde se distribuye a distintos mercados nacionales. «El Golfo de Cádiz es una de las zonas más ricas de España en cuanto a variedad de pescado y sin embargo el 80% de lo que se vende en las pescaderías es extranjero , habría que plantearse por qué y empezar a valorar lo nuestro», señaló Eduardo Guardiola durante la visita.

Los alumnos de Talento Cruzcampo pudieron conocer de primera mano a David, un antiguo marinero que ahora trabaja en la pescadería que Eduardo Guardiola tiene en el puerto, desde la que vende a particulares y hostelería. David recordó sus 12 años de trabajo en aguas de Marruecos y las vicitudes de aquella época, aunque también mira con nostalgia aquella época en altamar.

Los estudiantes charlaron con profesionales del sector y pudieron aprender más sobre el vasto mundo del pescado, aunque sus conocimientos no se limitan a esta jornada en el puerto, puesto que la escuela de hostelería de la Fundación Cruzcampo ha firmado un acuerdo con el Grupo Tribeca y recibe lecciones en el aula de Eduardo Guardiola y parte de su equipo para aprender a tratar y manejar el pescado en la restauración.